domingo, 5 de julio de 2015

PEDALEANDO POR ROSWELL 2015. RESULTADOS



Al final llegó la Ride for Roswell un buen sábado de Junio. Y con la Ride llegaron nubes de tormenta. 

Con una preparación física que se balanceaba entre lo execrable y lo inexistente me dispuse a partir hacia la salida de la ruta de 45 millas. Allí había quedado con mi compadre Willy, otro exiliado más en tierras norteñas. Willy sigue esa tradición bien patria que consiste en llegar tarde por defecto. Como si fuera Fernando Alonso, tuve que hacer un pit stop a escasos quinientos metros de la salida para esperarle mientras uno de los jueces de carrera no daba crédito a las pequeñas tropelías de esos dos españoles que estaban retrasando su incorporación al pelotón.

Así que iniciamos ruta con un pequeño retraso. Claro que mi compañero es uno de esos bicicleteros que se dedican a pasear por el Gran Cañón del Colorado cuando no hay cosas mejores que hacer y me llevó durante bastantes kilómetros con la lengua fuera, aunque rápidamente nos unimos a la marcha y a los grandes grupos. Pero este año había trampa.

Maldita sea, ¡Cuestas! Y de las que van para arriba nada más. Hace años podía subirme el monte Naranco en poco más de veinte minutos. Que sí, son escasos seis kilómetros y el desnivel máximo ronda el 8%, pero estaba muy orgulloso. Claro, tenía la mitad de años y unos treinta kilos menos, que quieras que no, ayuda a tirar para arriba. Pero si antes tenía cierto aspecto de escalador, ahora mi cuerpo ha adoptado otro formato. Lo que viene siendo gordaco hambriento pechibajo. En cuatro días tengo la papada como Vin Diesel.
Y de pelo andamos por ahí
Inciso. Fast and Furious 7 es la peor película que he visto en años. Que ruedes una película con Jason Statham, The Rock, Ronda Rousey y Tony Jaa y no saques una escena de lucha digna es para morirse. Pero es que comparar cualquier persecución de esta atrocidad, no ya con Mad Max, sino con la anterior entrega de los cochecitos voladores de Vin Diesel, genera poco menos que vergüenza.
¿Por qué en Fast and the Furious, cuando hablan en grupo, se ponen en línea mirando a poniente en vez de hacer un corrillo como todo Dios?
El caso es que, y volviendo al mundo real, cubrimos la mitad del recorrido sin sobresaltos. Hicimos una parada para recargar energía y comer unos bocatas de mantequilla de cacahuete y mermelada que dan más vigor que el cuerno de rinoceronte molido. Luego arrancamos y el diluvio llegó a Buffalo.
 
Menú del día
En plenas Akron Falls nos pilló una chupa de padre y muy señor mío. Entre las gafas y el sudor ácido que me entraba por los ojos me pasé un buen rato sin ver un pijo y pudiendo causar decenas de accidentes. Encima el compañero de ruta sintió el apurón y me llevó a ritmo de persecución otro poco hasta que vio como empezaba a desfallecer. Cumplimos las 45 millas (en torno a los 72 kilometrejos) en algo menos de 4 horas lo cual no está mal si entendemos que paramos a por mantequilla de cacahuete y mermelada otro par de veces más (y que los primeros quinientos metros los hicimos en casi veinte minutos por el problema de tardonismo antes relatado). Pero el tiempo no era lo importante, una vez más.
Cuando el gaitero se atecha es que ya viene malo
Este año Roswell Park ha recaudado cuatro millones y medio de dólares a base de donaciones. Una gran cantidad de dinero a la que han colaborado el señor Kike, mis papas y mi esposa. Ya que los donantes, son oviedistas, salvo mi mother (corre la leyenda de que mi madre es del Betis, igual por eso soy yo tan de cantar por soleares), y en virtud del ascenso del Sporting y de las recomendaciones ciclistas del amigo Pol, me hice la ruta de rojiblanco. En rojiblanco por fuera, por dentro el motor iba requemao.
Buscad a Dolfo. Pista: Es el más joven y el que tiene más cara de ir a morirse
El ambiente se deslució con la lluvia. La gente acabó la ruta y se retiró, en su mayoría, a sus aposentos y lo festivo se perdió. Aun con todo, ningún reproche ni queja. Otro año disfrutando, y los que vengan. De verdad que merece la pena. Es cierto que el sol ayuda y permite centrarte en las historias anónimas que te rodean. Otros años tuve más sensación lúdica mientras que éste parecía que todos estábamos deseando huir de la tormenta. El año que viene espero repetir, aunque en mejor forma.
Mierda, no vi el camión de los donuts
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