viernes, 29 de julio de 2011

EL DÍA QUE HULK ME HIZO LLORAR

Cualquier persona que lea el título de esta entrada, pensará que tengo alguna tara mental. Lo más posible es que no le falte razón, al menos no seré yo quién se lo discuta. Pero es así, siendo un niño (doce o trece años) leí un cómic de El increíble Hulk que mi padre me había traído y lloré. En la cama y como un niño, lloré.
El cómic data del año 84. Los nombres tras esta, para mí, obra maestra no son muy conocidos. Bill Mantlo, el guionista, era uno de los chicos para todo de Marvel cómics en los 80 y guionizaba habitualmente las colecciones dedicadas a los juguetes que vendían sus derechos a Marvel, como los Transformers o Rom.
Rom de Galador,personaje no muy famoso

El dibujante es Alan Kupperberg, un semidesconocido, al menos para mí. Aún así muestra una importante calidad en los lápices. De hecho en mi memoria, atribuía el dibujo a uno de los hermanos Buscema, lo cual son palabras mayores.
La historia es sencilla. Un Hulk descontrolado es enviado a una encrucijada de caminos desde la que alcanzar miles de mundos. Siempre que en uno de esos mundos no fuese feliz, un hechizo implantado por el Doctor Extraño le devolvería a la encrucijada de manera que Hulk pudiese encontrar el lugar perfecto para él. Tras cruzar una de las puertas de la encrucijada, Hulk aparece en un mundo selvático donde cualquier cosa que coma le envenena quemándole las entrañas. Tras matar a un animal para comérselo, comienza la agonía de Hulk, la cual cesa cuando un ente horroroso similar a una columna vertebral vampírica, proveniente del animal caído, se une a Hulk. Este nuevo personaje llamado Sym, explica que la unión de ambos seres permitirá a Hulk sobrevivir en el planeta y a cambio solo necesita que él lo transporte y lo proteja.
Hulk y amigos
Sym se comunica mentalmente con un Hulk bestial que apenas le entiende. El ente simbionte comprende pronto la magnitud del poder de Hulk y rechazados por los otros simbiontes que pueblan el planeta, el coloso esmeralda y su nuevo compañero huyen. En la huída Sym, comenta a su verdoso compañero que su sueño es ver las estrellas. Unido al suelo por definición o con los ojos fijos en la espalda de un compañero, Sym tiene un sueño y Hulk puede ayudarle a conseguirlo. Trepando una enorme montaña, Hulk llevará a su amigo a ver las estrellas, pero en el colosal ascenso, el simbionte se percata de que está drenando la energía de su compañero y que de persistir en su aventura, Hulk morirá. Por eso, una mañana, tras hacer noche en una cueva, Hulk se da cuenta de que su compañero no está y lo busca para encontrarlo en el exterior bajo las estrellas, encantado y moribundo al mismo tiempo.
Sym muere contento
Hulk le suplica a Sym que se vuelva a unir a él, sin saber que eso acabaría con su vida, pero el simbionte se niega y muere, feliz, aunque sumiendo a Hulk en el llanto tras perder a su único amigo. Esta tristeza activa el hechizo y le devuelve a la encrucijada de caminos. A la vez, el gesto demuestra que Hulk sigue siendo humano y no una bestia, razón por la que fue expulsado a la encrucijada.
Pero Hulk no es feliz
La historia está perfectamente narrada en una combinación de la belleza selvática del planeta con el crudo ascenso por la montaña. Las escenas finales son de una dureza increíble y muestran que incluso historias de una mole de músculos sin cerebro pueden ser tiernas y hermosas, sin necesidad de combates épicos ni enemigos invencibles. Este cómic es una de esas razones por las que gente como yo, considera a esta forma de expresión, otro modo de hacer arte, ya que el arte, escrito, pintado o proyectado en una pantalla, no solo ha de ser bello, sino hacerte sentir. Si tenéis ocasión, echadle un ojo, son 24 páginas, si no recuerdo mal.

CONFESSIONS


Ayer debía ponerme a rellenar una montaña de papeles, pero no me sentí capaz (por cierto, dos goles en mi pachanga). Por esa razón, me puse a ver una película japonesa. La descripción de la misma hablaba sobre una niña muerta al caer a una piscina, así que en mi cabeza comencé a ver a la típica niña de película de terror que ya cansa un poco. Sin embargo con un poco de voluntad y haciendo un esfuerzo al que estoy poco acostumbrado, seguí leyendo. La historia trataba sobre la venganza de la madre de la niña, profesora de escuela, sobre los dos alumnos que habían asesinado a su hija. Vale, eso ya me gustaba más. Así que armado con un calippo de fresa en este verano madrileño, decidí que pasaría la sobremesa viendo una película japonesa, de la que esperaba que fuera una versión de los Diez Negritos de Agatha Christie, con la profesora buscando culpables y finalmente triturándolos en una explosión de gore y diversión.
No, los diez negritos no son la selección de fútbol de Sudáfrica
 Pero no. No voy a explicar una película basada en los giros de guión. Solo diré que los culpables aparecen al principio y que básicamente hay tres personajes fundamentales además de la susodicha profesora, a los cuales, como soy poco dado a recordar nombres y menos japoneses, llamaré Óliver, Benji y Heidi. Estos tres personajes reaccionarán a la venganza de la profesora de formas dispares, al principio un poco extrañas si tenemos en cuenta la distancia existente entre la cultura nipona y la nuestra, pero con el paso de la película nos meteremos poco a poco en sus historias. Los giros de guión afectan a los tres de manera continuada hasta llegar a un clímax bien rodado y bien acabado (en mi modesta opinión). De esta manera Óliver se comportará como un cabroncete pero con una razón, Benji como un auténtico enfermo mental y Heidi, bueno, a esa no la tengo tan calada.
A mí el que me molaba era Mark Lenders
 Pues nada más. Amigos de la sangre, las rarezas niponas y demás, me parece una película para pasar un rato dignamente en el sofá. También reconozco que para ver casquería y cosas que no entiendo, podría haber puesto el Sálvame, pero tampoco tengo tantas agallas.
¡Coño! Da más miedín que la niña de The Ring


jueves, 28 de julio de 2011

SIN PERDÓN


El otro día mi mujer me comentaba que el cartel de la película Templario estaba muy bien, y es cierto. Me puse a pensar y creo que mi cartel favorito es el de Sin Perdón. No solo el cartel, también la película está entre mis tres favoritas. Curiosamente en las tres participa Morgan Freeman.
Sin Perdón es la demostración de que Clint Eastwood ha aprendido bien de los maestros con los que ha trabajado como Sergio Leone o Don Siegel. Además muestra un conocimiento y un respeto por el tipo de cine que le hizo famoso, el Western. En esta obra maestra, Eastwood demuestra un dominio tras las cámaras al que ya nos tiene acostumbrados y cierra la boca a aquellos que critican su nula capacidad interpretativa con una actuación llena de matices.
"Échale cojones y dime que soy mal actor, pedazo de mierda"
La historia es simple. Unos vaqueros retirados deciden ir a cobrar la recompensa ofrecida por unas prostitutas a cambio de la muerte de los chicos que han marcado a una de ellas. Pero el fuerte no es la historia. El fuerte son los personajes. Y es que cuando Clint se levanta de su mecedora y se pone tras la cámara, el resto mira, calla y aprende. En esta película, Eastwood, con la maestría no siempre bien apreciada del que hace fácil lo difícil, enfrenta las dos versiones que existen del lejano Oeste. Por una parte está el Oeste de las películas, limpio, hasta romántico, de héroes impecables. Esta parte la representa Bob el Inglés, interpretado por el gran Richard Harris. Bob es todo un caballero inglés que dispara a chinos y faisanes y engatusa a las alegres señoritas. Todo ello, respaldado además por la continua compañía de su biógrafo que se traga las endulzadas mentiras que Bob cuenta, perpetuando una imagen que es la que ha llegado hasta nosotros, repleta de duelos al sol y defensas del honor. Por otra parte aparece la enorme figura de Gene Hackman interpretando al Sheriff Little Bill. La imagen de Bill es la del Oeste duro, cruel, salvaje y realmente sin perdón. Gene Hackman interpreta a un personaje que destila seguridad y fuerza en todo lo que hace. De hecho el único momento en el que parece realmente enfadado es cuando critican su habilidad para la carpintería. Por lo demás Little Bill es capaz de destrozar a golpes a Bob el Inglés mientras da un discurso, para a continuación darle un arma cargada y retarle a cogerla, solo por poder matarle fríamente.
Bob el Inglés y Little Bill, dos estilos diferentes.
Por último y frente a estas dos imágenes del Oeste americano, está Clint Eastwood. Interpreta a William Munny, conocido ladrón y asesino, el cual ha disparado a todo aquello que tuviera vida y se moviera. Ha matado a mujeres, y a niños, pero siempre estando borracho. Munny, reformado por su mujer, ya fallecida, se dedica a criar cerdos y mantenerse sobrio, cuando ve la posibilidad de entregar un mejor futuro a sus hijos y parte a la caza de una recompensa, la cual parece una última solución para su vida. Durante todo el viaje reniega de su pasado y culpa al alcohol de su mala actitud. Clint convierte a Will Munny en un hombre capaz de contar como ha realizado las mayores atrocidades y por el cual llegas a sentir lástima. Pero todo cambia. En un momento sublime, Will se queda solo. Su amigo Ned es capturado y asesinado por Little Bill y en una escena sublime, William Munny comienza a beber de una botella de whisky. Con el primer trago la mirada de Clint Eastwood cambia de forma sutil, pero perceptible. El William Munny destrozado deja paso a una fuerza de la naturaleza, pero con solo un trago, dando a entender que el alcohol solo era una tapadera para hacer más llevadera la pesada carga de sus inenarrables barbaries. Con este hecho y si nos queremos poner profundos, se muestra que el detonante de su cambio de actitud no fue que su mujer le apartase del alcohol, sino el amor por su fallecida esposa. En el momento en que los ojos de William Munny cambian, desata toda su furia arrasando un bar y a todos los que hay en él. Sin cubrirse, como si un ente sobrenatural hubiese entrado por la puerta. Cuando el único superviviente le pregunta cómo lo ha hecho, cuál es su táctica, William responde casi sin mirarle, indicándole que siempre ha tenido suerte cuando se trata de matar. Su salida del bar, caminando y amenazando entre una tormenta salvaje, no es más que el colofón a una película que perdurará en el tiempo. Una auténtica obra maestra.
Aquí a Clint no le está molando ya el tema.
Así que no puedo más que recomendarla. De hecho ha sido fuente inagotable de inspiración para otras películas, permitiendo el renacimiento de un género casi extinto, e influyendo en otros medios como el cómic donde El viejo Logan, un cómic post-apocalíptico de Lobezno y el pistolero mitológico de los cómics del Predicador, El Santo de los asesinos, beben directamente de la fuente que Eastwood abrió.
El Santo de los asesinos

¿QUÉ ES EL FÚTBOL?


Toda una vida de aficionado al fútbol, seguidor y practicante del mismo, no me han preparado para defenderme ante la típica pregunta que solo puede hacerte tu mujer. "¿Por qué te gusta tanto?" Esta frase suele ir acompañada de la coletilla "No lo entiendo". Siendo sinceros nunca he sido capaz de responder a esa pregunta. Para mi jugar al fútbol (por cierto en mi pachanga del miércoles, ridículo lamentable recibiendo un caño de tacón) es algo esencial. Es mi deporte favorito, me relaja, me divierte y me ha permitido conocer a algunos de mis mejores amigos. Es diferente practicar un deporte que sentarte a verlo por televisión, pero la pregunta no es por qué a mi, particularmente, me gusta tanto el fútbol, la pregunta es ¿por qué es un fenómeno prácticamente global? Y digo prácticamente debido a que es cierto que hay regiones como los Estados Unidos donde es un deporte que no ha arraigado. Sin embargo, películas como La gran final, nos muestran la pasión por este deporte que surge en los sitios más indómitos del mundo, al ofrecernos las peripecias de unos nómadas de Mongolia, unos camelleros del Sáhara y unos indios del Amazonas en su intento de ver por televisión la final del Mundial de 2002.
Evidentemente, en el Amazonas van con Brasil.
Más allá del efecto está la causa y la vuelta a la pregunta ¿Por qué? Muchos dicen que el fútbol representa una especie de guerra actual con equipos representando territorios y enfrentándose a los vecinos. Es por ello que se habla de los duelos regionales como más alta representación de las luchas fraternales y blablabla. Vaya mierda. Si eso es así, que me expliquen cómo es que existe gente (como yo) aficionados de equipos eminentemente perdedores. Y es que uno apoya a un ejercito, o en este caso a un equipo, en tanto en cuanto consiga resultados que dejen en buena posición a sus representados ¿Cuántos conocen a Sonny Liston? Pues es el tío que sale en una de las fotos más importantes de la historia del deporte junto a Muhammad Ali. Dos veces perdió con el otrora conocido como Cassius Clay. La gente se fija en los ganadores, entonces ¿Qué pasa en el fútbol?
El del suelo es Sonny Liston, tumbado en el primer asalto.
En el fútbol no hay amor sin odio, ni lógica sin sinrazón, es querer, poder, llegar y perder. Todo en uno, lo tiene todo y es inexplicable, de ahí su éxito. Bueno, no del todo inexplicable.Es mejor explicar el amor por el fútbol con imágenes, y aunque son los maestros de la palabra y del verbo fácil, los dos mejores ejemplos visuales acerca de qué es realmente el fútbol, vienen de Argentina.
El primero es el Tano Pasman. Este buen hombre sufre colérico y agónico el descenso de su equipo, River Plate. No va a quedarse en el paro, no ha perdido un miembro, no le ha abandonado un hijo y sin embargo cualquiera de esos problemas parece menor que el descenso de su equipo de fútbol.
Por otra parte y también del cono sur, nos llega un anuncio que a un futbolero como yo, y salvo que seas chileno o uruguayo, le pone los pelos de punta. Este video ejemplifica a mi entender que coño es lo que uno siente por el fútbol y por qué ha llegado tan lejos, salvo a los estadounidenses, pero es que esos son muy raritos.

miércoles, 27 de julio de 2011

AL CALOR DE UNA VELA

Ante la insistencia de mi mujer, que me apoya en todo lo que hago, salvo en lo de engordar y quedarme calvo, he decidido que le voy a hacer caso e incluir alguna historia corta en este blog cutre que poco a poco voy montando. Soy consciente de mis limitaciones y mis fallos (posiblemente hasta ortográficos), pero como el blog es mío, pongo lo que me da la gana. Así que de vez en cuando pondré algo que las musas hayan venido a contarme. Mi primera historia es Al calor de una vela.


Nina se calentaba las manos acercándolas a la única llama de la habitación. Poco importaba que con ese simple gesto abortase toda posibilidad de iluminación del resto del cuartucho que compartía con su abuelo. Llevaban así desde el 9 de Noviembre y Nina ya no sabía cuántas lunas habían pasado desde que los cristales de los establecimientos judíos hubiesen comenzado a estallar en pedazos ante el asalto de la maldad y la ignorancia. A Nina no le importaba el Partido Nacionalsocialista, no le importaban las sinagogas, no había oído hablar del asesinato de Ernst Vom Rath. Nina solo quería jugar en la calle, cenar con sus padres cuando cerraban la sastrería y que su abuelo le contase cuentos justo antes de acostarse, a la luz de la misma vela que ahora le servía de calefactor. Pero Nina ya no era solo una niña de 11 años. Nina ya era mayor. Su niñez había huido al último rincón de su memoria, y a través del único agujero de la pared de su guarida solo podía verse soledad,  violencia y un mundo exterior cada día más gris. Tampoco ayudaban los momentos de tensión mientras el abuelo se escabullía a por agua o víveres, cada día más escasos. No, Nina, ya no era una niña, porque uno pierde su condición de infante cuando ve como dos hombres golpean a un tercero hasta la muerte y lo dejan tirado en la calle como si fuera menos que una colilla. Una escapa de su infancia cuando ve la noche iluminarse y arder con un fuego aún más vivo que el del sol, para a continuación oscurecerse con un humo que tapa el más mínimo destello de la luna. Nina dejó atrás a la niña, esperando a que su abuelo volviese de robar comida y ahora, la cada vez más adulta Nina, comenzaba a darse cuenta de que su abuelo cada vez salía menos y dormía más, de que el color de su cara era cada vez más pálido y mortecino, de que su respiración era entrecortada y quejumbrosa, de que la vida se le escapaba, y con la de su abuelo también la suya. ¿Por qué nunca le había dicho donde conseguir la comida? ¿Dónde estaba la fuente más cercana para saciar su sed? ¿Cuál era el camino más seguro? Desde su escondite le veía perderse tras una esquina, pero a partir de ahí, la nada, el vacío, el desconocimiento. Maldito viejo, pensó Nina sin mirarle, me has salvado y condenado en la misma acción. Cinco días sin comer y apenas sin beber estaban arrastrando la locura a las playas de la mente de Nina. No hay salida, emparedada viva en este ridículo cuchitril. Se acabaron los juegos, las carreras por la calle, los caramelos y los cuentos y a Nina solo le quedaba una vela para calentarse. Nina odiaba, lo odiaba todo, a los uniformados hombres que pasaban por la calle, el tener que apagar su único foco de luz cuando oían ruido bajo sus pies, el ver como la sastrería de su padre justo enfrente de la calle estaba siendo ocupada por una familia rubia, guapa, de aspecto feliz y a la que Nina envidiaba desde lo profundo de sus tripas. Sabía que si cruzaba la calle de día para pedirles un trozo de pan, la entregarían a los guardias, y su abuelo nunca le había explicado por qué. Por qué sus padres ya no estaban, ni su hermano, por qué solo le quedaba un odio profundo, un hambre que la devoraba, un viejo moribundo y ninguna salida. Así, mientras del vacío de su estómago surgía un ruido sordo, sus ojos azules abandonaron definitivamente la infancia y cruzaron el umbral que separa la razón de la locura para posarse sobre el cuerpo de su abuelo ya fallecido. Bueno, pensó Nina, al menos para uno de los problemas tengo una solución.

martes, 26 de julio de 2011

PARTIÉNDOME LA CAJA

Desde muy joven he tenido un sentido del humor muy inglés, muy pulcro, en el que predomina la ironía sobre la carcajada generada por el mal gusto. Cualquiera que lea esta frase y me conozca sabe que mi video de humor favorito es ese en el que un mono se mete un dedo en el culo y después lo huele, cayéndose de la rama en la que se encuentra, no sin antes hacer un gesto muy humano, algo así como "¡La Virgen, pero qué...!" Que duda cabe que este video representa de manera exacta la teoría de la evolución y la cercanía entre dos especies como el Homo Sapiens y el Pan Troglodytes. Pero no es de complejos teoremas biológicos de lo que vengo a hablar.
Durante muchos años de visionado de películas, de esas que mi madre siempre ha calificado como "de mucha risa", me he encontrado con obras maestras del humor y extraños casos de películas más bien aburridas, que de pronto te sacaban del sopor con un momentazo que te hacía caerte de la silla como un lerdo (o como un mono que se mete el dedo en el culo) mientras te partías la caja. Como homenaje a todo ese cine de humor, voy a intentar recopilar aquí alguna de esas escenas.
El orden en el que coloco cada escena es aleatorio, pero si estás hablando de cine de humor, casi es obligado comenzar con La vida de Brian. Si fuera una persona honesta, debería colgar toda la película ya que es una sucesión de gags acertados y buenísimos. Como ejemplos, recuerdo la entrada de cien romanos en una casucha atestada de rebeldes escondidos tras cortinas y su hallazgo de una cuchara de madera. También el momento ¿Crucifixión o libertad? o el cachondeo con Pijus Magnificus. Sin embargo mi escena favorita es sin duda la lección de latín que Brian recibe de parte del genial John Cleese y la amenaza final que siempre me hace soltar una carcajada



Pasando de una obra maestra a una obra menor, también encontré una escena descojonante en la versión de La pantera rosa protagonizada por Steve Martin. En esta aburrida película hay una escena en la que el inspector Closeau debe aprender inglés. Es de traca que un estadounidense se cachondee de la incapacidad de aprender idiomas de otra persona, pero la escena vale la pena, y más en versión original.

De una película menor a otra. Idiocracia no es ninguna obra maestra. Con una premisa interesante, narra como la reproducción incontrolada de la gente más estúpida del planeta, lleva a un futuro plagado de idiotas donde un viajero temporal sin muchas luces se convierte en una especie de mesías. Claro que para llegar a salvar a la población mundial es convertido en ministro por el Presidente Camacho. Este personaje es una obra maestra del cachondeo. Un Terry Crews sensacional da vida a un presidente que a la vez es estrella del porno y que en la cámara de representantes concluye una discusión con el representante de Carolina del Sur de una manera muy yanki .
No solo de cine de Hollywood vive un tipo como yo. En España no se hacen buenas películas de forma habitual, pero a veces los astros se conjugan y puedes pasarte hora y media muerto de risa con Airbag, o más recientemente con esta escena de Que se mueran los feos, película que me sorprendió gratamente sobretodo por la interpretación de mongolo por parte de Julián López.
Ahora vuelvo a las obras maestras del cine de humor. EL GRAN LEBOWSKI (así, en mayúsculas) donde entre escenón y escenón, queda para el recuerdo la aparición magistral de Jesús Quintana, quintaesencia de lo cutre y lo asqueroso. Acompañado de la versión del tema Hotel California de los Gipsy Kings, John Turturro se marca un baile para el recuerdo, al igual que su frase lapidaria "Nobody fucks with the Jesus" en un perfecto acento de vete a saber dónde.
En los últimos tiempos ha surgido una película de esas que ves por ver y que al final resulta una cachondada. Me refiero a Resacón en Las Vegas, muy entretenida y recomendable. Es divertida, pero de verdad que me partí la caja cuando la banda de alcohólicos protagonistas de la película le intentan devolver su tigre a Mike Tyson (¿Para que querrá Tyson un tigre?)
De los viejos tiempos me quedo con una escena de la película Mejor solo que mal acompañado, protagonizada por John Candy y Steve Martin. Es una película del año 1987 y yo la debí ver con 11 ó 12 años, demostrando ya a mis progenitores que nada bueno me deparaba el futuro cuando me partí el pecho con esta escena, sobretodo en el momento en el que John Candy sale vestido de demonio. Surrealismo puro.
Y para concluir este pequeño homenaje, tengo que sacar a colación a Eddie Murphy, uno de los grandes humoristas aunque venido a menos. Creo que su problema ha sido no encontrar el término medio entre lo soez y lo familiar pedante cutre salchichero. Sin embargo, en Bowfinger hace un papelazo, bueno dos. La película es muy divertida, pero la escena de la autopista con las caras de la versión retrasada de Eddie Murphy vale su peso en oro. 

Y no puedo terminar este día sin poner el video del mono. Es que es genial. Supongo que estará ya en el olimpo de los ases del humor junto a Buster Keaton, Chaplin y los hermanos Marx, que grande el mono.

lunes, 25 de julio de 2011

TEMPLARIO


Ayer, después de mi pachanga del lunes (3 golitos pa la saca), me puse a ver Templario, una película para pasar el rato y esperar a que me entrase el sueño. Sin embargo me ha llamado la atención. Hay otros blogs donde gratuitamente se despelleja cualquier película que no llegue a unos cánones altísimos. Yo, por mi parte, intento beber de las mejores fuentes, y gracias a mi mujer he visto Ratatouille media docena de veces. Ni que decir tiene que es una obra maestra y que cuando Pixar quiere, hace cine del grande ( la escena muda inicial de Up me hizo llorar como un nenín de teta). En Ratatouille se hace una crítica de los críticos, valga la redundancia, haciendo hincapié en lo fácil que es poner en tela de juicio el trabajo de otra persona cuando se ven los toros desde la barrera, es decir, yo puedo comentar que tal o cual futbolista es un paquetón, pero seguro que si jugasemos juntos me haría polvo y se reiría de mi. Por ello ¿Qué base tengo yo para hablar de que algo es una bazofia cuando no tengo ni la más mínima capacidad de hacer algo ni parecido? Vamos, lo que quiero decir es que alguna vez se me irá la lengua frente a películas mediocres, pero mi intención es partir desde el respeto.
Volviendo sobre el tema en cuestión, Templario es una película correcta, sin pretender ser Braveheart o Gladiator, pero llenando ese hueco que todos tenemos para unas buenas escenas de ostias como panes. La historia parte de la guerra civil que asoló Inglaterra durante el mandato de Juan I, que parece que el hombre se metía en todos los embolaos por que es el malo de Robin Hood. Juan firma una carta magna por la que concede libertades a su pueblo y luego se la pasa por el forro, contrata a unos matones venidos de Dinamarca, extrañamente todos morenos y peludos como asturianos salvo el capitán que es un rubiazo de dos metros, y comienzan las hostilidades. La historia narrada es el asedio de las tropas de Juan contra el castillo de Rochester (suceso real) y la resistencia de los rebeldes liderados por un templario y un noble.
La peli no está mal, hay una buena historia, y buenas broncas con profusión de sangre y algún espadazo muy digno.
Córtame la mortadela un poco más fina, rey

Los personajes parecen bastante reales y destaca un Brian Cox, al que parece que la cota de malla le queda un poco justa, pero claro, estamos hablando de una época en la que la comida light no se había inventado y básicamente llevaban una dieta basada en lo que viene siendo carne y birra, así que no es de extrañar que un noble de aquella época tuviera una buena panza.
"Hala, ahora una fabadina y a dormir como un señor"
 Sin embargo me ha sorprendido la presencia de una sirviente del castillo, interés sexual romántico de uno de los personajes. He mirado en IMDB y partiendo que la chica se apellida Condon, ya te cagas pero es que no creo que en esa era las sirvientas de los castillos ingleses (INGLESES) tuviesen ese aspecto y tantos dientes.
En qué (o con qué) estaría pensando el encargado del cásting cuando le dijeron "Busca a una chica que encaje en la época medieval"

Total, que el resto de mujeres que sale en la película, incluido el posible ligue del templario, son mujeres normales, las labriegas fuertotas y la damisela con pinta de romperse, así que esto lo considero un pequeño error, aunque seguro que a muchos no les importa un pijo.
Como siempre, surge el romanticismo durante el asedio del castillo. No entiendo estas situaciones en este tipo de películas. Peleando a muerte, pasando hambre y penurias, sufriendo como un perro y ¡zas! surge el amor. Nunca me ha parecido real y pasa en casi todas las películas de esta naturaleza. Al no haberme visto nunca en una situación de vida o muerte, no puedo juzgar el realismo de estas subtramas, pero de verdad que se me hace impensable, más aún en esta película donde el templario lleva una vida de celibato que rompe por una sosona de la leche.
Debo destacar a Paul Giamatti, un actor que cumple siempre con su papel. Hace de Rey Juan cabroncete y enano, un poco un Joe Pesci medieval.
Bueno, no quiero destripar a nadie la película. Desde aquí mi más sincera recomendación de cara a pasar un rato entretenido. No es perfecta, pero te lo pasas bien un par de horas, y en algunos momentos (y más tras ver Transformers 3), con eso ya llega. Lo único (atención spoiler), no hagáis como yo y penséis "El rubio este enorme de los malos, la va liar parda". No la lía, es más bien torpón


DAREDEVIL. BORN AGAIN

Para empezar un blog de título futbolero, ¿Qué mejor que comenzar con un buen cómic?

Hay gente que nace con una habilidad especial, un talento difícil de imitar y una capacidad para desarrollar el mismo, que en personas mediocres como un servidor, despierta una confusa mezcla de admiración y envidia. Han habido y habrán nombres, y seguro que muchos saldrán aquí (si me animo a escribir de continuo), ya que si por algo me caracterizo, es por ser un envidiosón del talento ajeno.
El cómic Born Again, ha sido firmado por dos talentos del mundo del cómic como son David Mazzucchelli y Frank Miller. De sobra conocido el segundo, el primero tiene un paso más difuso, pero no menos excelente por la industria de la viñeta. Quizá para muchos, solo sea recordado por participar en otra obra maestra de Miller como es el Batman: Año Uno, mucho más conocido que la historia que tengo entre manos, ya que sobre el cómic de Batman, ha llegado incluso a hacerse una película, cuyo trailer dejo a continuación.

Sin embargo y pese a reconocer los méritos de los dibujantes como John Buscema, Alex Ross o el propio Mazzucchelli (que debe ser el apellido con más letras repetidas de la historia), no puedo más que maravillarme con el talento del señor Miller para el guión de estas y otras muchas historias, adultas, duras, muchas veces polémicas, pero siempre personales y poderosas.
Comienza el hormiguero
Este señor de la foto, con pinta de Pablo Motos pasado de mala ostia, es Frank Miller y de su pluma sale Born Again. La historia es simple y potente a la vez, con factores sorprendentes para cualquier lector de cómics "tradicionales", introduciendo el mundo de la prostitución, las drogas, la guerra, la violencia, la muerte sin sentido y el cine para adultos en un cómic marvel mucho antes de que el sello MAX de la empresa del Señor Stan Lee (ahora de Disney, pero me niego a ponerlo) introdujese las palabrotas y los litros de sangre como mayor exponente de un cómic para adultos. Miller convierte el luminoso New York de Spiderman en un sitio ruín, en un continuo barrio bajo donde la delincuencia campa a sus anchas incluso disfrazada de Papá Noel con navaja. De ahí salta a un Méjico amarillo y nauseabundo donde las drogas y la pobreza parecen el plato de cada día. Este marco para la historia suponía un giro brusco para un Daredevil que años antes no dejaba de ser un risueño enmascarado que se enfrentaba a tipos como el bufón, copia clara y cutre de (pónganse en pie) El Joker. 
Cutre. ¿Un criminal con un yo-yó?
En Born Again no vemos nada de esto. Miller pone contra las cuerdas a Matt Murdock desde el principio, con la traición de su amada Karen Page. Es con los personajes secundarios, con los que Miller juega de forma maestra. Karen pasa de ser la novia de Daredevil a una ex-actriz porno en horas bajísimas, que vende la identidad de su ex-amante por un chute. Su acción desencadena una historia de venganza cuando dicho nombre llega a las manos de Kingpin, el cual deja su papel de villano de opereta y se convierte en un verdadero monstruo que controla New York con puño de hierro. Además juega con Daredevil como no lo ha hecho ningún villano de cómic con su antagonista, lo hunde lo destruye física y moralmente y lo empuja a un abismo desconocido para cualquier personaje de Marvel (salvando quizás el cómic La última cacería de Kraven, otra obra maestra). A última hora, aparecen otros dos personajes muy bien llevados, el periodista Ben Urich, conocedor del secreto que oculta la máscara de Daredevil y Nuke. Nuke es un personaje recientemente recuperado por Marvel cómics pero que causó un impacto salvaje en mi cuando lo conocí. Siendo niño mi padre me compró un cómic de Spiderman en la que como complemento había 12 páginas de esta historia de Daredevil. En ellas aparecía Nuke, un soldado imparable con la bandera de los Estados Unidos tatuada en la cara, adicto a las anfetaminas, asesino sin corazón, una máquina de matar (casi literalmente). El reverso tenebroso del Capitán América, o siendo sinceros, la versión realista del mismo. Su aparición arrasando la Cocina del Infierno hasta darse de bruces con el mismo Capitán América me sorprendió, y la forma de narrar toda la acción a través de Ben Urich me pareció demoledora. El encuentro final entre ambas caras de un país tan contradictorio, me conmocionó en plena adolescencia y me mostró el camino hacia las buenas historias.
Nuke vs El Capitán América. Dos caras de la moneda
En fin. Aquí muestro mi versión personal de uno de los cómics que más me han gustado desde siempre. No quiero contar mucho de la historia. Merece más la pena leerla y disfrutarla. Un clásico, irrepetible, una obra maestra. Mi único interés es que si alguien no lo conoce y lee este rollazo que he escrito, por lo menos se anime, lea Born Again y disfrute.

INTRODUCCIÓN AL TEMA

El paro genera demasiado tiempo libre. Como tal, he decidido aprovecharlo. Al contrario que los personajes de la película de León de Aranoa, no me paso los lunes al Sol. Me paso el tiempo jugando pachangas. Bueno, para ser sincero, el tiempo entre buscar trabajo, leer unos cómics, ver alguna peli de mierda...lo normal. Pues en ese entretiempo juego pachangas de fútbol con mis amigos. Harto del hastío veraniego, he decidio poner en negro sobre blanco las inquietudes, paridas y acontecimientos que rodean mi vida y por ello he creado este blog, en principio privado, luego Dios dirá. En dicho blog titulado "Jugando pachangas" por mi escasa imaginación, en vista de tan aburrida vida, hablaré básicamente de cómics, películas y fútbol. Así de paso aprendo algo de informática y diseño de blogs, que no se diga que pierdo el tiempo.
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