lunes, 5 de septiembre de 2011

MIS FUTBOLISTAS FAVORITOS


A mis treinta y dos tacos, y con una afición al fútbol que se despertó en edades tempranas, he ido coleccionando iconos futbolísticos de muy diferente pelaje. Hoy, aburrido tras nueve meses de paro con el título de doctor metido ahí donde el sol da en contadas ocasiones, me he propuesto recopilar los nombres de estos jugadores que de alguna manera han ido dejando huella en mi gusto por el deporte rey.

BERND SCHUSTER
Mi primer ídolo hizo que me aficionase por los colores blaugranas. Era Bernd Schuster, o Toscher, como le llamaba Súper López en esa obra maestra del tebeo español que es “La caja de Pandora”. Me llamaba la atención, siendo un tierno infante, la precisión y elegancia de este futbolista alejado del modelo y estereotipo del fútbol alemán. Me encantaba, no lo puedo negar. Su paso al Madrid coincidió con el nacimiento de mi amor por el equipo de mi ciudad, el Sporting, aún así, pude disfrutar del sueño de verle vestido de rojiblanco y con el sello de Cajastur en el pecho en el homenaje a Quini jugado en El Molinón.

JUAN CARLOS ABLANEDO
También conocido como Ablanedo II, al coincidir en las filas del Sporting con su hermano José Luis Ablanedo. En la memoria de los seguidores del Sporting ha perdurado la imagen de este portero con poca pinta de guardameta si atendemos a los cánones actuales de cancerberos corpulentos y en torno al metro noventa de altura. De felinos reflejos, “El Gatu” defendió la portería del Sporting durante 399 partidos. De las buenas épocas a las nefastas, saliendo por la puerta de atrás de manera injusta. Tres premios Zamora le respaldan. Ahora mismo sería impensable que el Sporting tuviese un guardameta galardonado con este trofeo, pero en las décadas de los ochenta y noventa había opciones para que todos disfrutásemos Recuerdo a este jugador con cariño. Mi admiración por él hizo que desease ser portero, y aunque con nefastos resultados, en mi pachanga del miércoles pasado (no olvidemos que esta página es “Jugando Pachangas”) todavía me hice una estirada con palomita increíble que desde aquí, le dedico al bueno de Juan Carlos.

IGOR LEDIAKHOV
Buenos jugadores pasaron por el Sporting durante muchos años. A mí me llenó el mago de Sochi, el príncipe ruso, Igor Lediakhov. Recuerdo estar de vacaciones en pleno mundial de Estados Unidos y que se anunciase su fichaje por el equipo de mis amores. Vi los dos primeros partidos de la selección rusa pero no aparecía por ninguna parte, y me perdí su partido contra Camerún. Mi primera imagen, y creo que su primer partido de rojiblanco, me dejó no solo su primer gol, sino una carrera con Sergi Barjuán, en la que Lediakhov le ganó, dejando la idea de que además de clase era un futbolista rápido, aunque creo que allí gastó todas las ganas de correr que traía de Rusia. De todas formas su calidad incuestionable y su carácter le hicieron ganarse un hueco en mi archivo de ídolos.

MICHAEL LAUDRUP
Si te gusta el fútbol, te tiene que gustar Laudrup. No hay más. Clase y elegancia. Un talento. Cuando hizo aquel pase mirando al tendido para que Romario batiese al portero de Osasuna, para mí y mis compañeros futboleros y pachanguistas, fue un shock. Recuerdo hablarlo al día siguiente, siendo unos críos, imitarlo hasta la saciedad en el patio del colegio. Era mágico. Pese a su apariencia tranquila tuvo problemas allá donde fue, con el seleccionador danés, en el Barcelona y ahora en Mallorca, pero como futbolista era un mago cuyo precio ahora mismo sería incalculable.

DENNIS BERGKAMP
Con la caída en desgracia del Sporting, tocaba buscar iconos deportivos en otros lares. La llegada de un referente en los programas deportivos como era El día después, permitió observar lo que sucedía en otras ligas y ver futbolistas anteriormente desconocidos. Si bien Bergkamp no era un don nadie, no fue sino hasta su llegada a Londres cuando se destapó y su calidad llegó a mis retinas. De esos jugadores con clase, con habilidad, técnica, lo tenía todo, pero a mí me gustaba, e intenté plagiar sin éxito, esa forma de moverse erguido y señorial. Un talento increíble.

MATT LE TISSIER
Otro de esos talentos que llegó a través de “El caviar” o “La parabólica” de Maldini. Gordo. No, mejor dicho, obeso. Con cara de granjero. Fumador, vago, increíble. A veces jugando al fútbol te encuentras con un jugador contrario de ese estilo, que parece que no va a moverse y cuando te das cuenta te ha hecho un caño de los de “trágame tierra” y que sabes que si tuviese un punto físico seguro que se mearía en tu cara mientras se marca una chilena. Matt era ese futbolista ¿Para qué meter un gol a puerta vacía pudiendo regatear a seis tíos y marcar por la escuadra? Menudo artista. Cada poco me veo sus goles por Youtube para alucinar. Luego te enteras que rechazó ofertas muy superiores para disfrutar de su club de toda la vida y te enamora. El Chelsea le hizo una oferta que Le Tissier ninguneó al considerar que él no merecía cobrar tanto. Ahora sería impensable leer una declaración así. 

ZINEDINE ZIDANE
Pasan los años y reconozco que Messi, Xavi, Cristiano y compañía son grandes. El problema es que si reviso mis gustos, a mi me gusta un estilo de futbolista que se caracteriza más que nada por su clase. Y Zidane era clase. Si antes reconocía en Bergkamp una forma de moverse increíble, Zidane era Bergkamp al cuadrado. Aunque a veces se le iba la olla, su forma de jugar era impresionante. Guardo mi carpeta de mi primer año de carrera, adornada con una foto de su gol de cabeza en la final del mundial de Francia. La tenía porque en ella se veía la cara de los espectadores de detrás de la portería durante el remate y la imagen era impresionante. Con los años otros han venido, pero ninguno como él, y en Francia siguen buscando sustituto sin suerte.

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