lunes, 7 de diciembre de 2015

SOBRE EL HOGAR DE LOS VALIENTES




No quiero criticar libremente al país que tan generosa y abiertamente me ha acogido y dado un empleo y una oportunidad en la vida. Si es cierto que, a nivel migratorio, altas son las trabas a superar para conseguir un estatus similar al concedido por derecho de nacimiento a cualquier estadounidense, pero supongo que es un mal endémico y no localizado.

Pero ya son cuatro años aquí, con sus luces (más) y sus sombras (menos). No voy a negar que la morriña es un problema físico de difícil curación. Desde el momento que cruzamos el túnel del Negrón sabiendo con certeza que Asturias no era una opción a la hora de trabajar, tuve claro que la vida iba a darme las suficientes vueltas como para empezar a aceptar el lugar donde pazco como un nuevo hogar lejos del hogar. Y Buffalo, salvando esos inviernos mortales, no está nada mal. Buena gente, un hermosísimo otoño, una primavera corta pero intensa y un verano para enamorar.

Pero volvamos al tema. En el día del debate electoral español, me sorprenden unas declaraciones de esa mente preclara que es Donald Trump. Porque ignorantes metidos a políticos no existen solo en España.

Dice Donald que la entrada de musulmanes representa un peligro y que cerrar la frontera por cuestiones de religión es una opción. Que debemos estar alerta. Es una visión tan sesgada y cortita de la realidad que el miedo me recorre al pensar que existen personas que toman en serio a la versión estúpida de Conan O´Brien.

domingo, 1 de noviembre de 2015

EL PASO DEL DIABLO





Lo primero decir que "El paso del diablo" no es una gran película. Quizá porque no soy fan de los llamados "found footage" (aunque siendo puristas, ésta no lo es). Estas historias de montaje encontrado dejan un poso de realidad, pero al mismo tiempo pueden resultar cargantes y suelen contener minutos y minutos de nada en absoluto. 

Sin embargo tras las cámaras se encontraba ese John McTiernan de serie B que es Renny Harlin. Este señor nunca ha sido un director top ten, pero ha hecho suficientes películas de nivel aceptable como para ser considerado un conocedor del medio. Máximo Riesgo, La Jungla 2, Memoria Letal o Deep Blue Sea adornan un currículo que otros quisieran. Por cierto que cuando le comento a un estadounidense que "Die Hard" en España se llama "La jungla de Cristal", me dicen que nuestra versión del título es muy "cool". Yo creo que tienen razón.
 
Bruce Willis en los tiempos premetrosexualidad
La película, como digo, no es en puridad un ejemplo de metraje encontrado. De hecho, y ateniéndonos a la historia, es imposible que alguien encontrase la cámara que grabó todo, y más aun, existen momentos en los que vemos lo que pasa desde la cámara de otro de los protagonistas y no desde la que supuestamente recoge cada momento de la historia. Así que el tema del hiperrealismo que supuestamente concede el grabar desde los archiconocidos dispositivos móviles es más un recurso que parte de la trama.

Pero es la historia, y a partir de aquí no me corto con los spoilers, lo que me atrae de esta película.

viernes, 16 de octubre de 2015

PERO, ¿QUIÉN ES ADOLFO SHABBA-DOO QUIÑONES?



Era yo un guaje en los locos noventa cuando mis padres me llevaron de vacaciones a Salou. Tengo grandes recuerdos de aquel viaje. Me llamó poderosamente la atención el mar Mediterráneo, tan diferente del Cantábrico en su tranquilidad. Cristalino por su falta de movimiento. Apacible, en pocas palabras. Me encantó el ritmo de la ciudad de Salou, esa marcha veraniega, ese aspecto febril para un muchacho que apenas había salido de Asturias. Me gustaron sus tiendas de todo a cien que me permitieron hacerme con mi primera camiseta de fútbol con nombre y número. Selección de Alemania, Klinsmann, número dieciocho. Estuve a punto de conseguir mi primera figura de Soundwave pero el excesivo precio y el sentido de la responsabilidad (que dejé en algún punto entre los diez y los treinta años) me echaron para atrás y nunca me atreví a pedirle a mis padres, que nada me negaban, que se gastaran cinco mil pesetazas de la época en un robot azul de juguete. De eso se encargaría mi mujer muchos años después.
 
La primera de muchas
Juegos en la piscina, batidos de chocolate, helados de cucurucho, playa, sol y un hermoso verano. Y diréis, ¿pero qué mierda tiene esto que ver con Shabba-doo? Más aún ¿Qué mierda es eso de Shabba-Doo?

Muy sencillo.

lunes, 14 de septiembre de 2015

ANIMAL MAN DE GRANT MORRISON




Maldito seas Grant Morrison, nunca me dejas contento.

Me lancé a la lectura de Animal Man animado por una fuente externa. Se me recomendaron determinados números escritos por Grant Morrison, un guionista con el que no llego a entenderme. Mi relación con el escocés empezó con un flechazo. Su magnífica y extraña Arkham Asylum (no confundir con el juego) me entretuvo lectura tras lectura. Con cada visionado parecía encontrar algo nuevo y diferente. Quizá empujado por el extraño dibujo y la composición de escenas de Dave McKean, todo en ese comic parecía excitante y enloquecido al mismo tiempo. Una obra que disfruté y uno de los primeros comics de Batman que leí.
 
Lectura recomendada de hoy
Pero ahí se nos rompió el amor. Sus X-Men con Frank Quitely me parecieron una fumada difícil de superar hasta que el propio Grant Morrison se lanzó en triple tirabuzón con algunos de sus comics sobre el detective murciélago de Gotham. Bizarros, confusos, deslavazados y, de alguna manera, todo me dejaba un poso de una especie de “Quiero y no puedo ser Alan Moore así que me voy por las ramas y lanzo fuegos de artificio para que algún lector lance exclamaciones de admiración al no entender por completo que mierda está leyendo”.  Aburrido. Por decirlo de otro modo.
 
TOP10. Segunda lectura recomendada de hoy
Pero vuelvo con Buddy Baker, el “Animal Man”. Un hombre con esposa y dos hijos. Con el poder de asumir las habilidades de los animales cercanos. Un personaje olvidado y rescatado, precisamente, por Grant Morrison. Y como mi relación con el artista, todo empezó muy arriba.
 
Una esposa de armas tomar
Los primeros números de Animal Man con Morrison al mando son muy buenos. Extraños pero con ese poso de extrañeza que te deja el ver algo diferente. No simplemente extraños. Las historias de Animal Man son diferentes, desde la temática a la composición de los personajes. Para empezar Buddy no tiene identidad secreta. Para seguir, sus acciones están más enfocadas a luchar contra las injusticias medioambientales que a enfrentar supervillanos. Entre medias nos queda un episodio en el que el héroe encontrará a un mesiánico Willy E. coyote salido directamente de las tiras de la Warner (no es broma y no estoy de las drogas. Y cuando digo mesiánico, sé porque lo digo). Entre historias de mayor recorrido, continuas apariciones de una versión diferente de Animal Man. Apariciones fantasmales bien insertadas para narrar una trama de viajes en el tiempo que sucederá en números siguientes. Morrison, activista pro animales, nos abre los ojos al desprecio de la humanidad a sus hermanos de otras formas. En un episodio se nos narra la brutal historia del maltrato de delfines que tiene lugar en las Islas Feroe (absolutamente desagradable fue descubrir que lo que leía era algo real) desde el punto de vista de un delfín, con Animal Man como mero brazo ejecutor de una acción muy humana evitada por el cetáceo protagonista. En otro episodio el personaje central adquiere la habilidad de dividirse miles de veces como un procariota cualquiera. Y las portadas de Dave Gibbons, qué decir. Sublimes.
 
Una historia interesante
Vamos, qué íbamos bien. Hasta que Grant, no contento con narrar una buena serie de historias, quiere ser parte de las mismas. Y comienza un viaje de peyote. Literal y figurado. Animal Man empieza a entender su lugar en el universo y como si fuera Wade Wilson, comienza a saltarse la cuarta pared y a aceptar su realidad como personaje de ficción. Todo esto está, más o menos bien llevado hasta que... –spoilers a tutiplén-

martes, 1 de septiembre de 2015

CRÓNICAS CHIGRERAS. PARTIDO TÁCTICO Y OTRO PUNTO AL ZURRÓN




Una poderosa gripe estival obligó a retrasar esta semana la visita al chigre sportinguista. Tampoco habrá que fiarse mucho de lo aquí escrito puesto que presencié el partido del sábado presa de los malditos virus y en una transición constante desde la semi-inconsciencia al estado comatoso. 

lunes, 24 de agosto de 2015

CRÓNICAS CHIGRERAS. DE CÓMO SER FELIZ SIENDO ROJIBLANCO





Qué jodidos estos niños del Sporting. Van y le plantan cara al club más laureado de la historia. Y se la plantan sin pudor. Piensen seriamente que ayer, a un lado del campo estaba un tío que calza botas de oro y juega con balones del mismo metal. Pero es que más allá del portugués dorado, también podías encontrar en el césped del hermoso Molinón a campeones del mundo, malabaristas brasileños, un domador colombiano que vale decenas de millones de euros, un acróbata malagueño que dicen que es el nuevo Iniesta, un croata recién llegado que cuesta lo mismo que dos plantillas del Sporting y muchas maravillas más. También, en el circo de tres pistas que es el Madrid, aparecía Jesé porque supongo que en un circo siempre debe haber espacio para el humor. No sé si me explico.

Total, que frente a este ejercito de dinero y futbolistas, Abelardo plantó un equipo. Cuéllar, Lora, Luis, Bernardo, Isma, Sergio, Nacho, Carmona, Jony, Sanabria y Guerrero. Los mileuristas de la liga BBVA. A disfrutar y competir. Y disfrutaron. Y disfrutamos. Desde el mismo momento que el autobús llegó al Molinón, la energía que ni se crea ni se destruye, pasó de un enfervorecido público a un equipo que jugó de tú a tú a todo un Real Madrid por cuarenta y cinco minutos. Carmona le tiró un caño a Marcelo, Sanabria se puso el esmoquin sobre la cota de malla y Nacho y Sergio se enfrentaron, sin apartar la vista, a Kroos y Modric ¿Acaso no están orgullosos? Pero sigamos hablando de la transformación de la energía. Al ver este derroche en el campo, el público se contagia. La energía desprendida por los rojiblancos es absorbida, multiplicada y devuelta desde la grada de manera que en la segunda parte el Madrid asedia pero no derriba porque por cada galopada de un millonario aparece un guaje de la nada. Y si ese guaje no es suficiente le ayudan otros. Porque eso es lo que hace un equipo.  Con solo cincuenta ingenieros no haces un edificio. Con once figuras no haces un equipo. Hace falta algo más y estos guajes lo tienen. Puede que sea culpa del Pitu, del ambiente, del clima o de Saturno, pero cuando los guajes saltan al campo sabes que, ganen o pierdan, no va a quedar una gota de sudor por entregar, y claro, así da gusto.

El resto es silencio. Todo lo que a muchos importa ya es agua pasada que no mueve el resultado. El balón que no entra por un centímetro, el piscinazo y los lamentos de una prensa plañidera o el recuento de ocasiones como si las matemáticas importaran en esto del fútbol, ya no valen nada.  Ayer el Sporting empezó en primera división como un equipo serio, recio y abierto a jugar al fútbol. Eso es un hecho. Perder partidos es cuestión de tiempo pero disfrutar de este equipo es algo que podemos hacer ahora mismo. Aprovechemos y que dure.

Y por cierto, desde este chigre ficticio tiene que surgir una discusión claramente chigrera. La pregunta es, ¿Si Arbeloa fue internacional, cuántas opciones tienen Luis Hernández o Isma López de jugar con la selección española?

miércoles, 5 de agosto de 2015

¿NUEVAS ENTRADAS? PRÓXIMAMENTE EN JUGANDO PACHANGAS

Qué baratas son las disculpas. 

Por eso aquí me voy a quedar bien agustito y sin gastar un céntimo. 

La actividad del blog ha bajado escandalosamente. Sé que a nadie le importa un pimiento, pero a mí sí. La intención siempre ha sido mantener una actividad relativamente constante que convierta este espacio en el lugar idóneo para el esparcimiento personal de variopintos y selectos personajes de los que pululamos cada día por la red en busca de información inútil, como por ejemplo, el pedazo de trailer de Deadpool (la película), que mola mucho más en inglés, todo sea dicho. 

Pero la vida, complicada y compleja, va reduciendo el tiempo libre de cada uno hasta dejarlo en la mínima expresión. Y además llega el verano a Buffalo tras meses de nieve, oscuridad y depresión y al que esto subscribe, pues, le apetece andar de parranda, que no va a ser todo estar al ordenador. Y si encima te compras la playstation 4, pues para ya de contar. 

En resumen, por si alguien se lo preguntaba (que no creo), la intención es mantener esto con vida todo el tiempo que sea posible, y en algún momento, cuando vea una película, cuando lea un comic o cuando ocurra algo digno de mención y tenga una hora para escribir una entrada, me pondré a ello.  

No prometo nada, pero espero que sea lo antes posible. Mientras tanto, disfruten del verano. 

Saludos.

domingo, 5 de julio de 2015

PEDALEANDO POR ROSWELL 2015. RESULTADOS



Al final llegó la Ride for Roswell un buen sábado de Junio. Y con la Ride llegaron nubes de tormenta. 

Con una preparación física que se balanceaba entre lo execrable y lo inexistente me dispuse a partir hacia la salida de la ruta de 45 millas. Allí había quedado con mi compadre Willy, otro exiliado más en tierras norteñas. Willy sigue esa tradición bien patria que consiste en llegar tarde por defecto. Como si fuera Fernando Alonso, tuve que hacer un pit stop a escasos quinientos metros de la salida para esperarle mientras uno de los jueces de carrera no daba crédito a las pequeñas tropelías de esos dos españoles que estaban retrasando su incorporación al pelotón.

Así que iniciamos ruta con un pequeño retraso. Claro que mi compañero es uno de esos bicicleteros que se dedican a pasear por el Gran Cañón del Colorado cuando no hay cosas mejores que hacer y me llevó durante bastantes kilómetros con la lengua fuera, aunque rápidamente nos unimos a la marcha y a los grandes grupos. Pero este año había trampa.

Maldita sea, ¡Cuestas! Y de las que van para arriba nada más. Hace años podía subirme el monte Naranco en poco más de veinte minutos. Que sí, son escasos seis kilómetros y el desnivel máximo ronda el 8%, pero estaba muy orgulloso. Claro, tenía la mitad de años y unos treinta kilos menos, que quieras que no, ayuda a tirar para arriba. Pero si antes tenía cierto aspecto de escalador, ahora mi cuerpo ha adoptado otro formato. Lo que viene siendo gordaco hambriento pechibajo. En cuatro días tengo la papada como Vin Diesel.
Y de pelo andamos por ahí
Inciso. Fast and Furious 7 es la peor película que he visto en años. Que ruedes una película con Jason Statham, The Rock, Ronda Rousey y Tony Jaa y no saques una escena de lucha digna es para morirse. Pero es que comparar cualquier persecución de esta atrocidad, no ya con Mad Max, sino con la anterior entrega de los cochecitos voladores de Vin Diesel, genera poco menos que vergüenza.
¿Por qué en Fast and the Furious, cuando hablan en grupo, se ponen en línea mirando a poniente en vez de hacer un corrillo como todo Dios?
El caso es que, y volviendo al mundo real, cubrimos la mitad del recorrido sin sobresaltos. Hicimos una parada para recargar energía y comer unos bocatas de mantequilla de cacahuete y mermelada que dan más vigor que el cuerno de rinoceronte molido. Luego arrancamos y el diluvio llegó a Buffalo.
 
Menú del día
En plenas Akron Falls nos pilló una chupa de padre y muy señor mío. Entre las gafas y el sudor ácido que me entraba por los ojos me pasé un buen rato sin ver un pijo y pudiendo causar decenas de accidentes. Encima el compañero de ruta sintió el apurón y me llevó a ritmo de persecución otro poco hasta que vio como empezaba a desfallecer. Cumplimos las 45 millas (en torno a los 72 kilometrejos) en algo menos de 4 horas lo cual no está mal si entendemos que paramos a por mantequilla de cacahuete y mermelada otro par de veces más (y que los primeros quinientos metros los hicimos en casi veinte minutos por el problema de tardonismo antes relatado). Pero el tiempo no era lo importante, una vez más.
Cuando el gaitero se atecha es que ya viene malo
Este año Roswell Park ha recaudado cuatro millones y medio de dólares a base de donaciones. Una gran cantidad de dinero a la que han colaborado el señor Kike, mis papas y mi esposa. Ya que los donantes, son oviedistas, salvo mi mother (corre la leyenda de que mi madre es del Betis, igual por eso soy yo tan de cantar por soleares), y en virtud del ascenso del Sporting y de las recomendaciones ciclistas del amigo Pol, me hice la ruta de rojiblanco. En rojiblanco por fuera, por dentro el motor iba requemao.
Buscad a Dolfo. Pista: Es el más joven y el que tiene más cara de ir a morirse
El ambiente se deslució con la lluvia. La gente acabó la ruta y se retiró, en su mayoría, a sus aposentos y lo festivo se perdió. Aun con todo, ningún reproche ni queja. Otro año disfrutando, y los que vengan. De verdad que merece la pena. Es cierto que el sol ayuda y permite centrarte en las historias anónimas que te rodean. Otros años tuve más sensación lúdica mientras que éste parecía que todos estábamos deseando huir de la tormenta. El año que viene espero repetir, aunque en mejor forma.
Mierda, no vi el camión de los donuts

lunes, 8 de junio de 2015

GRACIAS GUAJES




Fue uno de esos instantes en los que el tiempo se detuvo. La acción se congeló y se estancó. Solo de esta manera el suceso esperado tuvo lugar. Millones de opciones, estadísticas y posibilidades pasaron ante miles de ojos sin que nadie se diese cuenta. Las leyes de la física se rompieron ante el poder de los milagros en el momento en que un batallón de mariposas batió sus alas en algún lugar remoto para causar un tsunami de felicidad en Sevilla y Gijón. 


Y ganó el Sporting. Y ascendió el Sporting. Y la estadística saltó por los aires mientras la probabilidad se hacía añicos y la lógica miraba para otro lado. En un momento, un chico, un jugador del Lugo desconocido por muchos, se alzó del suelo e impactó con la testa un balón. En un instante miles de corazones latieron al unísono. Y fue hermoso porque no podía ser de otra manera. 


Porque esos mismos corazones acelerados venían fatigados de años de angustias. No es lo mismo, o mejor dicho, no es ni remotamente parecido, celebrar por costumbre que celebrar con el alma. Parece mentira que un club más que centenario tenga tan poca experiencia en eso de levantar los puños al cielo, llorando de alegría y riendo en libertad. Sin embargo el Sporting es un equipo tradicionalmente acostumbrado a la derrota dolorosa, a la lágrima del último minuto y a quedar en la orilla tras hartarse de remar. Somos un equipo que ha vivido siempre en el alambre del minuto fatídico, de la victoria por la mínima y del triunfo a través de la agonía.

Porque la historia del Sporting se llena de minutos de oro que relucen entre las sombras. El cielo de Gijón retumbó cuando un chico llamado Jaime puso de rodillas a Van Basten y Gullit. El Bernabéu se nos quedó pequeño el día que Miguel de las Cuevas alojó un balón en la esquina de la meta de un campeón del mundo causando que un gran canalla de corazón pequeño hincara la rodilla ante un paisano con un alma insobornable. En Mestalla, un delantero histórico que recientemente lo ha ganado todo como entrenador, metió al Sporting en Europa en una de esas finales que se guardan en la memoria, permitiendo que un eterno portero suplente llamado Emilio se convirtiese en héroe en Belgrado al año siguiente.

Minuto a minuto. Golpe a golpe. Así se gesta la historia de un equipo nacido para sufrir y predispuesto a soñar. Cuando las victorias no son costumbre, parecen saber mejor. Cuando la grandeza se gesta desde la miseria, las mieles de la victoria son un poco más dulces. Llega, por fin, la hora de gozar, de gritar, de dejar que la gloria entre por la puerta mientras el sufrimiento salta por la ventana.

Pero ya es el momento. Es el momento de dejar atrás los escasos minutos de luz. Ahora es la hora. La hora del Sporting. Toca dar un paso adelante y apretar los dientes. Toca gestar algo grande y los mimbres están. Aquí no hay respetables jornaleros del balón, no hay figuras del balompié mundial, no hay futuros traspasos que llenarán portadas de diarios que solo interesan a millones de personas. Solo hay guajes con hambre. Con un hambre descomunal. Son un ejército cuya única arma es una entrega denodada a unos colores y una constancia a prueba de sacrificios. Da igual que vengan de la lejana Colombia, la cercana Extremadura, el Móstoles desconocido o el centro de Ujo. Si les dejan, van a ir a por todas. Podrán perder, empatar y hasta ganar. Si todo se hace bien podremos ver a Cuéllar atajar a mano cambiada en el Calderón. Castro meterá la punterina en Anoeta. Jony quemará la banda de San Mamés. Luis cruzará el Nou Camp con la fuerza de un ciclón e Isma le tirará un caño a la enésima estrella del Bernabéu mientras enfila portería. Es tiempo de que los guajes sueñen y con sus sueños empujen la ilusión de muchos. Porque perderán, sufrirán y maldecirán. La primera división no hace prisioneros. El Sporting tampoco. Podemos estar ante el inicio de algo grande, no ante el comienzo del enésimo viaje circular a la nada. Pero ahí estamos, que no es fácil, y a partir de aquí comienza la ilusión.

Gracias guajes por haberme permitido perder la cordura un hermoso domingo de junio. 

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