martes, 26 de julio de 2011

PARTIÉNDOME LA CAJA

Desde muy joven he tenido un sentido del humor muy inglés, muy pulcro, en el que predomina la ironía sobre la carcajada generada por el mal gusto. Cualquiera que lea esta frase y me conozca sabe que mi video de humor favorito es ese en el que un mono se mete un dedo en el culo y después lo huele, cayéndose de la rama en la que se encuentra, no sin antes hacer un gesto muy humano, algo así como "¡La Virgen, pero qué...!" Que duda cabe que este video representa de manera exacta la teoría de la evolución y la cercanía entre dos especies como el Homo Sapiens y el Pan Troglodytes. Pero no es de complejos teoremas biológicos de lo que vengo a hablar.
Durante muchos años de visionado de películas, de esas que mi madre siempre ha calificado como "de mucha risa", me he encontrado con obras maestras del humor y extraños casos de películas más bien aburridas, que de pronto te sacaban del sopor con un momentazo que te hacía caerte de la silla como un lerdo (o como un mono que se mete el dedo en el culo) mientras te partías la caja. Como homenaje a todo ese cine de humor, voy a intentar recopilar aquí alguna de esas escenas.
El orden en el que coloco cada escena es aleatorio, pero si estás hablando de cine de humor, casi es obligado comenzar con La vida de Brian. Si fuera una persona honesta, debería colgar toda la película ya que es una sucesión de gags acertados y buenísimos. Como ejemplos, recuerdo la entrada de cien romanos en una casucha atestada de rebeldes escondidos tras cortinas y su hallazgo de una cuchara de madera. También el momento ¿Crucifixión o libertad? o el cachondeo con Pijus Magnificus. Sin embargo mi escena favorita es sin duda la lección de latín que Brian recibe de parte del genial John Cleese y la amenaza final que siempre me hace soltar una carcajada



Pasando de una obra maestra a una obra menor, también encontré una escena descojonante en la versión de La pantera rosa protagonizada por Steve Martin. En esta aburrida película hay una escena en la que el inspector Closeau debe aprender inglés. Es de traca que un estadounidense se cachondee de la incapacidad de aprender idiomas de otra persona, pero la escena vale la pena, y más en versión original.

De una película menor a otra. Idiocracia no es ninguna obra maestra. Con una premisa interesante, narra como la reproducción incontrolada de la gente más estúpida del planeta, lleva a un futuro plagado de idiotas donde un viajero temporal sin muchas luces se convierte en una especie de mesías. Claro que para llegar a salvar a la población mundial es convertido en ministro por el Presidente Camacho. Este personaje es una obra maestra del cachondeo. Un Terry Crews sensacional da vida a un presidente que a la vez es estrella del porno y que en la cámara de representantes concluye una discusión con el representante de Carolina del Sur de una manera muy yanki .
No solo de cine de Hollywood vive un tipo como yo. En España no se hacen buenas películas de forma habitual, pero a veces los astros se conjugan y puedes pasarte hora y media muerto de risa con Airbag, o más recientemente con esta escena de Que se mueran los feos, película que me sorprendió gratamente sobretodo por la interpretación de mongolo por parte de Julián López.
Ahora vuelvo a las obras maestras del cine de humor. EL GRAN LEBOWSKI (así, en mayúsculas) donde entre escenón y escenón, queda para el recuerdo la aparición magistral de Jesús Quintana, quintaesencia de lo cutre y lo asqueroso. Acompañado de la versión del tema Hotel California de los Gipsy Kings, John Turturro se marca un baile para el recuerdo, al igual que su frase lapidaria "Nobody fucks with the Jesus" en un perfecto acento de vete a saber dónde.
En los últimos tiempos ha surgido una película de esas que ves por ver y que al final resulta una cachondada. Me refiero a Resacón en Las Vegas, muy entretenida y recomendable. Es divertida, pero de verdad que me partí la caja cuando la banda de alcohólicos protagonistas de la película le intentan devolver su tigre a Mike Tyson (¿Para que querrá Tyson un tigre?)
De los viejos tiempos me quedo con una escena de la película Mejor solo que mal acompañado, protagonizada por John Candy y Steve Martin. Es una película del año 1987 y yo la debí ver con 11 ó 12 años, demostrando ya a mis progenitores que nada bueno me deparaba el futuro cuando me partí el pecho con esta escena, sobretodo en el momento en el que John Candy sale vestido de demonio. Surrealismo puro.
Y para concluir este pequeño homenaje, tengo que sacar a colación a Eddie Murphy, uno de los grandes humoristas aunque venido a menos. Creo que su problema ha sido no encontrar el término medio entre lo soez y lo familiar pedante cutre salchichero. Sin embargo, en Bowfinger hace un papelazo, bueno dos. La película es muy divertida, pero la escena de la autopista con las caras de la versión retrasada de Eddie Murphy vale su peso en oro. 

Y no puedo terminar este día sin poner el video del mono. Es que es genial. Supongo que estará ya en el olimpo de los ases del humor junto a Buster Keaton, Chaplin y los hermanos Marx, que grande el mono.

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