Una aciaga temporada la que se
cerró en Málaga. Tras unos años jugando con fuego, el club rojiblanco se
despidió de la máxima categoría en una campaña para olvidar. Desde la directiva
al césped, debería ser perentorio hacer examen de conciencia, pero conociendo a
unos y a otros, lo dudo mucho.
Antes del inicio de la temporada,
clasifiqué a cada componente de la plantilla sportinguista según mi parecer
personal tras la pretemporada. Ahora toca revisar como han pasado este duro
año.
PORTERÍA.
En la portería ha sido titular
incontestable Juan Pablo. La presencia de Cuéllar
ha sido testimonial y sirvió para que el Sporting regalase el enésimo encuentro
entre semana, esta vez frente al Atlético de Madrid. Muchos han calificado a Juan Pablo como el mejor de la temporada,
salvador de goleadas y demás. En mi modesta opinión, el leonés ha contribuido
al cataclismo defensivo de este año, caracterizado por el peligro que
conllevaba cualquier balón que sobrevolase el área rojiblanca. Indeciso a la
hora de salir y atascado bajo palos, el área pequeña, difícilmente defendible
cuando te encuentras de espaldas y zona de dominio del guardameta, ha sido una
de las regiones de caza de los delanteros rivales y era frecuente ver como se
lanzaban balones desde la frontal al entorno de la portería de Juan Pablo. Las
broncas de Gregory o Rivera por la indecisión del meta, se vieron en más de una
ocasión. Otro punto negro se encuentra en el balón jugado con el pie, donde
Juan Pablo es un portero limitado y que entrega demasiadas pelotas al
contrario. Con el tiempo, no sé si debido a la salida de Preciado, se observó
una mayor predisposición a sacar con la mano. Aún así, justo es reconocer que
bajo palos es un buen portero.
DEFENSA
Coladero, como demuestra la cantidad
de goles encajados. Empecemos por la banda derecha. Ni Lora, ni Damián, ni
Orfila supieron llenar la banda con garantías. Si tenemos en cuenta que uno era
mediocampista, que el otro acaba de llegar y que el tercero era el eterno
canterano sin futuro, no es de extrañar que alguno echase de menos al capitán
Sastre. Lora empezó muy mal de forma
(Como toda la plantilla), Damián
demostró ser un mediocre futbolista y un horrible defensor, con cierta
capacidad técnica y nulos conocimientos tácticos. Orfila, correcto en la banda, pero no especialmente brillante,
podría ser un aceptable suplente en segunda, un relevo para Raúl Cámara. En la
banda izquierda Ayoze, cuando allí
actuó, o incluso Menéndez, un
novato, mostraron más tablas y categoría que Canella, un futuro internacional estancado en la mediocridad que
ocasiona la falta de un competidor real por el puesto. La mala temporada del de
Laviana lastró al equipo en muchos partidos. Le cogieron la espalda, le
hicieron recular, en definitiva, desbordable y flojo. En el centro viene la
debacle. Voy a obviar los experimentos de Clemente de situar a Orfila o Eguren
(fracaso) como centrales. Moisés
cumplió sin más cuando se le pidió. Gregory
estuvo en un nivel normal, nada que destacar, y aún así, posiblemente fuera el
mejor central de la plantilla. Gálvez,
pese a su falta de temple, mostró que puede ser un central contundente y
expeditivo (quizá demasiado). Iván
estuvo todo el año fuera de forma, lento y sin sitio. Una pesadilla para sí
mismo y un sueño para los atacantes que se deshicieron de él con facilidad. De
volver al nivel exhibido el año anterior, estaríamos ante un central de
garantías, pero debe adquirir un correcto tono físico. Y qué decir de Botía, convocado por la selección,
futuro jugador blaugrana y demás perlas. Un bluf, un desastre, perdido, lento,
tosco y sin clase para manejar el balón. Puede ser muy bueno, pero está claro
que abandonará el barco y quizá sea el momento. Veremos si se estanca o
resurge, ahora mismo está en su mano.
MEDIOS
Overbooking de medios al empezar
el año y al acabar… Lora y Gálvez. En una demostración de cómo la plantilla del
Sporting se planificó a principios de temporada, la saturación de medios dejó
al equipo sin nadie de garantías, de tal manera que la escusa de la poca
competición por un puesto, que podría explicar la baja forma de Canella, se va
por el desagüe cuando pasamos al mediocentro. Muchos y flojos. Rivera empezó físicamente bien y se fue
desinflando. Jugador de calidad, los palizones a correr hacían mermar su juego
con el balón. Eguren, stopper de
profesión, rudo con el balón, no dio con la tecla en todo el año. Parecía fuera
de forma. Ricardo León abandonará la
nave sin haberse puesto al timón nada más que de manera testimonial y el futuro
del Sporting, Sergio, pues eso, como
el futuro del Sporting, oscuro y gris.
Gálvez es una mala bestia sin control de ningún tipo, lento y malo. No
distribuye del todo mal, aunque hubo algún partido en el que se cansó de
disparar a los satélites y mandaba unos balonazos al cielo que clamaban al
mismo. Nacho Cases se pasó media
temporada lesionado y media en la grada. No ha sido su año pero por lo visto el
año pasado, como Iván, merece otra oportunidad. De recuperar el nivel, estamos
ante un gran jugador. André, perdido
y naufragando fuera de posición, volvió al mediocentro con Clemente y cuando
mejor estaba, ¡ding! Clementada y se acabó. André al banco y para Oporto.
Seguimos por el medio, pero un poco mejor. A última hora, Lora vuelve al medio y despacha unos partidos más que aceptables,
que para bien, permiten seguir al Sporting con opciones, y para mal, le ponen
en el escaparate y ya sabemos cómo se las gasta la directiva cuando alguien
sale al escaparate, ¡Dos bragas dos
euros, cuatro bragas, tres!. Y ahora me paso a los jugadores más ofensivos,
en algunos casos para el corazón. Luis
Morán empezó la temporada y no la acabó por méritos propios. Verle salir al
campo era doloroso. De todas formas, viendo que el mal era endémico y afectaba
a muchos, quizá si vuelve y le exprimen, todavía haya futbolista. Por su lado
jugó Mendy, auténtica definición de
potencia sin control. Le cuesta llevar el balón al pie y sus conocimientos
tácticos cabrían en un sello. Puede ser el futuro si alguien dirige esa
potencia física por el buen camino. Carmelo,
conocido también como el “Loco carioco”. Fuera de forma, de lugar, de físico,
de ganas, de estado mental, buscando bronca, no sé, lo que quieran. Un gran
jugador que se diluye con el paso de los años. Me voy ahora con Muñiz, que sé que jugó, pero no
recuerdo más. Veremos qué pasa con el niño, ¿futuro o pasado del Sporting? Lo
mejor para el final. Trejo, la nada
absoluta, la apatía, la dejadez. Posiblemente el futbolista que más balones
pierde de la liga y parte del extranjero. Tiene una clase increíble pero una
desgana superior. Lo de defender no le gusta, pero que te roben el balón en
cada jugada y no hagas nada por recuperarlo, NUNCA, tiene bemoles. Y de las Cuevas, el gran beneficiado por
la salida del gallego Castro, al final ha sacado sus cartas y parece que iba de
farol. Indolente, no regateó ni a un cono en todo el año. Fracaso con todas las
letras. Ni pizca de garra ni de clase. Un horror. Veremos que hacen con él.
DELANTEROS
Empiezo por Nacho Novo, el que se fue por razones que algún día se sabrán. En banda
perdido. Nada nuevo. Arriba marcó tres goles en poco tiempo. Su olfato de gol
pernocta en Polonia. Nadie lo echa de menos. Vino de estrella, pero las grandes
estrellas también saben sufrir, y si no, que se lo digan a Luis Enrique, que
pasó de delantero grande a lateral derecho en un verano y acabó siendo
internacional. Ahora Colunga. Llegó
e ilusionó. No le costó subir el nivel medio aunque no hizo nada para
convertirse en el símbolo rojiblanco que muchos creían. Bilic hizo lo que pudo cuando pudo. No es santo de mi devoción,
pero los números cantan. Todo lo que tocó, para dentro ¿Por qué no jugó más? Sangoy. Medio año de ostracismo para
marcar al final 4 goles en 7 partidos ¿Era tan malo? No lo parece. Quizá se
dejó llevar y eso no debe hacerlo un profesional que se precie, pero claro, la
competencia parecía imposible cuando Barral
podía hacer lo que quisiera. Daba igual que el gaditano se marcase el partido
del siglo o que no rascara bola. Se sabía que iba a ser titular. Su imagen
devolviendo el balón directamente a la portería del Mallorca se me quedó
grabada por ser obra y gracia del que porta el brazalete de capitán.
Creo que no se me olvida nadie
del campo. En el banco nada de nada. Podía haber dirigido cualquiera. Preciado se dejó llevar por la mareona,
Tejada sobrevoló el nido del cuco y
desapareció en el abismo y Clemente
vino, enloqueció a todo el mundo y se fue, encima con la razón de los números.
18 puntos en 16 jornadas significan que, estadísticamente, de haber dirigido
todos los partidos, el Sporting habría conseguido 42-43. De sobra para
mantenerse. Para el de Barakaldo, con eso vale. Para el resto no.
Estamos en segunda y toca
planificar. Limpieza y reconstrucción. Y Mareo, no se olviden de Mareo. Algo se
podrá sacar de una cantera que, supuestamente, compite con Lezama o la Masía en
cuanto a grandeza.
Muy buen resumen y muy claro. Estoy de acuerdo contigo en casi todo. Para mi Lora actua mejor de lateral, pues en el medio creo que pierde su chispa. Y que Barral, aunque no es santo de mi devocion me parecio el mejor delantero centro del equipo. Pero el brazalete le vino grande, no es lo suyo. Y Colunga creo que cumplio bien, de sobra.
ResponderEliminarwww.elestadiodelpulga.blogspot.com
Gracias. Yo también era de los que no veía a Lora de mediocentro. Me parecía blando, pero los últimos partidos que hizo ahí, salvo en Málaga, me parecieron de un nivel altísimo. A mí, como futbolista, Barral no me gusta. Es anárquico, poco técnico y creo que lastra al equipo no permitiendo combinar arriba, ya que tampoco es un rematador, es decir, entiendo un Bilic, que solo está para rematarlas o un Sangoy que baja y puede ayudar a crear ataque, pero Barral, aparte de correr y tirar bicicletas, nada.
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