domingo, 20 de octubre de 2013

GRAVITY Y ELYSIUM


Soy un gran amante de esa rama del cine conocida como “Ciencia Ficción”. El cine de este tipo ha pasado por diferentes etapas. Del “Pulp” más tradicional plagado de marcianos verdes y rayos láser a las “Space Operas” donde tragedias y dramas espaciales se entretejían con el uso de espadas láser (sin láser no hay nada que hacer en el futuro), siguiendo por el toque “Realista” que es un poco el que se busca actualmente.

Tras un año desastroso en cuanto a cine con sonoros batacazos (en lo que a mí respecta) como “Pacific Rim” o “Man of Steel”, han sido dos producciones norteamericanas pero de creador no nacido bajo las barras y estrellas las que han venido a darme una buena semana de cine.

Alfonso Cuarón, mejicano que ha ido escalando peldaño a peldaño hasta alcanzar su status de director de reconocido prestigio en Hollywood nos entrega “Gravity” a la que llamo Ciencia Ficción sin razones evidentes puesto que para mí no entra en los cánones del género y aún así no sabría como encuadrarla en otra rama del séptimo arte. “Gravity” narra como dos astronautas en misión rutinaria son bombardeados por los restos de una nave rusa que se encuentran en órbita alrededor de la Tierra. La huída en busca de una cápsula que permita el regreso a casa es rodada con pulso y calidad. Las escenas de destrucción son espectaculares y realistas haciéndote sentir dentro de la situación en cada momento. Una película simple y honestamente buena, con una historia sencilla y una calidad por encima de la media. Tiene algún momento bajo en el que parece que no pasa nada, pero el reloj de cuenta atrás de Sandra Bullock que marca el retorno de la lluvia de basura espacial siempre adelanta algún momento de emoción e intensidad. Una excelente película unánimemente alabada a todo nivel, tanto interpretativo como técnico, pero para mí inferior a la siguiente.

Elysium” de Neill Blomkamp, sudafricano que se destapó con “Distrito 9” como un excelente realizador, y que vuelve a la carga con una película que, a mi gusto, no ha sido valorada como se merece. Blomkamp es amigo del tipo de “Ciencia Ficción” que me gusta. Esa en la que pese a que lo que sucede en pantalla está poblado de droides, naves espaciales, estaciones orbitando y demás estereotipos de la “Ciencia Ficción” clásica, siempre queda un resquicio de realidad, algo que permite que te acerques a ese universo paralelo sin salirte del tuyo propio. En “Distrito 9”, Blomkamp nos hablaba del racismo de una manera no novedosa (“Alien Nación” trajo el tema tiempo atrás) pero sí de manera intensa y con una capacidad artística por encima de la media. La trama de la invasión extraterrestre dejaba paso a un drama social invadido por alienígenas y armas de destrucción masiva.
Es de nuevo el drama social el que impulsa “Elysium”, una película donde los pobres son muy pobres y los ricos tan ricos que ya no tienen ni que vivir cerca de los que están por debajo en la escala social. Las diferencias individuales son retratadas de la forma más visual posible. Ellos están arriba, en las estrellas, en Elysium, y los otros, los pobres, solo pueden mirar hacia arriba, hacia lo inalcanzable. Supongo que a Mariano Rajoy  le pareció una comedia costumbrista.

Pero no lo es. La película gira en torno a la liberación de Elysium para que todos puedan servirse de sus ventajas. En el edén para millonarios no hay fealdad, gordura ni enfermedad, lo cual abunda en la tierra, polvorienta y llena de miseria. El viaje de Matt Damon en busca de una cura para su cuerpo irradiado se convierte en una lucha de clases perfectamente rodada  y en la que los personajes malvados se hacen cargo de la función de principio a fin.
Desde Sharlto Copley como desquiciado agente del orden público que se extralimita en sus funciones a Jodie Foster como la despiadada política que no se da cuenta de cuál es el límite de su arrogancia, pasando por el ejemplar papel de William Fitchner como empresario sin escrúpulos, todos ellos nos muestran personajes arquetípicos pero fácilmente odiables, lo cual, desde el punto de vista subconsciente, te introduce en una historia sin complicaciones y plagada de acción (rodada un poco al estilo Chris Nolan, lo que no es del todo positivo).
En definitiva. Dos películas decentes. No dos obras maestras, pero sí un pequeño oasis de buen cine. Cuatro horas de entretenimiento y viajes a otros mundos. Quizá lo más llamativo es que pese a que “Gravity” está situada en nuestro presente y se acerca a la realidad, me pareció más palpable el mundo de “Elysium”.
Aunque esa idea de que los políticos estuviesen en una estación espacial a miles de kilómetros no me acaba de desagradar del todo.

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