Viendo el partido del Anxo Carro de Lugo,
vino a mi memoria un recuerdo de infancia. En el año 1982, previa celebración
del Mundial de Fútbol en España, se editó el tebeo que acompaña al título de la
entrada. “Donald en los mundiales”.
En él se incluían diferentes historias con el fútbol como pivote central.
En una de ellas se narra cómo se crea el
fútbol para interceder en una disputa doméstica. La lucha por la posesión de un
campo de calabazas se transforma en un encuentro del deporte rey en la que lo
importante es introducir la naranja cucurbitácea a través de la puerta del
castillo del clan rival. De esta manera, la familia del Tío Gilito se enfrasca
en singular batalla balompédica con la de los Golfos Apandadores (sin parentesco
conocido con la directiva del Sporting) hasta lograr introducir una calabaza
que esconde un penique maldito en el arco contrario. Cada gol es celebrado por
un grupo de brujas al grito de “Cala-cala-calabaza”.
Así debíamos haber celebrado los goles del,
ocasionalmente, equipo verde ayer. El Sporting ha marcado tres goles en dos
jornadas. Dos vienen de un saque de banda en largo, única arma futbolística que
parece haber sido capaz de desarrollar Luis
Hernández y de un melonazo de Sangoy
que aterrizo en la cabeza de Bilic y
empujo a meta Trejo. Nada más durante
ciento ochenta minutos.
El fútbol prehistórico del Sporting podría
entenderse si fueran consecuentes en lo que hacen. Se nos vendió una idea de
equipo asfixiante, que presionaría arriba y evitaría la construcción del equipo
rival. La idea nació muerta. Ayer vimos a Guerrero
presionar tímidamente mientras sus compañeros se replegaban pasito a paso hasta
la línea de medios. El resultado es que el Sporting apenas robó un balón en
todo el partido y que, de esos robos, es imposible generar una ocasión de gol
dada la distancia al arco rival. Además, Cases,
que no estuvo especialmente mal ayer, parece más decidido a esconderse que a
mostrarse y, pese a dos excelentes cambios de orientación, su participación es
testimonial. Trejo apareció para
resolver, pero el resto del partido fue una rémora incapaz de conducir el balón
dadas las condiciones del campo.
El juego por banda no existe salvo las
apariciones de Jara. David no tiene ganas de seguir jugando y
lo demuestra con su apatía. Los laterales no aportan nada, salvo los ya
mentados saques de banda. Ayer vimos a de
Coz, un carrilero que subía la banda cada vez que tenía ocasión y que
permitió a Pablo Álvarez desarbolar a
un Canella apagado. Dato aparte para
los comentaristas de ayer que no se cansaron de repetir lo mucho que se
conocían Canella y Pablo debido a las temporadas
compartidas. No jugaron juntos nunca.
Si los comentarios daban pena, el árbitro
estuvo acorde y expulsó a Seoane
mediada la primera parte o sacó una amarilla a Luis por pérdida de tiempo en torno al minuto veinte de la primera
parte. Un espectáculo consecuente con la calidad futbolística.
Lo más triste es que el Sporting demostró que
para ganar en segunda división hace falta muy poco y ni tan siquiera eso poco
es capaz en la mayoría de los partidos. Los brotes verdes que nos quieren
vender de cara a la visita del Elche están muy tiernos y no creo que muchos den
un duro por la victoria rojiblanca visto lo visto. Otro dato a tener en cuenta
es que ayer, de titulares, con respecto al debut en Soria solo repiten Canella, Cases y Trejo. Es
razonable dado que no hay ahora mismo jugador en plantilla que esté en forma
como para definir un partido y parece que solo la electricidad de Jara puede ser útil en determinados
tramos.
Horrible partido pero victoria, al fin y al
cabo, sin embargo mucho ha de cambiar la imagen del equipo para recuperar el
optimismo de la afición.
En el año 82 tenía yo 14 años y disfruté como un enano con el Mundial de España, incluso fui a algunos partidos y en dos de ellos me llegó un balón a mis manos (un Tango de Adidas, cómo no) que en ambas ocasiones devolví al campo directamente, pues en aquella época sólo había un balón disponible, y si la grada se lo quedaba para perder tiempo, tenía que estar todo el mundo esperando a que el listo de turno lo devolviera (o no).
ResponderEliminarNo fui al partido de la vergüenza en El Molinón, el RFA - Austria, pero lo vi por la tele y me pareció uno de los espectáculos más bochornosos.
Y no sabía lo del cómic del Pato Donald, pero sí leía y coleccionaba el semanal de Forges, los Worldiales, y buenas risas nos echábamos.
Qué año, aquel 1982. Con la visita del Papa y toda la hostia. Con el triunfo aplastante del PSOE. Mi primer año en bachillerato. La debacle de la selección española y el triunfo de Italia ante la insufrible RFA tramposa y con aquel portero que tenían que era un hijo de perra, todos recordamos aquella semifinal contra la Francia de Platini. Qué año,1982. Tú qué recuerdas, amigo Adolfo?
Pues no recuerdo nada porque tenía 3 añitos. Mi padre fue al partido de la vergüenza, pero siendo del Oviedo, ya estará acostumbrado a ver partidos vergonzantes. Ese tebeo, y ahora viene el dato personal, estuvo años conmigo por una simple razón. En la parte final del tebeo venía una tabla en blanco con los grupos y los cruces del mundial. Como siempre fui un friker del fútbol, me hacía equipos con muñequitos de playmobil o cosas así, balón de plastilina, dos porterías y me jugaba el mundial apuntando los datos en el tebeo, existiendo un trofeo de máximo goleador incluso. A eso jugaba y gracias a ese pequeño librito luego aprendí a hacerme los míos con clasificaciones, fichajes, un pcfútbol en toda regla y hasta periódico conmigo redactando las crónicas con la máquina de escribir de mi madre (jugando pachangas prehistórico). Luego están los comics de Mortadelo en los mundiales que son la máxima expresión de la literatura española.
EliminarQué grande, torneos de fútbol con clicks y balones de plastilina.
EliminarSi es que esto del fútbol es una cosa muy especial. Lástima que haya tanto bruto ahí metido, tanto dinero, tantos intereses y tanta mierda, en definitiva.
Yo hacía mundiales de futbolín apuntando también los resultados, más de una pelea había al respecto.
Cuál es el primer mundial que recuerdas, entonces? El de Italia? Malejo aquel mundial.
Mi primer recuerdo mundialista es el "Me lo merezco" de Míchel, luego el gol de Goicoetxea a Alemania en EEUU 94 y el 6-1 de Rusia a Camerún, viendo al que sería mi ídolo, don Igor Lediakhov.
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