Tengo una especial relación con las películas de la saga de "El planeta de los simios". La
primera la vi siendo un chaval en casa de mis abuelos en Pola de Lena. Quizá
por vivir en un tiempo en el que los spoilers eran inexistentes, tras pasar un
rato entretenido viendo a Charlton Heston
luchar contra los malvados simios, se me cayó la mandíbula al suelo con el
final. Como a muchos, supongo.
Luego fui de los que picó con la película de TimBurton, ese hombre famoso por hacer una y otra vez la misma
película y que, salvo hermosas obras como Big
Fish o despiporres como Beetlejuice,
no ha hecho nada (para mí) digno de elevarlo a otros altares que no sean los de
la reiteración y el aburrimiento. Allí me fui a ver a Mark Wahlberg y Estella
Warren hacer el canelo rodeado de figurantes de nivel como Tim Roth, Paul Giamatti o Michael
Clarke-Duncan. Un delirio cutre y denigrante para la raza humana y para los
simios del viejo mundo.
Luego llegó "El origen del
planeta de los simios", que vi en un tren camino de Madrid. Me
encantó. Historia sencilla, nacimiento de personajes, momentos tiernos con la
enfermedad de John Lightow, un poco
de romance que no pinta nada pero vende y una batalla final entre Caesar y sus
compañeros y un grupo de policías en el puente de San Francisco. Entre medias
se liberaba un virus que iba a ser letal por exposición y observábamos la
salida del cohete que llevaría al bueno de Charlton
Heston al futuro apocalíptico que descubrí siendo un chaval. Un muy buen
punto de partida para "El amanecer
del planeta de los simios".
La mejor película del año de largo. Intensa, emocionante, emotiva y con
escenas de nivel. Me encantó, aunque entiendo que esto no sea extensible al
resto de la raza humana. De hecho, una pareja sentada a mi lado se reía en los
momentos más dramáticos, supongo que por ser los simios los que llevan el peso
de la historia y existir poca empatía para con estos seres cubiertos de pelo.
Una vez encendidas las luces y juzgando al monje por el hábito, comprendí que
aquellos muchachos son los mismos que piensan que Vin Diesel es el héroe definitivo del cine de acción cuando en
realidad es un animatronic hecho con dos cartones de leche y unos botones.
Pero vamos al meollo. La historia comienza diez años tras los sucesos de la
primera parte. Los simios han creado un mundo a su medida en los bosques donde
Caesar creció y comenzó a ser consciente de sí mismo. Por su parte la humanidad,
a causa del virus generado por los bioquimicuchos de la primera parte, se ha
ido apagando poco a poco, pese a subsistir algún núcleo duro. El encontronazo
entre razas de primates no tarda en llegar y pronto asistiremos al verdadero
conflicto, el cual surge de la excesiva semejanza genética entre chimpancé y
humano, y es que al final va a resultar que ser unos cabroncetes vengativos lo
llevamos impreso en el ADN.
Las relaciones entre los personajes más peludos de la película son las que
de verdad tienen peso en la misma. Los diferentes orangutanes y chimpancés que
aparecen (Los gorilas son carne de cañón) se relacionan, sienten y se expresan
de manera más interesante que los humanos, puro estereotipo de buenos y malos.
Por poner un ejemplo, el líder humano, un
Gary Oldman que ha logrado ser creíble tanto cuando interpreta al asesino
del chándal como cuando hace de Sor Citroën, llora desconsolado viendo las
imágenes de sus hijos muertos, pero estamos en los Estados Unidos y se nos
tiene que filtrar una imagen del bueno de Gary
vestido de soldado, porque ¿Quién si no va a guiar a la turba? ¿un intelectual?
Si esos no saben disparar. Evidentemente, al estar localizada la acción en "los States", el alijo de armas que
tienen los supervivientes es suficiente para invadir Crimea. En España no
habríamos juntado tantas armas ni asaltando todos los cuarteles de la Guardia
Civil. Todo ello deriva en una batalla brutal y excelentemente rodada entre
simios y humanos mostrando que la acumulación de armas no tiene sentido cuando
hasta un mono puede robártelas.
Mención aparte para dos personajes. El primero es Koba, un chimpancé fiel a
Caesar. Rescatado en la primera entrega de un laboratorio llevado por charcuteros
que lo han hecho polvo, rajándolo por todas partes. La relación entre ambos,
Koba y Caesar es buena, y como en toda tensión Bueno-Malo, se aprecia un verdadero
respeto entre ellos. El problema es que Caesar conoció el lado bueno de los
humanos y Koba no. Quiere venganza y la conseguirá a cualquier precio. De
alguna manera este chimpancé se ha convertido en el mejor villano del cine
desde el Joker de Ledger.
Manipulador, inteligente, malvado pero sobretodo real, creíble y con una
expresividad que da una idea de cómo han avanzado los efectos especiales en
estos años.
Por el otro lado Maurice, un orangután. Los orangutanes son mi debilidad en
el reino animal hasta el punto de haber apadrinado uno de ellos, WWF mediante.
Inteligente, bueno, bonito y naranja. No se puede pedir más. Con muy mala leche
cuando se enfada, pero adorable. El abuelo del Doctor Zaius es un personaje al
que le he cogido cariño.
En definitiva una muy buena película. Drama, acción, emoción y, recalco, un
malo de categoría interpretado por Toby
Kebbell, que si hace la mitad de bien de Dr. Doom en la próxima película de
los 4 Fantásticos que lo ha hecho de
Koba en ésta, pasará a ser uno de mis ídolos personales.
Por cierto que se acerca la serie Gotham. 22 de Septiembre en Estados Unidos. Se me hace el culo mandarinas cada vez que veo un tráiler, y más tras leer que en cada episodio presentarán un personaje secundario diferente que podría ser el Joker en un futuro. Menuda idea más cojonuda, si se me permite la expresión.
Jaja...los sacamantecas y sus axilas...yo era más de los rockeros; esas melenas, esas mallas fucsias...en fin. Yo también caí en la trampa de Tim Burton con sus simios aunque como la vi de muy joven (sí, sí más joven que ahora) y tengo lagunas y sólo me acuerdo del final para propinar spoilaco cuando me lo soliciten. Aunque me gusta bastante Burton: aparte de las que dices, Batman, Manostijeras, Sleepy Hollow me ponen bastante pero cuando se mete en animación me ofrece bastante rechazo.
ResponderEliminarMe gustó la primera parte, la del origen, aunque como estoy insensibilizado gracias a la Cannon, me faltó que le dieran más caña a Caesar para que tuviera más razones de peso para liarla parda. No me valió que el rubito de Harry Potter le diera dos tortas para se revelara contra la humanidad, quería más... y mucho menos a James Franco. Ultimamente te adelantas a los estrenos dando la primicia, serás nuestro corresponsal blogger ;). Un saludo y buen verano.
Buff, los roqueros, qué falta de gusto, jejeje. Aquí si no eres fan del Marinero Tarugo ni te dignes a entrar. Qué tiempos aquellos de mañanita de humor amarillo y pressing catch. A mí Tim Burton me aburre soberanamente. El primer Batman no me atrae, me gusta más el Batman Returns. Sleepy Hollow me parece una peliculilla y Manostijeras no la he podido ver acabar sin dormirme.
EliminarEn esta segunda parte verás que Caesar no está enfadado con los humanos, ni mucho menos. Es como Hulk, solo quiere que le dejen a su bola.
Hablando de Hulk, aquí algunos estrenos llegan antes y aprovecho, pero los Vengatas se estrenó casi dos semanas antes en España. No se puede tener todo.
A disfrutar.
También a la de Burton le dieron caña los de cinemasins. Viendo este video me parece aún peor de lo que recordaba:
Eliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=VRrqR9s4zlY&list=UUYUQQgogVeQY8cMQamhHJcg
De "Sleepy hollow" me gustó un montón la ambientación, el diseño de producción era soberbio. Pero a medida que avanzaba el metraje ibas comprobando que los responsables de la película no sabían cómo terminar aquello.
EliminarLo que queda claro es que Burton nos la metió doblada a varios con su película de los monetes que juegan al baloncesto y patinan en skate.
EliminarCon la buena pinta que tenía con Tim Roth haciendo de monete encabronao...
EliminarHay que reconocer que el maquillaje del mago Rick Baker era increíble.
Ya te digo que había buen maquillaje. Hasta Mark Wahlberg parecía un ser humano
EliminarJajaja...y a Helena Bonham Carter la dejaron como estaba.
EliminarA mí la precuela me gustó, pero esta segunda parte me parece mucho más potente. Es cierto que ver a monetes tan realistas en el aspecto físico, que luego van y hablan, a ratos me choca, pero en eso está el truco, supongo.
ResponderEliminarMarkie Mark lucía más simiesco que muchos de los monacos. Y las malas lenguas dijeron en su día que Burton podría haberse ahorrado el caché de la Bonham-Carter fichando a Jennifer Anniston o a Mariah Carey. Ninguna de ellas hubiera necesitado maquillaje, decían.
ResponderEliminarCreo que Burton se casó con la Carter después de la película. Si hubiese sido Mariah Carey la elegida habrían hecho una pareja mítica. Para verlos en un callejón y echar a correr hasta Tegucigalpa.
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