Este blog lo titulé "Jugando pachangas" por la simple razón de que durante un año al paro, básicamente las pachangas futboleras fueron lo único que me mantuvo activo. Ahora en estas tierras yankis, he tenido que dejar el fútbol a un lado, no por querer, más bien por no poder. Los dos equipos con los que he contactado me han denegado la incorporación a filas sin tan siquiera verme, así que en breves me veo practicando alguno de los deportes tipicamente estadounidenses como el beisbol, el softball o la lectura de biblia en equipo. Aquí está claro que son menos monárquicos que Urdangarín, y lo que viene siendo el deporte rey, nada de nada.
Así que ante la falta de deporte y como exiliado en país extranjero, el otro día sufrí una atenazante necesidad de recurrir al tan desprestigiado (por razones evidentes) cine patrio. Llevaba tiempo con interés por ver dos películas nacionales que habían acumulado elogios y premios allí por donde pasaban. En una noche de nevada dominguera, en sesión doble y con gran ilusión, me senté a ver “No habrá paz para los malvados” y “Mientras duermes”. El resultado ha sido decepcionante una vez más. Y no me quiera entender mal nadie. El otro día vi “Los tres mosqueteros” que es una película nefasta y aún así pasé un momento entretenido. Puede que ese sea uno de los problemas del cine español, que no encuentra el punto medio entre entretener y mostrar un producto de empaque. De hecho, recuerdo pocas películas españolas que me hayan mostrado una calidad adecuada y al mismo tiempo me hayan permitido pasar un rato entretenido. Lo que quiero decir es que uno puede ver “Los bingueros” o estar una tarde tranquila disfrutando de Paco Martínez Soria, pero siempre sabedor de que el producto ofrecido es de calidad mala o malísima, y al mismo tiempo ver “Celda 211”, “El laberinto del fauno”, “Airbag” o “Camino” y sentir que no le están insultando cuando paga su entrada.
Anda que no le pillé manía a la madre de Camino |
Por partes y empezando por la triunfadora en la ceremonia de los Goya, estamos ante el enésimo thriller de barriada española, en la cual un policía con pasado tenebroso campa a sus anchas enterrado en el alcohol y las situaciones marginales. Existe una gran costumbre en el cine español en reducir la delincuencia a los barrios de Lavapiés o el Raval. Ahora mismo creo que hay que buscar por zonas más adineradas.
Atención al nuevo protagonista de "The Walking dead" |
Lo que más me llama la atención de las aventuras del detective Santos Trinidad, interpretado por José Coronado, es que parece confundir el ser un tipo duro con ser un tipo callado. Lo siento pero la interpretación de Coronado me parece pobre y creo que simplemente es que durante la elaboración del guión decidieron que un tipo duro habla poco y se toma los cubatas de un trago y con poca Coca Cola. Su personaje no da para más. En ningún momento se ahonda en su pasado como policía de élite, en su maltrecha relación con su compañero, en el accidente que lisió a un antiguo amigo. Nada. Se dan pinceladas, pero nada más. Trinidad cae en el alcoholismo y la autodestrucción personal y profesional a velocidad absurda. Luego su investigación y su búsqueda del único testigo de un crimen en el que el propio Trinidad es parte activa y efectiva, se torna aburrida y sin interés. El director repite planos y planos como por ejemplo la aparición de Coronado en coche, que tiene lugar diez veces con el mismo encuadre. Por último recordar a otros personajes de la película, una fiscal y un policía interpretados por unos Helena Miquel y Juanjo Artero dormidos y nefastos, sobre todo ella, que parece enfadada hasta cuando sonríe.
Mal empezó la noche.
Mal empezó la noche.
Seguí con “Mientras duermes”, película con psycho killer patrio. Tenía esperanza, ya que reconozco que si Luis Tosar hubiese nacido en Kentucky en lugar de en Galicia, ahora estaríamos ante uno de los actores más prestigiosos del mundo. La película, más divertida que la anterior, cuenta una historia mil veces vista, como en “La víctima perfecta”, en la cual Javier Bardem se pasa la película acosando a un travestido Matt Damon. Malísima, por cierto. En esta ocasión, el personaje de Tosar solo quiere borrar la sonrisa de una chica que vive en su edificio, así de simple. Un poco (pero desde lejos) como la magnífica obra de Moore “La broma asesina” en la cual el Joker quería convencer al comisario Gordon de lo fácil que es caer en el reverso tenebroso.
Para llevar a cabo su plan, Tosar se esconde bajo la cama de su víctima cada noche y le hace mil perrerías. Hay un momento de cierta tensión, cuando nuestro malvado muchacho cae bajo los efectos del narcótico que usa y está muy cerca de ser atrapado in fraganti. Más allá de eso, tampoco mucho más que contar. Un final rebuscado, buenas interpretaciones y c’est fini. A continuación y como auténtico off-topic, el segundo "¿Quién es quién?" de hoy.
Así que cuatro horas, no tiradas, pero no bien gastadas. La demostración de que se podrían hacer buenas películas y que está bien salir de los derroteros habituales del cine español, pero queda mucho que avanzar para alcanzar un nivel potente. Quizá no sea así. Quizá sea que todo lo español se mira con otros ojos, más críticos y duros. Recuerdo un humorista que comentaba que si “Se7en” hubiese estado interpretada por Antonio Resines y Gabino Diego, no la habría visto nadie. Es cierto. Posiblemente por la simple razón de que David Fincher los habría descuartizado al terminar de rodar la primera escena.
Aquí os dejo el primer "¿Quién es quién?" de hoy |
Para llevar a cabo su plan, Tosar se esconde bajo la cama de su víctima cada noche y le hace mil perrerías. Hay un momento de cierta tensión, cuando nuestro malvado muchacho cae bajo los efectos del narcótico que usa y está muy cerca de ser atrapado in fraganti. Más allá de eso, tampoco mucho más que contar. Un final rebuscado, buenas interpretaciones y c’est fini. A continuación y como auténtico off-topic, el segundo "¿Quién es quién?" de hoy.
Seguro que el doctor Sheldon Cooper habría sido un gran presidente. Además Madrid ahora se llamaría Sheldonópolis y el Real Madrid el Real Sheldonópolis. |
Así que cuatro horas, no tiradas, pero no bien gastadas. La demostración de que se podrían hacer buenas películas y que está bien salir de los derroteros habituales del cine español, pero queda mucho que avanzar para alcanzar un nivel potente. Quizá no sea así. Quizá sea que todo lo español se mira con otros ojos, más críticos y duros. Recuerdo un humorista que comentaba que si “Se7en” hubiese estado interpretada por Antonio Resines y Gabino Diego, no la habría visto nadie. Es cierto. Posiblemente por la simple razón de que David Fincher los habría descuartizado al terminar de rodar la primera escena.
De postre os dejo mi escena favorita de "Airbag", que no va a ser todo criticar.
Vaya, pues tenía ganas de ver "No habrá paz...", porque en su día "La Caja 507" me gustó. Le daré una oportunidad anyway.
ResponderEliminarEl problema del cine español es su nula originalidad. O quiere calcar lo que se hace fuera (y generalmente mal) o no sabe salirse de las cuatro cosas de siempre. Salvo algunos directores sueltos, claro.
Tosar la verdad es que sólo me ha sorprendido en "Celda", en cualquier otra me parece repetitivo.
El problema a veces son las altas expectativas. Yo me vi Kill Bill todo ilusionado y para mí las dos partes se convirtieron en 7 por no ser capaz de ver más de treinta minutos sin dormirme. Sin embargo a la gente le encantó esa película. Del Señor de los Anillos ni te cuento, las tres películas más aburridas y sosas que me he tragado en un cine y mira que éxito. Anímate, a lo mejor a tí te molan.
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