ICONOS DE LOS DIBUJOS ANIMADOS. PUESTO 3

De un tiempo a esta parte, parece haber surgido la moda del antihéroe. Personajes con una ambigüedad moral que los hace más humanos o cercanos. Habitualmente, en las series animadas actuales, por alguna razón, estos personajes con todas las características negativas que podemos tener tú, yo o el vecino de al lado, son representados por un ente no humano, o al menos, no en el sentido estricto de la palabra. Hoy, en mi vuelta a esta lista os traigo a un ejemplo claro.

3. BENDER

Bender Bending Rodríguez es posiblemente el mejicano animado más famoso con permiso del veterano Speedy González. Bender es el eje central de las tramas humorísticas que acontecen en Futurama, serie del otrora creador de Los Simpsons, Matt Groening. Cuando Futurama aún estaba en pañales e internet no era la masiva fuente de información que es ahora, se escuchaban cantos de sirena acerca de una nueva serie en la cual aparecía una versión robótica del gran Homer Simpson, el cual no aparece en esta lista, no por no merecerlo, sino porque tanto se ha escrito ya de él que no puedo aportar nada fresco u original sobre el tema. Este Homer de hojalata era Bender, y al igual que su contrapartida amarilla, Bender se caracteriza por una amoralidad y falta de principios alarmante que lleva a situaciones disparatadas, pero que al igual que en el caso del Pater Familias de los Simpson, provoca un acercamiento directo y una alarmante empatía del espectador con ese personaje que roba, bebe, cae en todos los vicios posibles y encima lo disfruta.

Sin embargo, cuando lo hace Paquirrín, resulta que es un golfo

Pese a toda la amoralidad y maldad de la que es capaz, Bender es un personaje entrañable, con algunos momentos de bondad que reflejan su amistad por el resto de componentes de Planet Express, pero es cuando da rienda suelta a sus bajos instintos cuando se convierte en un gran personaje. Así, le hemos visto caer en las garras de la drogadicción, dedicarse al proxenetismo, dejar el alcohol (compuesto que le permite funcionar), convertirse en estrella de la lucha libre robot (con Turn Heel incluído), cantar el himno del PP (el himno del partido republicano en su versión original), ser la cámara uno, dos y tres de la futurible versión de Ally McBeal , dar caza a los humanos, montar su propio parque de atracciones (con casinos y furcias), o enamorar a la hermosa Aplastaneitora.

Bender es capaz de eso y mucho más. Su robótica personalidad no conoce límites y su maldad tampoco, pero siempre dejando un resquicio para algún acto honorable ocasional. Los guionistas han sabido dar rienda suelta a sus más deplorables instintos y han convertido a Bender en un depositario de todas las bajezas y a la vez en una imagen palpable y visible de todo aquello que nos gustaría hacer alguna vez. Además, este robot es el portador de una de las canciones más pegadizas de la historia de la televisión. La canción de la ranita.