jueves, 7 de noviembre de 2019

EL EFECTO MANDELA



Vamos a recuperar un poco el blog para un tema interesante que va más allá de lo buena que pueda ser la serie de Watchmen o sobre que todavía le deba una entrada a ese peliculón que es Yo, Tonya. El problema comienza precisamente por esta película. Estaba convencido que, en algún momento libre, me había sentado frente al teclado a glosar las virtudes de este drama protagonizado por Margot Robbie. Y resulta que nunca lo hice.
"Ponte las pilas muchacho"
Como atravieso un confuso momento donde numerosos cambios afectan mi día a día pensé que lo único que estaba sucediendo es que arrastro una caraja de nivel pantagruélico y gargantuesco. Pero me dice Wikipedia que no. Que eso se llama tener un falso recuerdo. Lo que sucede es que distorsiono mis memorias para engañarme a mí mismo y hacerme ver que hice lo que no hice. Más o menos como una vez en que mi mujer me hizo unas albóndigas que habrían servido para volver a encofrar el Muro de Berlín y que éste resistiese el asalto de una flota intergaláctica. Yo pensé que me las había comido todas, pero me engañó el subconsciente y un día cualquiera las encontré por la nevera. Para evitar enfrentarme a la realidad procedí, no me pregunten el porqué, a lanzar las albóndigas al cagadero. Allí se montó tal tapón de carne que casi vacía por succión el Lago Erie. Vamos que mi mujer se enteró de mi desdén hacia sus albóndigas y de lo idiota que era (y es) su marido cuando me vio tirando de desatascador y sacando media vaca muerta del váter.
Alcanzando niveles Homéricos
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