sábado, 17 de junio de 2017

CONSPIRANOIAS Y CORTINAS DE HUMO


Debe ser que House of Cards ha violado mi mente. Ahora solo veo teorías conspiranoicas por doquier. No de las importantes, no se vayan ustedes a creer. Yo soy más de teorías conspiratorias mierder. No me gustan las historias que involucran grandes tramas de política internacional, salpicadas de banqueros corruptos, delincuentes con corbata y organizaciones gubernamentales secretas. No me interesan salvo que Kevin Spacey mire a cámara y me diga que me interesa mientras le mete un beso de tornillo al primero que pasa por allí. Por cierto. El lío sexual de Underwood con su entrenador personal es lo más sacado de la manga de House of Cards. Y llevamos cinco temporadas viendo como un alto cargo de Washington tira gente a las vías del metro sin que nadie se entere.
Total, que a mí me gustan las paranoias que no tienen mucho sentido o aquellas que se centran en temas con una importancia relativa. O aquellas que involucran personajes de comic o reyes del balompié. Y sobremanera si incluyen alguna explicación sobre el eslabón perdido. De estas últimas me encanta la idea de que Adolf Hitler envió a Ernst Schäfer al Tíbet a ver si encontraba al Yeti. Me encanta que exista una teoría que una al mayor criminal del siglo pasado con una bestia de la criptozoología. Tiene todo lo que necesita para ser una buena teoría conspiranoica. Es tan abigarrado y tan inconexo que, de ser falsa, implica que hay gente con tal nivel de imaginación como para relacionar convincentemente dos hechos tan alejados entre sí. Y de ser cierta sería tal el grado de locura de lo que cuenta que el mundo pasaría a ser un lugar más fantástico e imaginativo. Solo piensen que, en mitad de la guerra más salvaje conocida por el hombre, al líder de uno de los bandos le da por enviar una expedición al otro extremo del mundo a buscar a un mono gigantesco ¿Que habría hecho Adolf de haberlo encontrado? ¿Le habría dado un alto cargo? ¿Descubrió Abberline quién era Jack el destripador? ¿Encubrió su muerte Elvis Presley para por fin ganar un concurso de imitadores del Rey del Rock?

Y en el tema de las tarteras voladoras ni me meto
Eso es lo que me gusta de la locura de las conspiraciones. Pero son temas del pasado. Hoy vamos a hablar de temas más serios y actuales. Porque hay cosas que no me cuadran. Por ejemplo con el diario El País. De un tiempo a esta parte parece que este periódico se ha empeñado en sensibilizar a la población española en el tema del machismo y la igualdad de sexos. Me parece bien. Me parece necesario. Siempre y cuando esté bien hecho. Quiero decir, si se te va la mano en según qué temas, haces más daño que otra cosa. Así vemos titulares execrables como éste donde se comenta que los hombres escondemos que lloramos, que no vemos películas ñoñas, o que nos gusta el color rosa. Yo lloro bastante. Lloro con el dolor físico. Lloro cuando me da pena algo. Lloro cuando veo Cadena perpetua (cada puñetera vez) y lloré cuando destrocé mis botas de fútbol Nike rosas. Bueno, no lloré pero uso esta mentirijilla para aclarar que me gusta el rosa. Me gusta la Pantera rosa. Me gusta comer bollitos de la Pantera rosa y tengo un bolígrafo para tomar notas que escribe en rosa. No me siento menos masculino ni se me acaba de caer el pelo del pecho. También habla el periódico sobre el curioso caso de las parejas de la gran pantalla donde él es siempre más viejo que ella. Casi siempre es cierto, pero si vas a hablar del tema  no incluyas errores garrafales. Mark Whalberg no era pareja de Nicola Peltz en la horrorosa penúltima entrega de Transformers. Eran padre e hija, así que la diferencia de edad es lógica. También hay casos contrarios en lo referente a historias de amor en la pantalla. Famke Janssen es 4 años mayor que Hugh Jackman en los X-Men. Monica Bellucci también es más veterana que Daniel Craig en James Bond. No digo que estos casos marquen tendencia. Digo que si vas a hacer un texto sobre un tema relativamente serio en un diario relativamente serio, ser riguroso es fundamental e incluir estos dos ejemplos de los pocos que hay enriquecería la cuestión y apoyaría en mejor manera tu tesis.

También me choca el bombo que se otorga a la película de Wonder Woman. No es una película mala. Quizá lo mejor que ha hecho DC desde Nolan. Tampoco es una película buena. Gadot está muy bien y le da mucha fuerza al papel. También es evidente, y si no recomiendo que vean sus vídeos con Conan O´Brien, que Gal Gadot es una mujer fuerte y segura de sí misma. El caso es que la película no me parece nada del otro mundo, con unos villanos a la risible altura del Ultrón de los Vengadores. Sin embargo se está hablando muchísimo de su cualidad como imagen contra el machismo  y, vista con los ojos de una persona normal, valoro mucho más el esfuerzo por crear personajes femeninos duros y serios de Ridley Scott o James Cameron. Sarah Connor o Ripley han aportado más al feminismo que esta Wonder Woman cinematográfica. De la de papel poco que decir salvo que no he leído nunca un comic suyo. Es cierto que cuando un personaje pasa por muchas manos llega a desvirtuarse un poco y quizá Wonder Woman ha sido un icono femenino en el papel pero, por desgracia, no siempre.
A la hora de limpiar Wonder Woman manda. Batman se va a herniar si levanta así la mesa
Al respecto recomendaría más textos sobre mujeres que se han ganado a pulso el respeto en un universo machista que sobre el tema del manspreading. Es decir, valoro más el ascenso como política de Esperanza Aguirre que la entrega en pantalla de la Amazona de DC. Solo imaginen que Esperanza ha llegado a ocupar altos cargos en un partido donde Rafael Hernando, el idiota machista y pariente intelectual más cercano conocido del yeti, es portavoz. antes de contarme que no me gusta el rosa y por eso soy un machista indecente prefiero oír  a Alexia Putellas, delantera del Barcelona, hablar de como se hizo camino en el mundo de la pelota.
Lo del balón rosa me parece ya una pasada
Y al mundo de la pelota voy. Ahora que caemos del guindo y vemos que, fuera del verde, Messi, Modric (¡qué futbolista es Modric!), Coentrao, Xabi Alonso, Mascherano o Cristiano, son como tú y como yo. Bueno, como nosotros si tuviésemos abdominales y millones en la cuenta corriente. Yo ayer robé un bolígrafo y papel para la impresora. Soy un descuidero.  Ese es mi nivel. Messi defrauda 4,1 milloncetes y parece que CR7 prestidigita 14,7 millonejos a las arcas del estado. Hasta ahí todo bien. Que devuelvan el dinero más un extra por caraduras o que penen prisión como cualquier españolito de a pie. Ahora voy con la conspiranoia. Ronaldo aparece en la prensa por el tema de hacienda durante un tiempo pero, ¿a que llevan dos días sin ver los famosos 14,7 millones por ninguna parte? De pronto Cristiano se va, o dice que se va. Y entonces todo son delirios sobre a dónde, por cuánto o con quién. Se imaginan que cuando pillan a Rodrigo Rato con el carrito del helado va y dice "Me voy de España y voy a abrir un puesto de perritos calientes en Honduras". Al común de los mortales le habría importado un huevo el futuro en el negocio de las salchichas de Rato. Que pague y que pene, habríamos pensado. Pero con CR7 es diferente. Ahora ya no hay dinero defraudado. Ahora hay Manchester United, China o PSG pero no hay malo de la película. No hay ladrón. No hay moroso. Hay un futbolista, una persona, un chico buscando su futuro. Y no me lo creo. Porque estando Jorge Mendes y Florentino, dos personajes que dejarían a Frank Underwood a la altura de un macarra de callejón, todo es posible. Sinceramente no creo que CR7 se vaya. Veremos en un par de meses. Mientras, parece que sus deudas son cosa del pasado.
Filemón y el fútbol, una relación trágica

Yo, el bolígrafo y los folios los devuelvo el lunes. Lo prometo

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