
La cultura, mal que les pese a muchos, es un
bien de incuestionable calidad que, por derecho, debería llegar a todos. Sin
embargo son muchos los difíciles problemas que hay que afrontar cuando uno se
acerca al tema de cómo distribuir esta cultura, y más desde que internet se
convirtió en algo común e indispensable.
Ha existido una polémica sobre a quién
pertenecen los derechos de determinadas obras, ya sean musicales,
audiovisuales, libros, etc. De un tiempo a esta parte asistimos a la lucha
contra la piratería online, cerrándose páginas webs que enlazaban contenidos
que no les eran propios, permitiendo el acceso gratuito a películas o música.
Sin embargo hay algo que no se tiene en cuenta.
Cuando yo era chaval, era habitual comprarte
un CD por el cumpleaños, o por reyes, con precios que iban de las dos mil a las
tres mil pesetas. Salvo coleccionistas, el acceso a la música se lograba a
través de la radio y las copias en cinta de CDs ajenos, prestados o reservados
en la biblioteca. No había más. Ello limitaba tu conocimiento del medio al boca
oreja, la publicidad televisiva o las radiofórmulas y, de esta manera, artistas
de gran talento eran alejados del gran público.
De la misma manera, el encarecimiento de las
entradas de cine, ha traído consigo un descenso en el interés por determinadas
películas. Los “blockbusters”
veraniegos, las grandes películas trufadas de efectos especiales y escenas
impresionantes, siguen atrayendo al espectador deseoso de sorprenderse, pero casi
nadie paga los veintidós dólares que pagué ayer por “Godzilla”, para ver “Fading
Gigoló”, la última obra de John Turturro,
a la que le tengo ganas, pero que no me quiero permitir.
Y luego están los comics.
Soy un amante de la lectura de comics.
Cuando empecé a ganar dinero, dedicaba una parte del sueldo a abastecerme de tebeos,
adquiriendo grandes obras y llevándome algunos chascos pero, siguiendo el
ejemplo cinematográfico anteriormente expuesto, abalanzándome sobre los
clásicos personajes de Marvel o DC y obviando otros menores cuyos
precios me echaban para atrás.
Pero hete aquí que descubro la excepcional página
How to Arsenio Lupin. En ella me
reencuentro con el Capitán América
de Engleheart o Mike Zeck, vuelvo al Hulk
de Sal Buscema, el Batman de Loeb y Sale, o incluso
revisito los Transformers dibujados
por Andy Wildman. Vuelvo a leer los
comics que tuve y por los que pagué, pero que abandoné en una mudanza para
cruzar el Atlántico. A la vez descubro al nuevo Clint Barton de Aja, el Daredevil de Waid o el Batman de Snyder.
Sin embargo, How to Arsenio Lupin me abre las puertas a los inesperados Locke and Key de Joe Hill, al Über de Kieron Gillen o al excepcional Saga del creador de los Runaways, Brian K. Vaughan. En mi vida de comprador compulsivo, me habría
acercado a estas bellezas de no haber estado accesibles, y en el futuro, en
alguno de mis viajes a las tiendas de comics locales, encontraré estas
historias y las poseeré en formato papel, porque así lo desee, no porque la
publicidad me engañe (como el Hulk rojo
de Loeb), porque el personaje sea
importante (como el Hulk rojo de Loeb), o porque el guionista me atraiga
(como el Hulk rojo de Loeb). Cuando los encuentre, pagaré mi
dinero gustoso por un comic de calidad que no habría descubierto de no ser por
una plataforma abierta, libre y gratuita.
Por esa misma razón trato de encontrar la
manera de, una vez escuchados, recopilar todos los discos de The Darkness, e incluso verlos en
directo. Es por ello que una vez vi “Monsters”,
decidí que su director, Gareth Edwards,
merecía la pena y ayer fui ilusionado a ver “Godzilla”.
La rueda gira, de manera diferente a como lo
hacía. Ahora la difusión de la cultura abre unas puertas y cierra otras. Los
sinónimos de calidad, las grandes productoras, los grandes artistas y los
excepcionales vendedores, seguirán amasando nuestro dinero, pero los pequeños,
los nuevos y los desconocidos han encontrado, sin saberlo, la forma de abrirse
al mundo. Solo es cuestión de tiempo que la gente filtre la información y los
del segundo grupo pasen al primero.
Es por ello que me apena, aunque lo entiendo,
que editoriales, directores de cine o artistas, se opongan a esta forma de
mercado en lugar de aprovecharlo. How to Arsenio Lupin ha sido denunciado, con o sin razón, no soy quién para juzgar.
La editorial acusadora me es desconocida, pero siento que se hacen, a la larga,
un flaco favor. No sé los beneficios que sacan los administradores de la web
pero creo que sus ganancias tienden a cero. Si alguien gana con esto, no son
ellos. A la larga son otros, pero parece que no se dan cuenta.
Por mi parte espero que la página mantenga su
calidad y nivel de trabajo. A ellos me entrego cada tarde cuando en mi tableta
vuelvo a ver a Batroc el saltarín, Alimaña o a Conan el Pirata. No tendría otra
forma, ni tan siquiera pagando porque no tengo acceso a ese material. Yo, y
seguro que muchos, agradecemos el esfuerzo por mantener la rueda girando, y
sinceramente, espero que dure.
Esta bárbara tu opinión, y es algo que a muchos les pasa (yo incluido), que despues de bajar comics empezamos a comprarlos, ya eligiendo calidad y no "cualquier" cosa.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias.
Gracias a ti y a los que hacéis posible vuestro blog.
EliminarAdolfo, un par de preguntas relacionadas con el tema:
Eliminar1) ¿Aproximadamente cuántos tebeos en formato de papel has conseguido acumular en décadas de paciente colección? Deben de contarse por miles...
2) Si tuvieras que elegir cinco para llevarte a una isla desierta,¿Cuáles serían?
Los conté en su momento pero creo que me resultaría imposible saberlo porque ahora hay tres fuentes de comics acumulados en un trastero financiado por mis padres. Tirando a "más o menos" yo calcularía en torno a los ¿dos mil? Cuando me mudé de Madrid le regalé a unos amigos chilenos cuatro bolsas llenas de comics que eran en torno a los doscientos-trescientos números. Quizá mis padres que los cargaron y descargaron, lo sepan mejor. Debería revisar.
EliminarEn cuanto a los comics que podría releer hasta morir:
1)Top Ten de Alan Moore
2)El Brujo de Francisco Ibáñez
3)El largo Halloween de Jeph Loeb
4)Watchmen de Alan Moore
5)Born Again de Frank Miller
Con esos podría tirar unos días, jeje.
Jooder. Has invertido millones de las difuntas y añoradas pesetas en tebeos. Con cerca de dos mil ejemplares tendrás muchas obras maestras como las cinco nombradas; Con los que no lo son tanto, habrás pasado también incontables buenos ratos, así que dinero bien invertido.
EliminarTambién he comprado algunos que eran horribles. Algún día juntaré dinero y podré reunir a todos mis pequeños tebeos bajo el mismo techo. Es un sueño simple, pero ya tengo un acuerdo con mi mujer para dedicarles una habitación de una futura casa (no sé si lo verán mis ojos al paso que vamos)
EliminarQuién pudiera hacer como Guillermo Del Toro, que tuvo que construirse una casa exclusivamente para guardar su colección de tebeos y figuras. O George RR Martin, que tiene otra casa solo para los cachivaches relacionados con juego de tronos:
Eliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=r0WXqEl846k
De todo lo que sale me quedo, sin pensarlo, con la figura del Doctor Muerte. Pedazo de figurón. Yo quiero algo así, pero menos recargado, jeje
EliminarYo me quedo con la sala de proyección que tiene el tocinete, con sus cuadros de Hitchcock y todo. Lo demás lo vendo en eBay.
EliminarMaravillosas palabras, me llegaron a lo más profundo.
ResponderEliminarGracias por tanto cariño.
Maravillosas palabras, me llegaron a lo más profundo.
ResponderEliminarGracias por tanto cariño.
Gracias por vuestro esfuerzo y dedicación.
Eliminarveo que solo conoces el comic de eeuu de superheroes asi que re animo a que pruebes comic europeo principalmente de las ultimas decadas
ResponderEliminarun saludo
Estaría feliz de recibir alguna recomendación. Es cierto que de cómic europeo ando flojo. Lo último que leí fue el Pickhead de Brremaud y Rigano, pero me quedé en los cláisicos como Asterix, Spirou, Jeremiah, los Hombrecitos o Mortadelo. Así que estoy abierto a cualquier recomendación. Muchas gracias!
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