domingo, 10 de septiembre de 2023

SPORTING DE GIJON. CRÓNICAS CHIGRERAS 2023-2024

Traté de ver ayer el duelo de máxima rivalidad entre el Real Oviedo y el Real Sporting de Gijón. Para sorpresa de nadie, en el minuto 15 abandoné la pantalla hastiado de saques de banda que iban a ninguna parte, topetazos, torpezas y balones que subían al hermoso cielo asturiano para nunca volver. Regresé mediada la segunda parte para comprender que nada puede cambiar si los ingredientes son los mismos. El partido continuó por los derroteros del aburrimiento y el sopor hasta el punto de que cuando el árbitro añadió cinco minutos de descuento apagué el ordenador y me dediqué a otros quehaceres.

Sábado de mucho estrés

He perdido interés por el fútbol y, ciertamente, el Sporting no me ha ayudado mucho a recuperarlo. Llevamos años de fútbol plano, falto de calidad y de jugadores elevados a la categoría de figuras cuando apenas podrían o deberían categorizarse como figurantes. Por aquí han pasado y hemos encumbrado a futbolistas como Manu García, titular en el Aris griego, un equipo que hace menos de diez años jugaba en la tercera división helena. Gragera, suplente en el Espanyol, Mariño perdido por Almería, Scepovic, Carlos Castro, Michael Santos y demás jugadores de mediocre recorrido han sido aplaudidos como figuras en años recientes. Todavía recuerdo como tiempo atrás se tachó a gente como Mario Stanic de tronco. Un tío que con 21 años anotó 7 goles en primera como rojiblanco y que dejaría huella en otros clubes como el Chelsea, el Parma (cuando era el Parma de Chiesa, Cannavaro, Thuram, Buffon, etc.) y jugaría de titular en aquel gran mundial de la Croacia del 98. Luhovy no valía, Nilsson era un vago, Lediakhov un indolente y ni tan siquiera entro en como se trató a jugadores como Joaquín. El nivel de exigencia ha cambiado para ajustarse a unos tiempos en los que la calidad futbolística es escasa.

HOMBRE MOLÉCULA: Fantastic Four 20 (1963)


Los balances de poder son fundamentales a la hora de contar una historia o narrar una confrontación entre el bien y el mal. Es por ello que durante cualquiera de las batallas a gran escala entre héroes y villanos, algunos de los clásicos pesos pesados de Marvel desaparecen de escena. El ejemplo más claro de esto suele ser la ausencia del increíble Hulk durante el conflicto causado por la guerra civil superheroica de 2006.

Esto se debe a que los personajes con niveles de poder fuera de cualquier escala son difíciles de controlar e incluso difíciles de integrar en algunas historias. Y por esa razón el Hombre Molécula es un personaje tan interesante como complejo de entender, adaptar e interpretar.

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