viernes, 12 de octubre de 2012

BARRIENDO BAJO LA ALFOMBRA DEL INDEPENDENTISMO




Es costumbre típicamente española el mirar al dedo cuando te señalan la luna. Sobretodo si es el dedo de Mou. Eso lo han aprovechado nuestros dirigentes desde el principio de los tiempos. En los momentos mas oscuros, el conejo sale de la chistera y nos muestra una noticia de impacto (en el papel), que pocas veces transciende la vida del mundano hombre de a pie.

Ahora toca jugar con la independencia de Cataluña, tema manido y usado cuando apetece. Los independentistas, aquellos seres peligrosos con los que Aznar hablaba catalán en la intimidad, esos monstruos de tres cabezas que buscan destrozar España, ese peligro de más allá de las fronteras, ese plan nueve del espacio exterior. Los catalanes son el enemigo y desde Cataluña el estado español el culpable de la crisis económica y social que vive esa comunidad. 

Todo mentira. De nuevo, Mas y Rajoy, tanto monta, monta tanto, juegan a ser tahúr en Montecarlo y nos dejan mirando la carta que, por desgracia, no es la reina de corazones. Nos lanzan banderitas y preocupaciones, nos muestran el enemigo y barren el cadáver de sus atrocidades bajo la alfombra.

De esta manera el pueblo español y catalán se centra en el grave problema de saber si el Barcelona seguiría jugando la liga BBVA. Y yo me pregunto ¿Qué pasa con el Espanyol o el Sabadell? Por poner un par de ejemplos. Claro, eso no vende periódicos. Además, ¿No juega el Andorra la liga española? En fin, mentiras tras mentiras, y nosotros preocupados leyéndolo. Leyendo sobre la ausencia de un club de fútbol de una liga de fútbol mientras un millón de personas hacen cola en Cáritas para llevarse algo a la boca.

Luego en Cataluña, hay currantes, los que pueden como diría don Mariano, que dicen que hoy quieren trabajar por no sentir aquello que representa el día de la Hispanidad. Supongo que serán todos unos católicos apostólicos y romanos devotos que celebran la Navidad  con la mayor de las pleitesías hacia el nacimiento del niño Jesús y olvidando ritos paganos como el árbol o los regalos de Papá Noel.
No, éste no, el otro Jesús.
Mientras, la lucha de banderas. El Nou Camp aparece engalanado con la Senyera y los diarios tan ideológicamente centristas y centrados, regalan la bandera de España en celebración de tan magno evento como es el día de la Hispanidad, signifique eso lo que signifique. En TV3 se dispara (figuradamente) al rey y a otros personajes como Salvador Sostres mientras en Intereconomía se condensa la grandeza de una nación en un video lamentable en el que se ensalza el cocido, los toros y las procesiones. 
Si medios serios hacen el ridículo tan fácilmente, yo pongo unas chinchillas en un articulo serio
Eso son los nacionalismos excluyentes. Gestos ridículos, ensalzamientos de lo inútil y delirios de grandeza que no llevan a nada, pero sobre todo son faltas de respeto. Nada excluye nada ¿Acaso un hombre orgulloso de ser gallego no puede sentarse a la mesa con un hombre orgulloso de sentirse español? ¿Hablar catalán excluye saber otro idioma? No escondo mi sentimiento asturiano. No dudo en mostrar fotos de mi tierra allá donde voy. No veo los partidos de la selección española de fútbol (La Roja siempre será Chile) con pasión especial. No me siento español, ni me enaltezco cuando escucho el himno. Sin embargo no me importa que lo hagan otros ¿Cómo habría de importarme?

Ya lo decía Serrat, ese catalán malvado, “No sé si me gusta más de ti lo que te diferencia de mí o lo que tenemos en común. Te guste o no me caes bien por ambas cosas. Lo común me reconforta, lo distinto me estimula”. 

Pero no nos olvidemos. Que Cataluña se vaya o no, no es el gran problema ahora, y han logrado engañarme para que escriba sobre ello. El mayor problema ahora es que mi mujer y mi madre están al paro, que he tenido que exiliarme para poder trabajar, que las pensiones bajan para mis abuelos y que la calidad de vida por la que mis padres pelearon por disfrutar y transmitirme (sin excesos, nada salvaje) pende de un hilo.

El resto es silencio.

4 comentarios:

  1. Bien. Muy de acuerdo prácticamente en todo. Los nacionalismos y los estados-nación son uno de los dos grandes inventos para mantener a la población controlada, enfrentada, atontolinada. Ya sabes cuál es el otro. El de Jesús, no el que juega a los bolos con The Dude sino el otro.

    Asturias es un invento, al igual que España, y Cataluña, y Europa y el imperio austro-húngaro. Claro que hay parecidos entre un tipo de Avilés y uno de Gijón, pero a mí que no me cuenten patrañas de identidades regionales o nacionales, porque paso pero mucho de todas esas historietas. Mi única "identidad geográfica", si tengo alguna, es con El Molinón.

    Efectivamente, lo triste es que nos sacan esto ahora para marear al personal, cuando lo grave es lo que tú dices: el paro, la pobreza, la desesperación de millones de personas. Pero funciona, y seguirá funcionando hasta que no tiremos abajo este sistema de mierda y hagamos otro. Por cierto que yo estoy escribiendo "otro". Ya te contaré.

    Enhorabuena por tu blog, una vez más. Keep up the good work!

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    Respuestas
    1. Hay un problema de base que es que los políticos juegan con sus piezas y disfrutan en su cajina de cristal, pero por abajo, mucha gente cerril se levanta en armas porque no hay nada que una más que ponerte un enemigo enfrente. Yo donde voy, digo que soy asturiano y les enseño de donde vengo. No me dice a mí un compañero que es de Wisconsin? pues yo de un poco más allá. El problema me vino en Madrid, cuando dije que no tenía nungún sentimiento rojigualda y poco menos que me llamaron loco, y pregunto lo de siempre ¿Qué carajo te importa lo que yo quiera sentir? Hay gente que le molesta cualquier cosa y los de arriba se aprovechan.
      Un abrazo y gracias por venir. A ver si alguna vez escribo algo distendido, aunque sea del Sporting.

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    2. Dame tu dirección de mail y te contesto, porque yo soy un poco "incógnito" en estas cosas de internet.

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