Existen miles de villanos en el
mundo del comic (y en el mundo en general). Ese reverso tenebroso que permite
al héroe dar el do de pecho y mostrar cualidades que le hacen destacar sobre el
ciudadano medio. Sin embargo, como en todo en la vida, hay villanos de primera,
de segunda y de tercera.
El Anillador |
Y luego están los de cuarta.
Armadillo |
Se les considera supervillanos, puede que por sus vistosos disfraces o por tener una idea que les pone un paso por delante de un simple matón. No lo
sé, pero son personajes que no destacan ni para lo malo. Anodinos, aburridos,
inocentes, sin futuro ni pasado, pero ¿A quién no le gusta un buen perdedor?
La liga de los perdedores (estos eran buenos) |
La historia de Marvel está
plagada de caídos y ridículos personajes sin más pasión que ser derrotados una
y otra vez. Aún así, han tenido sus momentos. Por poner algunos ejemplos voy
a tirar de memoria.
El Trampero, también conocido
como “Pete pote de pasta” es un villano sin más que ofrecer que unos cartuchos
de algo semejante a pegamento o aceite o, como dice su apodo, pasta. Sin
ninguna capacidad para nada en la vida, Pete Petruski, nombre y apellidos
estilo clásico Marvel, logró derrotar a Spider-man limpiamente. Otros de mayor
envergadura no han sido capaces. Sin embargo la victoria efímera sirvió para
poco en la lenta carrera del Trampero que nunca ha saltado a la primera
división de villanos.
Otro ejemplo es el Zancudo,
personaje con piernas extensibles y metálicas. En lugar de volar, Wilbur Day
eligió ser alto, que no gigante. De esta manera, Day se vanagloriaba de robar
en los pisos más altos de los rascacielos, cosa sencilla en el Universo Marvel
donde hasta la Tía May se sube a un tejado como quien lava. Vemos que el
Zancudo es original como idea, pero inútil en el mundo práctico. Aún así, logró
derrotar a Spider-man, clásico perdedor (y por ello más grande como héroe) o
Goliath. Sin embargo sus paseos por Nueva York acabaron al encontrarse cara a
cara con el Punisher. Todos sabemos que Frank Castle no tolera las chorradas y
eso de andar delinquiendo en zancos, pues me van a perdonar, no tiene mucho
sentido.
Mimi Aulladora, o como se le conoce ahora Pajaro Cantor, uno de los grandes líderes de los Thunderbolts empezó como una cutre villana compañera de otro cutre villano como Angar. Los guionistas trabajaron en serio y su capacidad para crear sonido sólido, algo que a Klaw le reportó grandes beneficios, la hicieron resurgir, esta vez del lado del bien.
Pero hay muchos más. Zancudo y
Trampero son ejemplos de malos villanos pero al menos han dado alguna alegría a
sus seguidores. Los hay peores, mucho peores, por ejemplo:
Manfred Haller, el Hombre
elefante, que diseñó un traje paquidérmico para derrotar a la salvaje Hulka
fracasando vilmente. Si es que cuando usas unos colmillos como nunchakus, no
puede pasar nada bueno.
Alexander Gentry, el Puercoespín original. Todos sabemos que Marvel utiliza muchos elementos de la
vida salvaje para crear sus personajes, pero al igual que otros muchos
animales, el puercoespín no es un buen modelo. Un diseñador de armas embutido
en un traje con pinchos. Poco bagaje para un enemigo que es saco de los golpes
para la Avispa o el Capitán América.
Maxwell Markham, Grizzly. Un
tipo grande, se viste de oso y a vivir la vida. Que yo recuerde el traje ni era
acorazado ni nada, simplemente una bola de pelo, supongo que para el duro invierno
neoyorquino.
Michael Marko, también conocido
como “El hombre montaña Marko”, nombre muy molón, si se me permite la opinión,
para un personaje que, en el único comic que he leído suyo, es un adicto a
levantar pesas y tomar esteroides. Una versión pretérita del “Pain and Gain” de Michael Bay.
Y voy a cerrar ya, porque podría
estar eternamente, con un último ejemplo, no solo de villano cutre, sino de una
mal entendida rivalidad Marvel/DC. Marvel posee un fondo de armario
extensísimo, posiblemente mayor que el de DC, pero aquí viene el problema y es
que los más famosos villanos (Lex Luthor o el Joker) son propiedad ajena a la
casa de las ideas. De esta manera, Marvel ha intentado tomar prestadas ideas externas
creando a su propio Espantapájaros o al Bufón y ninguno ha triunfado. No iba a
ser menos Lorina Dodson, Coneja Blanca, amante de los libros de Lewis Carroll y atracadora de segunda
fila con poco futuro en el mundo Marvel
donde cualquier investigador con un doctorado en bioquímica y biología molecular
es capaz de conseguir poderes superhumanos con el mínimo error experimental.
Puñetera envida que me da, será
por errores en el laboratorio.
Así investigo yo |
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