Sé que soy pesado y cansino, siempre orbitando alrededor del mismo tema. Sé que hay muchas cosas que merecerían una mayor atención y que podría hablar largo y tendido sobre la grave crisis que asola España en particular y al mundo en general. Hay muchos temas sobre los que hablar, pero a mí me gusta mucho el deporte y dentro de él, soy un gran aficionado al fútbol. Esa es la razón que hace que vuelva una y otra vez sobre el manido tema de la prensa deportiva española.
Hoy lo hago tras un intento fracasado por mi parte de comentar un hecho puntual en el blog de Josep Pedrerol, cuyo enlace no pondré aquí, ya que me interesa rodearme de gente con cierto buen gusto y no creo que visiten la página de cualquier junta letras vocero de su amo. Reconozco que tuve un momento de debilidad y aterricé en el blog de este caballero, en una entrada que informaba acerca del verdadero Guardiola. Como sé que desde la prensa “futbolera” cercana al Real Madrid (cualquier medio audiovisual que se emita o proceda de un emplazamiento externo a Cataluña pero por debajo de los Pirineos) se tiene cierta animadversión a la figura del entrenador culé, me decidí a ver en qué punto se encontraba el bueno de Josep. Para mi sorpresa la entrada no era uno de esos arrebatos de madridismo que suelen acontecer en los textos de otros como Roncero o Tomás Guasch. De hecho, era relativamente ambiguo, y siendo sinceros y hablando de memoria (no pienso releer cosas que me aburren) no ahondaba mucho en el tema, más allá de la crisis de resultados que afecta al FC Barcelona.
Hoy lo hago tras un intento fracasado por mi parte de comentar un hecho puntual en el blog de Josep Pedrerol, cuyo enlace no pondré aquí, ya que me interesa rodearme de gente con cierto buen gusto y no creo que visiten la página de cualquier junta letras vocero de su amo. Reconozco que tuve un momento de debilidad y aterricé en el blog de este caballero, en una entrada que informaba acerca del verdadero Guardiola. Como sé que desde la prensa “futbolera” cercana al Real Madrid (cualquier medio audiovisual que se emita o proceda de un emplazamiento externo a Cataluña pero por debajo de los Pirineos) se tiene cierta animadversión a la figura del entrenador culé, me decidí a ver en qué punto se encontraba el bueno de Josep. Para mi sorpresa la entrada no era uno de esos arrebatos de madridismo que suelen acontecer en los textos de otros como Roncero o Tomás Guasch. De hecho, era relativamente ambiguo, y siendo sinceros y hablando de memoria (no pienso releer cosas que me aburren) no ahondaba mucho en el tema, más allá de la crisis de resultados que afecta al FC Barcelona.
El problema se desató porque minutos antes había observado el enfado de Josep Pedrerol con alguno de sus colaboradores en ese programa emitido en Intereconomía donde apenas se entiende lo que dicen y cuando se entiende te arrepientes de tener orejas. Josep tiene un historial amplio de enfados y desprecios hacia sus compañeros o subalternos y parece querer dar una imagen perfeccionista de sí mismo. Por ello al leer su columna, encontré un párrafo que no entendí y que consideré que estaba erróneo. Cometí el gran error de hacerle llegar mi opinión. Creo que se ha quedado por el camino, perdida por la red de redes y es extraño, por cuanto esto me sucede con demasiada frecuencia.
Mi historial con los diarios deportivos es una relación de amor/odio, o más bien de estupidez/sinrazón. Odio el panorama periodístico español por sus múltiples mentiras y medias verdades. Sin embargo no soy capaz de dejarlo y de vez en cuando, en mi ignorancia, intento hacer llegar mi opinión a Roncero, a Guasch, a Ucelay en su blog, a todo aquel cuya palabra me hace caer del guindo. Al “Látigo” Serrano no, pues dudo de su capacidad verbal y de lectura comprensiva, pero todavía tengo esperanzas en que los demás puedan llegar a debatir una opinión contraria a la suya de manera libre.
Sin embargo solo cosecho fracasos. La página web del diario AS me tiene castigado. Ucelay vetó un comentario que le hice acerca de su idea de “Correr a hostias a una mujer en el caso de…” y me niego a escribir más sobre el tema ya que me parece cuanto menos sangrante. Pedrerol no acepta mi pregunta y esos son los que, al menos, aceptan que se comenten sus columnas y comentarios.
Sin ir más lejos, dos de los adalides de la prensa deportiva libre en España, Inda y Relaño, no permiten que se comenten sus columnas. Cuanto menos es sospechoso y ciertamente me parece que lo que desean es hablar desde su atalaya solo para oír el sonido de sus propias voces.
Van a permitirme que no mencione a los Nollà, Mascaró y Casanovas, los cuales encerrados en ese zulo solo apto para barcelonistas sin muchas luces, reciben tantos comentarios en sus columnas como yo en mi blog, lo cual diría que es de una cutrez imponderable si no fuese lanzar piedras sobre mi propio tejado.
Van a permitirme que no mencione a los Nollà, Mascaró y Casanovas, los cuales encerrados en ese zulo solo apto para barcelonistas sin muchas luces, reciben tantos comentarios en sus columnas como yo en mi blog, lo cual diría que es de una cutrez imponderable si no fuese lanzar piedras sobre mi propio tejado.
Así que aquí seguimos, escuchando como desde su tribuna, señores con unos conceptos deportivos aprendidos en sus años tras una mesa y practicando sillonbol (noble deporte), nos guían a nosotros, pobres borregos sin derecho a réplica hacia una mentalidad única y acomodada, en la cual las voces discordantes (al menos en lo deportivo) no tienen lugar.
Miedo me da meterme algún día a ver qué sucede en un periódico serio. Me quedaré con las tonterías que rodean al fútbol. No quiero llevarme un susto y darme cuenta de en qué lugar del escalafón están las opiniones del pueblo llano.
Bah, es cansino lo de esta gente. Quizá somos un poco tontos todos por seguir dándoles bola.
ResponderEliminarYo el año pasado, cuando mi querido Manchester United ganó la liga, les pongo al As un comentario porque el juntaletras que había redactado la nota se había equivocado al poner el número de ligas que lleva Ferguson en el banquillo. No me publicaron el comentario hasta que ¡oh, sorpresa! habían corregido el número.
O sea que no sólo no saben hacer eso para lo que se supone que valen (informar), sino que encima se niegan a que se lo critiquemos. Y luego dicen de la crisis de la prensa...
Estoy empezando a creer que no es un problema suyo, sino mío, porque te había respondido antes y no ha salido. Me autocensuro, con un par. Para hacerselo mirar. Tienes razón, el problema, y me incluyo, somos los que le damos bola a estos inútiles.
EliminarUn saludo
Yo también muchas veces he intentado "hablar" con otras gentes sobre cosas que no veía lógicas y se me ha tachado de todo.Digo en otra página que no tiene nada que ver con esto del deporte y no viene al caso , pero que si venga al caso.Porque si uno abre un blog,columna o lo que sea lo más normal es que alguien te pueda comentar y si no pues se quitan esos comentarios si no los quieres que uno está en ese derecho , pero yo creo que ver opiniones (aunque muchas veces a uno se les lleven los demonios con ellas ) pues es lo suyo.No me sé explicar bien con esto que he querido expresar creo yo , pero bueno.Adolfo gracias por pasar por el blog.Un abrazo.
ResponderEliminarClaro. Si no quieres comentarios quítalos. No pasa nada si no existe esa opción. Lo peor es cuando esa persona tiene una doble faz en este tema, como Inda, adalid de la información pura y objetiva y de meter micrófonos en los vestuarios. La prensa libre debe adaptarse a los tiempos actuales en los que cualquiera tiene acceso a toda información y es muy capaz de contrastarla y contrarrestarla. El problema es que estos "profesionales" no están muy de acuerdo con esta posibilidad. Un abrazo
EliminarCoño, hay que añadir el "me gusta" a estos comentarios.
ResponderEliminarJeje, eso blogger no lo tiene todavía. Atento que estoy enterándome como llegar al estadio para ver el raw live del 11 de marzo. Te aviso con tiempo para hacer una colaboración en tu blog
EliminarTiene que ser la leche eso
EliminarEso espero, jeje
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