Hoy amanezco en El País con una noticia de ayer. En
ella se nos muestra la recuperación de la capacidad de caminar por parte de
ratas con una lesión en la médula ósea. Para llevar a cabo tal experimento, a
las ratas se les debe seccionar previamente la susodicha médula e inducir de
manera artificial esta lesión incapacitante. De aquí surgen varias polémicas.
La primera y más funcional,
aclarada por parte de los propios expertos es que el propio diseño experimental
limita las aplicaciones del mismo. De esta manera, los investigadores no están
seguros de si en problemas de médula debidos a accidentes en los cuales el
corte no es tan limpio como el producido en el laboratorio, lo aquí publicado
sería de alguna manera útil.
La segunda, que entronca
directamente con la primera, es la utilidad o no del modelo animal en la
investigación biomédica. Muchos son los que plantean, y es cierto, que existe
una masificación o glorificación de la utilización de animales en este tipo de
trabajos aún siendo modelos pobres o incompletos. Es verdad que muchos se
lanzan al modelo animal como si fuese éste la panacea y el fin de todo cuando
en realidad no es así y en muchos casos estos organismos tan diferentes como cercanos a nosotros, muestran
respuestas, comportamientos o alteraciones que conducen a saltos, a
imposibilidades traslacionales que dejan tal vacío que convierten su empleo en
algo inútil y a la vez en una pérdida de vida que lamentar.
Sin embargo, y es raro que lo
diga yo, las cosas no son blancas o negras y la gama de grises suele ocupar un
amplio espectro. Ni una posición ni la otra, siempre que se ocupen ambos
extremos es la adecuada. No se puede defender a ultranza un modelo que aplica el
sacrificio y la utilización masiva de seres vivos, ratas, ratones, conejos,
gatos, perros y en menor medida primates, ni acomodarse en la barrera de la
ultradefensa de la vida animal. Toda vida es sagrada y debe defenderse, desde
la más mísera alimaña al más mísero de los políticos, pero si nos ponemos
firmes, hasta las lechugas tienen su corazoncito, por tanto, si vamos a
oponernos a la experimentación animal, hagámoslo desde el razonamiento y no
desde el fanatismo.
Existen razones claras más allá
de la simple lástima por el animal utilizado. Al final los que manipulan,
tratan y sacrifican al ratón de laboratorio son los que más lo sufren,
existiendo excepciones en gente que, de verdad, solo puedo considerar como
desalmados o malas personas. Por ello no se puede estigmatizar al trabajador
como si fuera un robot sin alma, existiendo un espacio para la objeción desde
el punto de vista científico. No todo es aplicable al modelo animal ni todo
modelo es trasladable al paciente, destino final escondido en un rincón de la
mente del investigador tras la maraña de artículos, probetas y quehaceres
diarios. Uno, cuando se plantea el uso de animales, ha de ser consciente de los
beneficios e inconvenientes de su aproximación y ponderar. No es sencillo, pero
si el estudio lo requiere realmente, no existe otra opción, y en la balanza
está que el uso de seres vivos ha consignado diversos avances para la vida del
ser humano. No olvidemos que la aspirina surge de la corteza del sauce o que
los perros fueron importantes en el hallazgo de las causas de la diabetes.
Es sencillo defender la vida de
unos hermosos ratoncitos. Yo soy el primero que adoptó cuatro cuando no había
hogar para ellos en un laboratorio, pero también entiendo que no podemos volver
a los tiempos en los que los medicamentos se retiraban tras ver morir a cientos de personas.
No todo es tan horrible, ni tan sencillo, solo hace falta pensar antes de obrar. La vida de los animales es muy valiosa, tanto que la responsabilidad de tenerla en tus manos asusta y en muchas ocasiones causa traumas y conflictos personales de altísimo nivel. Solo es necesario asegurar que aquello que se hace con ellos tiene una finalidad y una dignidad y que no se convierte en un sinsentido. De esta manera, se podrá continuar avanzando en la correcta dirección.
Y si algún día alguien describe un modelo mejor, bienvenido sea.
Te cuento una historia, Adolfo. Yo le tenía auténtico pánico a los perros desde los 8 años, cuando vi a un pastor belga "marcarle el culete" a un amigo mientras jugábamos al fútbol en Oviedo. Me convencí de que los perros eran simplemente bocas preparadas en todo momento para morder. Tuve que esperar a conocer a la que hoy es mi mujer (con 28 años) para empezar a entender por sus explicaciones, que estaba en un gran error. Adoptó a una perrita y hoy tenemos a dos (el otro adoptado de una Protectora) y ahora nadie sabría por mis actos que alguna vez le tuve miedo a los perros.
ResponderEliminarA lo que te voy es a que una perrita fue la primera astronauta de la Historia, y demostró que el cuerpo humano era capaz de soportar la ingravidez. Hasta el que más odie a los perros, tiene que reconocer la aportación de Laika a la Ciencia, sin ella Armstrong, Aldrin y Collins hubieran salido hacia la Luna a la aventura y dejando testamento.
Mejor es usar ratitas en laboratorio para fines de investigación que exterminarlas con veneno sin sacar mayor utilidad de ellas. Quien esté a favor de que no se usen seres vivos en laboratorio, que diga "me ofrezco yo a que se realicen pruebas en vivo sobre mí". A ver si hay cataplines...
La historia de Laika es una más, y una de las más conocidas. Hay mucho animal anónimo que ha sido útil para que ahora muchos de los que protestan por su uso estén caminando por la tierra. Es muy triste y ojalá no hubiese que usar a ningún ser vivo para avanzar, pero, ¿qué otra opción hay?
EliminarQue por cierto, dos historias, dos puntos de vista negativos. El primero. Yo trabajaba en un hospital madrileño donde un médico utilizaba ratas para analizar el umbral de dolor. El tratamiento a los animales de aquel homicida era vergonzante y hubo quejas al respecto. Un hijo de perra el cual, si lo viese entrar en un quirófano para tratar a alguien cercano, me negaría en redondo. La otra. En un animalario, gente pro defensa de la libertad animal, liberó a todos los ratoncitos y ratas de laboratorio en un acto de espléndida humanidad. El problema es que no se hicieron cargo de ellos. Solo los dejaron libres. A la semana, el centro de investigación estaba rodeado de animales muertos. Sin embargo nadie dio la cara por semejante carnicería. Hay que ponderarse un poco.
EliminarNo sé si la habrás visto ya, pero hay una peli muy interesante que, con la disculpa de montar un thriller (mi género favorito en el cine), aborda el tema de las pruebas de investigación en humanos. Hay una red montada en un hospital para elegir mendigos de Nueva York (gente a la que nadie reclamará si la cosa sale mal). La peli se llama "Al cruzar el límite". Si tienes ocasión la ves y comentamos. Te garantizo que el dilema que plantea es de los que le ponen los pelos de punta a Matabuena...
EliminarLa peli de Gene Hackman, no la vi, por una razón que los jóvenes de ahora no comprenderían. La alquilé con mis padres y el VHS estaba más rayado que el pijama del Sporting y la dejamos sin ver. Hoy me la descargo, digo... busco como verla de manera legal (andan los satélites del FBI por encima de casa)
EliminarJeje qué malo eres, a ver si estás intentado montar de nuevo "megaquiñonesload" jeje pues si tienes relación con la profesión sanitaria, te dejará pensando con más razones que a mí... es de esas que provocan el diálogo tomando una cañita a la salida del cine... me entiendes, verdad? de esas que se habla de si tenía razón Gene Hackman o Hugh Grant... porque quizá cada uno tiene su parte de razón y sus motivos para actuar así (más claros o más oscuros). Para mí, peliculón como thriller y como argumento. Ya la comentaremos.
EliminarNada, no la encuentro, ni por lo civil, ni por lo criminal. Lo peor es que fuera de bromas, pero en uno de los enlaces me salió el simbolazo del FBI y me cagué un poco por la pata, que aquí te entran por la puerta y te sacan como a Eliancito en Miami. Seguiremos intentando.
EliminarEn Megaupload (detendrán por nombrarlo???) sería donde te encontraste la página cerrada por el FBI. Hace unos meses que se la cargaron. Como era una página tan potente, por eso no la encontrarás, porque hay muchas otras que lo único que tenían era enlaces al contenido de Megaupload. Sigue buscándola, que a mí me parece, como ya te dije, un peliculón.
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