Yo creo que hay dos formas de hacer películas. Por ejemplo, en el caso de Pacific Rim, un buen director como Guillermo del Toro, decidió pasárselo
bien y experimentar haciendo algo para él, y que además diese dividendos. Una
película de monstruos rodada con talento pero con un grado de involucramiento menor
que en, por poner un ejemplo, obras como Hellboy
o El laberinto del fauno, más
apegadas al imaginario del autor.
En Godzilla, su director, Gareth Edwards, sin recorrido
profesional reseñable más allá de otra película de temática monstruosa
(Titulada Monsters, para más señas),
ha decidido que era el momento de sacar todo lo que tiene y dar el do de pecho.
La desgana de uno y las ganas de otro son la principal razón de que Godzilla sea una película infinitamente
superior a Pacific Rim.
Para empezar, Edwards ha ido a la
biblioteca y se ha empapado del "Manual
del Blockbuster" del Spielberg
clásico. El director de Tiburón y Parque Jurásico es un mago a la hora
de convertir un guión simple en pura magia. Todas las tomas tienen un sentido.
En todas ellas pasa algo y se cuenta algo sin tratar de hacer piruetas
innecesarias con la cámara. Pero lo más importante para mí, el verdadero
secreto, está en tratar el espectáculo como una montaña rusa. No siempre puedes
estar en lo más alto y tiene que haber algún momento de descanso para que la
siguiente pendiente te cause impacto. De esta manera, Edwards entrelaza la destrucción causada por monstruos gigantescos
con momentos menos tensos y paso a paso genera una película de excelente
factura técnica, con un sonido superlativo, una música excepcional y unas
escenas excelentes.
Vale que el guión es el que es, y que seguimos con el problema de siempre
de este tipo de películas. Estos monstruos de trescientos metros se
caracterizan por ser silenciosos y escurridizos cual ardilla, y solo de esta
manera se explica que algunos paseen (destruyendo todo lo que pillan) por Las
Vegas, Hawái o San Francisco y muchos ni se enteren.
Pero al cine vamos a pasarlo bien y la película lo consigue. Huelga decir
que en el final de la última batalla de Godzilla
contra sus malvados enemigos, yo fui uno de los muchos del cine que aplaudió
ese "momento bad ass" del
monstruo de la Toho (que no es solo
la productora originaria de Godzilla
sino también el equipo de Mark Lenders,
dos monstruos de la cultura popular japonesa unidos para siempre en mi mente
enferma).
Para lo negativo, algo tan prototípicamente yanqui como es ese amor
desmesurado por el ejército. Hasta que no lo vives de primera mano no te das
cuenta del respeto que genera en los USA todo lo militar. Aquí es común ir a la
compra y encontrarte a un soldado en la sección de helados. La gente (no todos)
les saluda por la calle y les agradecen su esfuerzo por mantener la paz
mundial. Será por enfrentarse a Godzilla,
porque estos a Ucrania no van ni atados, que allí tiran con balas de matar. En
España somos más de "Historias de
la puta mili", que a mí, me van a perdonar, me suena a retrato más
fidedigno de la soldadesca global.
Por cierto, quiero resaltar el tráiler de la última película del gran Eric Bana, "Deliver us from Evil", que me ha dado un miedo del copón y que
se apunta, desde ya, en mi lista de películas a ver, algo que haré en solitario
porque no conozco a nadie que disfrute con las películas de terror y mi mujer
cuando las ve se pasa la noche soñando con monstruos horrendos echandome, a posteriori,
las culpas a mí de su incómoda pernocta.
De manera injusta, todo sea dicho.
Por lo pronto, ésta noche a soñar con lagartos gigantes, que no está nada
mal. Recomiendo la película. Y aprovechando estos posts en los que lo mezclo
todo, dos consejos más.
Consejo A: La segunda parte del Capitán
América mola.
Consejo B: No veáis Transformers IV,
que tiene pinta de cagarruta. Y sale Mark
Whalberg que es todavía peor actor que Leo
di Caprio.
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