Poco fútbol ayer en Gijón donde el protagonismo recayó en Vicandi Garrido y su pinganillo. El VAR
ha llegado para quedarse, pero trae con su uso una serie de inconvenientes.
Árbitros mediocres como el que ayer paseó por el Molinón parecen decididos a no
mojarse mucho y delegar en el video arbitraje para la mayoría de decisiones
importantes. Esto conllevó un intervencionismo exagerado en el juego donde cada
cinco minutos se detenía el partido mientras Vicandi esperaba instrucciones desde el más allá. Estas actitudes provocan
un bajón tremendo en la intensidad del juego. Las épocas en las que un equipo
asediaba al otro mientras éste trataba como fuera de parar el partido podrían
ser cosa del pasado en un deporte que parece abocado a interrumpir su acción
cada poco para que se decida sobre un fuera de juego o una falta. El problema
también radica en la calidad de los que se aglomeran en la sala del VAR. Si la
inconsistencia era un mal endémico del arbitraje español, el video arbitraje
parece haber llevado este problema hasta un nuevo nivel donde similares
acciones se arbitran y rearbitran para dar resultados diferentes incluso en el
mismo partido. Un desastre que necesita mejorar imperiosamente.
El Rayo vino a Gijón envuelto en
la idea de que los equipos de Jémez
son la versión modesta del tiki-taka. Nada más lejos de la realidad. El Rayo acaparó la posesión, pero no buscó
mover la pelota de manera excesiva. Apoyado en la calidad por dentro de Trejo y Pozo, obvió el peligro que representan jugadores de banda como Álvaro, Embarba o Bebé. La verdad
es que temía que el Rayo nos
destrozara por fuera pero no fue para tanto. Y lo que a unos sobra a otros
escasea. El Sporting se plantó ayer
en el verde con Molinero y Pablo en izquierda y Unai más Aitor por la derecha ¿Resultado? Ausencia total de fútbol en la
banda. Molinero a pierna cambiada no
se prodiga en ataque y Pablo cumplió
pero, frente a velocistas como Advíncula,
poco puede aportar por banda. Aitor
se prodigó más atrás que adelante y Unai
es todo lo contrario a lo que se podría esperar de un futbolista de la cantera
de Lezama que ha capitaneado al Numancia.
Poco intenso y bastante flojo en líneas generales.
El Sporting practicó un juego
ramplón y lejos de la idea planteada hace una semana en Montilivi. Frente al fútbol
de posesión propuesto por el Rayo,
los rojiblancos se protegieron con un gran portero (aunque falla en el gol), unos
centrales de categoría y un mediocampo donde Fuego es mariscal en lo defensivo mientras Manu empieza a despertar en lo creativo. Nacho estuvo inconsistente, para variar, y fue expulsado
injustamente por un agarrón "light" y un codazo inofensivo. Para el próximo partido se
verá si se apuesta por la seda de Pedro
o el músculo de Salvador. Arriba
vimos a los tres delanteros del Sporting
para la presente temporada. Vázquez y
Neftali salieron con el partido roto
pero el español demostró más calidad en punta que el suizo. Mención especial
para un apático y abúlico Djuka que
no se esmeró ni en la presión. La cosa llegó a un punto en que el comentarista
en inglés de YouTube le llamó “Stefan Scepovic” en una ocasión.
Empate a uno en un partido difícil de juzgar. Poco fútbol, interrupciones y
decisiones como mínimo controvertidas por parte de un VAR que, lo mismo
sanciona una mano en el pecho como pasa de puntillas sobre un posible penalti.
Mucho hay que trabajar en ese sentido. No se puede convertir un partido de
guante blanco como el de ayer en un carrusel de tarjetas e interrupciones. La semana que viene contra un Albacete
en horas bajas. El equipo se está formando y hay aspectos en los que parece
estar bien trabajado pero faltan conceptos y futbolistas de ataque.
Otro gran artículo.
ResponderEliminarCon tu permiso, lo he publicado para que la gente de sus impresiones. Un saludo, Adolfo.
Para los próximos (cuando los haya) ni pidas permiso y copia lo que quieras .
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