Son los chigres lugar de respeto
a las tradiciones y el Sporting es un equipo tradicional, así qué ¿para qué
perder malas costumbres? Partido grande a cara de perro, encuentro definitorio
y derrota ¿Las razones? Si no las
conocen es que no son seguidores de este histórico club.
Hoy el Sporting se plantó, creó y
llegó pero ¿saben qué? No marcó y era día para marcar, pero cuando fallas la
primera y la última “SOLOS”, pues pasa lo que pasa, que palmas en Las Palmas
(chiste de la semana) y que ya puedes empezar a olvidarte del ascenso directo.
Y entiendo que los chicos del Las
Palmas celebren la victoria como un ascenso porque hoy han sido inferiores y no
han merecido ganar. El Sporting ha generado todas las ocasiones de gol mientras
que las de los amarillos se pueden contar con los dedos de una mano. Pero ellos
las meten y nosotros no. Esto es como el que ronda a la chigrera. Al final ella
se va con el chigrero que no la ronda ni la trabaja pero a ti se te queda cara
de tonto y el otro se pega la fiesta.
Pero volviendo a la tradición, lo
tradicional es que el que perdona pierde y además, si eres el Sporting, de
manera escabrosa y vergonzante. Pasó en Girona y la historia está condenada a
repetirse por mucho que la conozcas. El primer gol es una cantada del portero
de las que, por desgracia, ya sabemos que se producen con cierta asiduidad. El
segundo es un penalti inexistente precedido de una falta de intensidad
defensiva solucionada con un exceso de celo por parte de Mandi. Entre medias partido tranquilo y en ciertas fases dominado
por los asturianos. Con altibajos, pero ni mucho menos comparable a otras
debacles de mayor rigor.
Así que en resumen temprano. Cuéllar cantó en la única que tuvo que
parar. Sergio, inconmensurable, se
tuvo que ir al banquillo por razones confusas (puede que por estar amonestado) mientras
Cases se quedaba pululando por el
campo como lleva haciendo varias temporadas (aún así mejoró cuando retrasó su
posición). Scepovic perdido en la
izquierda demostró que mata por el centro y Lekic
sacó a relucir porque no ha triunfado nunca, que no es más que porque le cuesta
meter la pelota en el jaulón. Por parte rival nada del otro mundo. Mucho regate
cuando llegaban en ventaja y mucha piscina. Poco más. Pero las metieron en la
ida y las metieron en la vuelta. Punto pelota.
Las mimbres están, el equipo
existe pero las sangrías de puntos existen por razones tan simples como que los
errores arbitrales (el penalti no es) y los errores individuales que están
matando al equipo.
Abocados a luchar por subir en el
play off, esos errores garrafales no se pueden consentir ni permitir y ahora
sí, convencido tras este partido, me parece que no subir sería un fracaso. Si
el Las Palmas o el Deportivo dan la medida de equipo que lucha por subir, que
esta segunda división tiene un nivel paupérrimo es evidente.
Y gracias a eso tenemos una
oportunidad.