Desde luego algunos hemos venido al mundo a sufrir, y es que sino, no se explica el ser del Sporting, la verdad.
Partido que se perdió de manera inmerecida frente a un Sevilla que tiró lo mismo que nosotros y que se aprovechó de un rechace y un gol que del Moral no mete otra vez en 10 años.
El Sporting más de lo mismo, pero con una diferencia sustancial. Por momentos se creó algo de fútbol. No mucho, pero algo. Vamos por partes.
Juan Pablo nada pudo hacer en ambos goles, sin embargo urge un cursillo acelerado de saque de puerta, porque el hombre se toma sus buenos diez segundos para sacar de meta y cada partido le echa dos o tres balones al rival que está más solo en el medio del campo.
La defensa bien por el centro y mal por las bandas. Lora no puede defender a los gigantes del Sevilla y se perdió en el balón parado. Canella empezó bien, pero a veces tiene unos momentos de caraja tremendos.
En el medio, Rivera descomunal y dando una lección. Cases y André como siempre, dándolo todo. Trejo hoy muy bien, quizá le falta pillar velocidad, pero hizo un par de entradas por el medio, de las cuales una acabó en gol y la otra no, porque al llegar al área descubrió que solo se había movido él. De las Cuevas está muy bajo, no aparece casi, no desborda y si lo hace es siempre hacia adentro. No sé si es qué ya le están pillando el truco o es que no está en forma.
El gran cisma viene arriba. Barral mojó. Aparte de eso lanzó una al limbo desde el área pequeña y le quitó un remate a André ¿Es delantero para el Sporting? Rotundamente no. Se comenta que está ahí por la presión que hace y que lucha y qué sé yo. Yo no lo veo presionar, luchar ni nada. Me desespera. Casi prefiero a Bilic, lo cual es un indicio de que estoy cayendo en la demencia o en la esquizofrenia paranoide. Lo que está claro es que no es mejor que ninguno de los dos delanteros que a día de hoy visitan la grada partido tras partido. Es el gran problema del equipo, el delantero apenas ofrece opciones de pase o remate y obliga a los compañeros a multiplicarse.
Los cambios raros. Bilic o Morán no contaban y son revulsivos un día fundamental. La parrocha hizo una jugada medio decente, a lo mejor está aprovechable. Supongo que Nacho y Trejo estaban fundidos, de no ser así, no entiendo los cambios. Al final salió Eguren para ver si rascaba algo, y por un pelo, de no ser por Botía, tenía un balón franco para el empate, pero cuando se está en esta dinámica perdedora, no hay nada que hacer.
Yo creo que hay que esperar a ver qué pasa con el Granada. De no ganar, hay que pegar un golpe en la mesa y cambiar algo. El equipo parece mostrar una cara diferente y nadie pide ganar al Barcelona o al Sevilla, pero ahora toca ganar al Granada por narices. Se puede y se debe. Una semana para preparar una final. Veremos qué sucede.
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