Debe ser que House of Cards ha
violado mi mente. Ahora solo veo teorías conspiranoicas por doquier. No de las
importantes, no se vayan ustedes a creer. Yo soy más de teorías conspiratorias mierder. No me gustan las historias que
involucran grandes tramas de política internacional, salpicadas de banqueros
corruptos, delincuentes con corbata y organizaciones gubernamentales secretas.
No me interesan salvo que Kevin Spacey
mire a cámara y me diga que me interesa mientras le mete un beso de tornillo al
primero que pasa por allí. Por cierto. El lío sexual de Underwood con su
entrenador personal es lo más sacado de la manga de House of Cards. Y llevamos cinco temporadas viendo como un alto
cargo de Washington tira gente a las vías del metro sin que nadie se entere.