No todo es barbarie en el mundo e
incluso en los momentos mas bajos siempre queda tiempo para recapacitar e
investigar. Durante los violentos sucesos que acompañaron a la revolución francesa,
los mas estudiosos observaron que tras el acto de guillotinar a alguien el
cuerpo seguía moviéndose por instantes y la cabeza, ya separada del tronco, movía
los ojos o emitía sonidos inconexos.
En el Sporting, guillotinado su
entrenador, es de nuevo la cabeza pensante, si es que a la directiva se le
puede llamar así, la que emite sonidos inconexos. Nada fuera de normal ya que
es lo que siempre han hecho. De manera contraria no se entendería el proceder
de estos ilustrados de la cajina de cristal de Mareo, los cuales esperan al enésimo
ridículo para destituir a Manolo y
dar el banquillo a un nuevo entrenador sin que éste tenga tiempo para preparar
la visita de uno de los gallos como es el Almería.
Vega Arango y demás acuden como excusa al espectáculo bochornoso de
ayer, donde un equipo plagado de suplentes y debutante en segunda bailó al
Sporting durante todo el partido con un truco simple como es colocarse bien en
el campo y saber que hacer en cada momento. Solo un bajón de forma y la salida
de Sangoy, permitió que el Sporting
se llevase la eliminatoria.
Los estragos causados por las
primeras jornadas de liga son preocupantes. El equipo está totalmente fuera de
forma. Jugadores jóvenes no son capaces de aguantar media parte. Luego está el
tema de la calidad de la plantilla. Jugadores como Trejo, Carmona, Lora o Cases, tienen calidad para regalar en segunda división, pero la
orquesta no toca si el flautista desafina y ver a Pedro Orfila, Gregory, Canella y algún otro fallar pases a tres
metros llega a ser sonrojante.
Quizá el problema deviene de la
incorrecta ecuación planteada por un Manolo
que separa las líneas hasta la extenuación, de manera que la delantera solo
conecta con la media cuando Trejo
pega un arreón. Por su parte la defensa sufre las acometidas de los rivales con
desesperada frustración por la lejanía de los apoyos. Incluso los pivotes
defensivos se encuentran varios metros lejos del área. Todo este entramado parecía
destinado a que el Sporting presionase arriba y no dejase salida la rival, pero
al final resulta un flan en manos de cualquier equipo mínimamente preparado, y
hablamos del Mirandés, no de la Real Sociedad o el Osasuna.
Parece que llega Sandoval para obrar de milagrero. Por detrás,
en la cúpula del trueno, aparece otro mago de las finanzas como de Caldas para competir con Pepín Fernández en lo que parece una reedición
de las batallas de Juego de Tronos
con la excepción de que el invierno se ha instalado de manera perpetua en el
horizonte rojiblanco.
Por lo demás, esperar a ver que
pasa el domingo, quién se sienta y qué cambios hay. Existen jugadores libres
entrenando en tercera división que malamente podrían empeorar lo que hay. Lo de
ayer fue un espectáculo bochornoso y los de arriba se han escudado en la
ruptura entre equipo y afición para despedir al entrenador. Una pena que no
sepan que por el mismo motivo deberían irse ellos también y dejar paso a gente
distinta y con otra mentalidad.
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