sábado, 22 de diciembre de 2012

LA TRILOGÍA DEL DARK KNIGHT VISTA DESDE EL COMIC (1)




Para la entrada que hace la número doscientos de mi blog, vuelvo a un tema recurrente. Comic y cine, cine y comic. Con el paso de los años ambos medios se han entrelazado y unido, bebiendo uno de las fuentes formales del otro y multiplicando ingresos en el apoyo mutuo. Quizá una de las sagas que mejor ha sabido aprovechar la gran pantalla ha sido la última trilogía del Hombre Murciélago. Sobre ella hablaré en tres sucesivas entregas, pero siempre desde un punto de vista de amante del comic más que desde lo puramente cinematográfico.

Las adaptaciones al cine de productos previos como libros o videojuegos, suelen llevar a polémicas debido a la libre interpretación de personajes o tramas por parte de guionistas o directores. Aun así, me parece más sencillo hacerse cargo de una trama cerrada que de un concepto abierto y cambiante como es el comic. Pongamos un par de ejemplos. 
Mortal Kombat, fiel ejemplo de como hacer una película con pijamas
El “Frankenstein” de Mary Shelley es único e inmutable. Fue creado y concebido de manera concisa y cualquier cambio con respecto al material original puede ser criticado por parte de los amantes de la obra de la escritora inglesa. En resumen, “Frankenstein” es lo que es y al ser adaptado al cine hay unos patrones y parámetros que son a los que hay que ceñirse si lo que se busca es adaptar la obra original. 
Herman Munster se sale un poco de esos parámetros
En el lado opuesto tenemos a James Bond, personaje salido de la pluma de Ian Fleming. Pese a ser originado por el escritor londinense, otras manos adaptaron al personaje que pronto saltó del negro sobre blanco del papel al negro sobre blanco del esmoquin sobreimpresionado en la pantalla de cine. Pero Bond ha sido reinterpretado una y otra vez. El espía ha debido adaptarse a los tiempos que han pasado desde la guerra fría hasta la era actual. La visión de este icono inglés ha pasado por múltiples reinvenciones y ha sido adaptado a medios como el comic o el videojuego pero conservando siempre una estampa reconocible y entendible. Hay cosas que no deben tocarse ni cambiarse. En el imaginario colectivo no puede existir un Bond que no esté rodeado de bellezas, balas y acción y de mostrarse una película sin estos ingredientes, posiblemente las críticas serían inflexibles.
Toda copia ha de respetar al original
Un poco de esto ocurre con el personaje central sobre el que pivotará el blog en futuras entradas. Bruce Wayne y su alter ego enmascarado nacen en mayo de 1939. Mucho ha llovido desde que el millonario filántropo perdiera a sus padres y decidiera embarcarse en una búsqueda de la justicia que le ha llevado a ninguna parte puesto que tras más de setenta años las cosas están como estaban y su vida sigue estando rodeada por villanos y desgracias.
Ahora tiene incluso un hijo adolescente insufrible
 Evidentemente un personaje como Batman no se sustenta únicamente de su propia fuerza. El entorno, la ciudad y los enemigos son el eje de tramas y aventuras. Gotham ha pasado por múltiples transformaciones. La ciudad con aspecto del Chicago mafioso dio paso a tejados con rocambolescas estatuas y figuras para posteriormenteoscurecerseen el mismo instante queTim Burton y Frank Miller dieron por vías independientes con un hombre murciélago alejado de toda luz y sumido en traumas propios de una vida de vengador. En tiempos recientes, la ciudad cuyo nombre surgió de una joyería de Nueva York, parece haber vuelto a sus orígenes de nido de criminales vestido de brillante cristal. 
La brillante y oscura Gotham
Por su parte, la siempre magistral galería de villanos ha dado vueltas sobre sí misma y ha reformulado orígenes y personalidades con mayor o menor fortuna. El Príncipe del crimen de pelo verde ha pasado de robar joyas a envenenar ciudades y de ser un simple bromista a un monstruo capaz de las mayores atrocidades. Dos Caras dejó de robar el segundo banco nacional de Gotham cada dos de Febrero a las dos de la tarde para mostrarnos al honrado fiscal que harto de luchar contra un enemigo invencible se tornó en parte del problema. El Espantapájaros y su gas del miedo dejaron los bailes y los cuervos para mostrarnos al psiquiatra tornado en psicópata. Catwoman dejó su traje de cola y sus modos de bailarina de cabaret para pasarse a la prostitución y mostrarse como una más de la alta sociedad ejerciendo de ladrona de noche. 
Hay donde elegir
Todo cambia según el cristal con el que se mire y Batman no podía ser una excepción. Tim Burton aportó su visión oscura y retorcida a Gotham y Bruce Wayne dando dos películas entretenidas pero, personalmente, alejadas de lo que Batman debería ser. Pese a todo el Oswald Cobblepot de “Batman Vuelve” fue memorable. Pasito a pasito y obviando los despropósitos que siguieron a las entregas de Burton, llegamos al renacimiento del Caballero Oscuro de las manos de Cristopher Nolan, una saga que ha dado dividendos y críticas elogiosas por parte de público y especialistas. Un giro de tuerca tratando de acercar un Universo de fantasía a la realidad.
Y si aparece Sir Michael Caine, pues mejor
Muchas han sido las visiones que se han dado de la trilogía del Caballero Oscuro de Nolan. Cinematográficamente se ha aplaudido sobretodo la segunda entrega y la caracterización de los villanos. Se ha criticado algún aspecto técnico como las nefastas escenas de acción rodadas cuando Batman se pegaba codazos o tiraba de lo que en los videojuegos clásicos se denomina “patada baja”,  pero sobretodo se ha puntualizado, desde lo negativo, que Nolan ha aportado un punto de vista hiperrealista alejándose del comic. En este último apartado no estoy del todo de acuerdo.
Nolan no sabe dirigir una escena de lucha. Las cosas como son.
Es por ello que poco a poco iremos analizando las tres películas y como beben de diferentes fuentes sin alejarse mucho de lo que Batman ha sido siempre. En la próxima entrega, “Batman Begins”.
Con Jonathan Crane, el tercer psiquiatra de la familia junto a Frasier y Niles

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