Se puede perder. No creo que
nadie con sentimiento rojiblanco pensara que Sandoval había convertido al equipo en invencible. Se perderá, se
atravesará alguna mala racha, pero las formas son otras. El equipo ha dado un
paso adelante con el nuevo técnico, el cual, al igual que no puede convertir el
agua en vino, tampoco es capaz, de la noche a la mañana, de transformar en un ganador
imbatible a un equipo que se encontraba en dinámica, no solo derrotista, sino
depresiva.
Las señas de identidad del nuevo
Sporting son el sacrificio y las ayudas, la lucha y la entrega y entremezclado
con todo ello la calidad de Trejo que
se pasea por el campo con la seguridad de estar un escalón por encima de
cuantos le rodean. Es por ello que quizá el técnico madrileño apueste fuerte
por Sangoy y David en detrimento de Miguel
de las Cuevas o Carmona. Lo que
en un principio parecía una apuesta por jugar con tres puntas claros, se ha mostrado
como una declaración de intenciones. Sin sacrificio no hay gloria. De esta
manera, pudimos ver a Sangoy cerrando
su banda en el borde de nuestra área en más de una ocasión y a David peleando con su lateral. El
problema es que el talaverano apenas llegó a posiciones de remate y Sangoy, para dos veces que llegó pifió
de mala manera con esa pegada que hace fácil lo difícil y viceversa. Por si
fuera poco, Bilic se muestra, aparece
en banda y por el centro, se ofrece y su veteranía es un grado y será útil a lo
largo de la temporada. El movimiento es continuo y se puede fallar, pero no es
lo mismo.
Si arriba se está medio bien, en
el medio no andamos mal. Trejo es
superlativo y Mandi en lugar de
canario parece vikingo. Hay momentos en los que parece que más que robar el
balón, pretende arrancar la cabeza del rival. Nacho parece el más flojo de la terna. A medio camino entre la
clase de Óscar y la entrega de Mandi, el canterano es el que menos
destaca.
Las vías de agua atrás se
solventan con la aparición de Lora,
el cual, sin hacer un partido excelso ya por mera presencia supera a sus
compañeros de puesto. Esto no resta para saber que hace falta un central (o
dos) de garantías y alguien que supla a Mandi
¿Veremos a Lora en el medio en
Guadalajara? Juan Pablo ha
descubierto que, ya de no saber pegarle con el pie no pasa nada por sacar con
la mano.
En resumidas cuentas, el Sporting
muestra rigor, que es muy importante en la vida y en el trabajo. Rigor. Palabra
que el colegiado Antonio Israel Mariscal
no conoce. No he visto nada peor y gracias al cielo no existieron jugadas que
hubiesen podido marcar el devenir del encuentro. Lamentable e inoperante, pero
sobretodo confuso. En muchas ocasiones los propios jugadores de ambos equipos
parecían extrañados ante el recital de pito y de decisiones extrañas, alternándose
la sonrisa con la rabia. Ahogó el partido en faltas estúpidas y errores de
apreciación de infantiles. Es lo que toca. Mal en primera, peor en segunda.
Queda ver como se encaja el “golpe”
y se sale en Guadalajara. Ahora mismo, cuando me siento ante la pantalla, no
tengo la sensación de que estoy a punto de pasar hora y media de sufrimiento y
agonía. Se puede y se debe mejorar, pero de momento la cosa no va mal.
Yo sólo pude ver el primer tiempo bien visto, y los primeros 10 minutos del segundo y los diez finales mal vistos, y me pareció que el Sporting estaba demasiado revolucionado e impreciso. Querer quería, pero lo atropellado e impreciso que estaba el equipo hacía que no pudiera. No sé, me preguntaba "pero qué coño le pasa hoy al Sporting?". Con eso te lo resumo todo.
ResponderEliminarMuy revolucionados. Como en Madrid, pero allí entró la pelotina en el guá y el domingo no. Deben serenarse. Yo creo que han cogido mucha moral. A lo mejor demasiada.
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