viernes, 6 de diciembre de 2013

POCA DINAMITA PARA TANTA MECHA




Los jóvenes ancianos como yo, que nos duchábamos cada mañana al son de Gomaespuma, de pronto nos vimos huérfanos de tanto talento para la comedia. Las ondas españolas vivieron la separación de Fesser y Cano y mis amaneceres asturianos se tornaron más grises. De esa manera, mientras el dúo cómico se mantuvo separado de la radio, el único programa de humor de las mañanas lo conducía un solista de nivel. Jiménez Losantos. Con su impostada voz, esas erres marcadas cual Pilatos de “La vida de Brian”, esa capacidad desproporcionada para convertir lo cotidiano en diversión, Losantos sustituyó mis mañanas grises por risas y chanzas. Él y sus contertulios acuñaron momentos imborrables cuya búsqueda en mi base de datos personal solo puede traer sonrisas a mi rostro. En un imposible homenaje a Matt Groening, calificaron a ETA de “Comunistas nazis”. Un giro de la tragedia al humor, a lo bizarro, a lo imposible, algo en lo que Losantos es maestro de maestros. No en vano, él fue el que, junto con Pedro J. Ramírez se atrevió a bucear en el surrealismo mágico para convertir el hallazgo de una cinta de “La orquesta Mondragón” en un dato fehaciente de pertenencia a banda armada. 

Muy superior a cualquier obra del Sueño de Morfeo

Y llegamos al momento personal. Ese que te hace brillar los ojos por tocarte de cerca. Años después de los trágicos y devastadores atentados del 11 de Marzo en Madrid, y con la teoría conspiranoica muy en boga, la presencia de dos asturianos como Toro y Trashorras en la trastienda de la masacre, llevó a Federico a elaborar una teoría en la cual los traficantes de dinamita y explosivos no necesitaban sumergirse en minas o recintos sin vigilar, por cuanto en las cuencas mineras, todos teníamos dinamita en casa. De hecho es habitual en mi hogar familiar sustituir las velas de cumpleaños por cartuchos de explosivo. Así, apagarlas todas te hace mayor ilusión.
El problema es que cuando cumples "taytantos" igual no te da tiempo

Pero, claro está, mentían. Porque en España hay mucha mecha para poca dinamita.

Y ahora, como es común en éste, su “Podreblog” de cabecera, tras la introducción, desconectamos y saltamos a un tema diferente, porque hoy no hablaré de atentados ni de cretinos con micrófono. Bueno, de esto último sí. Hoy me toca asombrarme de la falta de “efecto rebote” que observo en la sociedad española.

Los hechos y sucesos que vienen dejando a la casta política y dirigente a la altura del betún, ya no se suceden en goteo. Ahora son simplemente un chorreo. Chorreo de chorradas que diría alguno. La sensación es que la impunidad campa a sus anchas y que nada se puede hacer para detener a estos malabaristas de motosierras que ejecutan sus acrobacias con sonrisa bobalicona precisamente pensando en aquello de “Si pongo cara de tondo, no me dirán nada”.

Ésta era la otra opción para Ministro de Hacienda. Al final optaron por Montoro

Es lamentable acudir al circo de tres pistas de la política española y ver a la mujer barbuda afeitada, el lanzador de cuchillos manco y al trapecista cojo ejecutar sus números sin la menos gracia pero previo paso por caja. Cada declaración, cada comunicado, cada salida pública genera vergüenza ajena mientras incrementa la audacia propia. Ya no les importa ser ridículos. Ya no les afecta mostrarse como tontos del bote que están ahí por morro, codicia o impudicia. Nada les detiene porque nadie lo intenta y mientras tanto las motosierras vuelan de mano en mano pero sin cortarles la cabeza.

Y si la motosierra les golpea la caradura, corre el riesgo de caer destrozada

Una alcaldesa sale a la palestra y contemplamos atónitos como una persona con una capacidad verbal, una oratoria y una capacidad intelectiva deficientes, gobierna sin tapujos la capital de España. Un cónclave de políticos se reúnen y votan en favor de la amnistía penitenciaria para uno de ellos acusado de delitos de cierta enjundia y ante las preguntas de un periodista, los más atinados dan la callada por respuesta evitando cumplir con su función de servicio público mientras los más lerdos hablan y dan razones tan peregrinas que la vergüenza debería tornarse roja ira en lugar de asombro mayúsculo. “Es un señor mayor” dicen unos. “Está malito” dicen otros. “Es amigo mío”, sin asomo de vergüenza, se atreven más allá. Mi traductor instantáneo convierte estas frases inconexas en “Es mi colegón y un tío de puta madre que no puede pisar la cárcel por mis santos cojones”. Sale el presidente a escena (cuando sale), le preguntan y no responde. Le pregunta un político en el hemiciclo. No responde. Una periodista le consulta fuera, en la calle, y un comentario sobre el tiempo es lo único que el dirigente nacional acierta a decir ¿Vergüenza? Cuidado que llueve. El pueblo lo ve, e incluso entre sus propios votantes me consta que surge una nube de sonrojo ¿Es cierto que este esperpento de ser humano es capaz de dirigir algo? Y lo mismo se aplica a muchos otros. Sale una expresidenta a entrevistarse con Ana Pastor y asistimos atónitos a la actuación de una “Latin King” sin escrúpulos que acusa a su entrevistadora de “Extremista de izquierdas” con todo lo que eso conlleva pero sin que peligre su integridad, pues hace tiempo que se la dejó en la lavadora. Se mofa, veja a la periodista e incluso hace chanza de ser capaz de causarle un aborto. Todo ello con una sonrisa que haría helarse la sangre de Vlad “El empalador”

Uno, dos, canta a viva voz Tres, cuatro, viene Esperanza...

Y ante tanta desfachatez, desvergüenza y libertinaje, ¿Cómo poner coto? Sencillo. El problema no es que yo sea un caradura sin escrúpulos capaz de ser un delincuente, atracar al indigente e insultar al diferente. El problema es que tú te quejas. Cortemos el problema de raíz. Pongamos puertas al campo de una vez. Eso de manifestar públicamente tu opinión como si a alguien le importase se va a acabar. Vallemos el congreso, encerrémonos en nuestra cúpula. Protesta frente al carnicero pero a mí no me molestes y si te pones tonto te tocamos la cartera, ¿Qué ya lo hemos hecho? Pues sabe seguro que no nos costará. Despedido, enfermo, burlado y apaleado, pero callado.

Y la dinamita sigue sin aparecer.

2 comentarios:

  1. Esto apesta, Adolfo. Los mayores criminales -sí, esos de traje y corbata miembros del opus dei- siguen robando y con una impunidad vergonzante. Ahora que están haciendo desaparecer la clase media, hay un millón más de desempleados-eso oficialmente- y que aflora la mierda de Génova, de la casa irreal, de los eres fraudulentos, los fiscales se convierten en abogados defensores si el pringado es de los campechanos, privatización de la Sanidad, tijeretazos salvajes a la Educación etc...quieren prohibir las huelgas y aprobar una ley cínicamente llamada de "Protección a la Ciudadanía", cuando el ciudadano tiene que ser protegido precisamente de ellos y que no es más que una ley represora fascistoide. Ay, la que se va a armar.

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    1. Es que yo creo que tiene que llegar un momento en que esto reviente. Sin embargo no sé si se va a armar pronto porque si me preguntas, yo creo que mañana hay elecciones y ganan los mismos. Por una simple razón. La oposición debería focalizarse de forma clara y brutal en detener este tipo de agravios y leyes vergonzosas y yo, particularmente, no los veo armando la de San Quintín contra propuestas como la ley de protección al ciudadano. No hay escapatoria y sin escapatoria o pasa algo muy gordo o por desgracia, nada de nada.

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