martes, 27 de septiembre de 2011

A PASO PUTINA

Vengo de uno de esos sitios donde la mente se evade, donde el hombre alcanza la mayor capacidad de razonamiento, donde todo el potencial escondido en nuestro genoma es capaz de salir a la luz y expresar aquella belleza para la que el ser humano ha sido concebido. Lo que quiero decir es que me he pasado unos días tocándome la pera en la playa y he venido con ganas de filosofar un poco.

Hace unos años, en una de esas tardes otoñales que se repiten día tras día en Oviedo, paseaba con Javi, un hermano de esos con los que lo único que no compartes es un lazo familiar. Con una facilidad sorprendente, Javi acuñó una de las frases más brillantes que recuerdo “Vamos a paso putina”. No había en su oración connotaciones filosóficas o intelectuales, y de haberlas a mí se me escaparon por completo. Javi se refería a que la combinación de pereza natural y climatología adversa, causaba en nosotros una disminución de la velocidad de tránsito por las calles de la capital asturiana.

Sin embargo, con el paso de los años, su frase ha calado en mi léxico propio y en lo más profundo de mi mente y hoy en día considero que su aplicación es de lo más correcta. Precisamente durante mis vacaciones hablaba con mi mujer de lo rápido que se pasaba el tiempo en determinadas condiciones y como los últimos quince años habían volado y prácticamente habíamos pasado de la adolescencia a la edad adulta sin tiempo para ni tan siquiera hacernos a la idea. Ese hecho es tan cierto como que existen varios momentos en los que la vida parece detenerse y la tierra parece dejar de girar.

Desaparezco varios días de mi rutina habitual, vuelvo y ¿Qué ha cambiado? La respuesta es nada. Nada cambia tan deprisa como quisieras cuando realmente lo necesitas. En una semana que para mí ha pasado volando, vuelvo a mi domicilio vallecano y me encuentro en la misma situación que hace siete días y sin visos de que vaya a cambiar. La falta de empleo y de posibilidades de encontrarlo parece haberse instalado en mi vida de manera permanente, el calor del eterno verano madrileño no ha abandonado mi hogar, el Sporting sigue mostrándose incapaz de ganar y hace años que nadie saca un buen cómic de Spiderman. Todo circula “a paso putina” y sin embargo nada se detiene. Como dijo el gran Einstein, “Todo es relativo” y ahora mismo mi tiempo parece haberse parado mientras realmente el mundo sigue girando sin pensar en mí.

Supongo que la teoría de Einstein también surgió observando una puesta de sol en la playa. Supongo que la frase de Javi no calará tanto como la del físico alemán. Supongo que mi vida “a paso putina” surge de la tristeza que me causa estar desempleado, la cual solo me permite ver la botella medio vacía en estos tiempos tan duros. Supongo que superaré el bache ocasionado por esta crisis que ha causado una situación muy difícil para muchos. Supongo que fue ayer cuando paseaba con mi amigo y nos reímos con su frase, la cual de manera inconsciente, y pese a su connotación, ha viajado conmigo  a una gran velocidad durante tantos años. Supongo que solo quiero que el tiempo cambie el paso, aumente su ritmo y dejar por un momento de “ir a paso putina”.

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