Como no tengo mucho tiempo para escribir, voy a empezar a aglutinar miles de ideas en cada entrada. Ya sé que queda un poco inconexo pero al menos los títulos no están mal y ahorro tiempo.
Corren malos tiempos para la lírica. Y para
la investigación en células madre japonesa tampoco es que las cosas vayan
excesivamente bien.
No hace mucho, los novedosos trabajos de Haruko
Obokata que permitían obtener células madre a partir de estímulos
externos como una brusca disminución del pH, tuvieron que ser retirados ante la
incapacidad de ser replicados. Ahora la jugada, similar pero muy diferente, afecta
a un premio Nobel.
En principio, ambos hechos no han de ser
comparables. El error en un artículo publicado en la prestigiosa revista EMBO
Journal, no parece equiparable a la manipulación “a sabiendas” de datos
y resultados de cara a obtener prestigio o fondos. Yo creo, de creer, porque
evidentemente no lo sé, que pudo existir un error sin mala fe en el artículo.
Ha pasado en muchos y quizá en este caso lo llamativo es la presencia de un
premio Nobel entre los firmantes.
Shinya Yamanaka gana el premio Nobel antes de
cumplir los cincuenta años, pero más allá de eso, lo consigue tras dedicar 13
años de su vida a la investigación en el puesto de “Principal investigator” o lo que viene a ser, dirigiendo su grupo y trabajando en sus ideas. Tras acabar la
carrera de medicina y fracasar como cirujano, Yamanaka pasa al mundo de la investigación cardiovascular y se
doctora en el año 1993, comenzando su etapa postdoctoral que dura hasta el año
1996. En este periodo consigue publicaciones de cierto nivel en revistas como Journal of Biological Chemistry (Ahí publica cualquiera, las cosas como son y si no, que le pregunten al compadre Jandro). Se tira casi tres años,
supuestamente alejado de la investigación y encargándose del mantenimiento de
un animalario. En el año 99 Yamanaka
apuesta fuerte y se incorpora al Nara
Institute of Science and Technology
donde es contratado como profesor. En el año 2000, publica el artículo de la
polémica en colaboración con el grupo donde realizó su post-doc. Reconozco que
me extraña el meteórico ascenso de un investigador que, cuatro años después,
sigue publicando con el grupo que abandonó tras su postdoctorado. Lo digo
porque parece tener muchos frentes abiertos. Si ya cuesta concentrarse en lo
que haces en un grupo, imagina ir arrastrando artículos que empezaste cuatro
años atrás. Pero centrémonos en la parte espectacular de su trayectoria.
Qué salao el perrete |
Estamos ante un investigador que, en el año
2000 se instala como profesor, que inicia su primera etapa como investigador
principal, forma un grupo, adquiere experiencia dando clases, monta un
laboratorio, forma doctores y trabaja con animales. En doce años publica más de
cien artículos de primer nivel ¿y gana el Nobel? Me van a perdonar, pero a eso
se le llama ser un crack absoluto. Pero un día de abril de 2014 llegan mal
dadas y las respuestas del genio me llevan a lugares tan comunes y transitados
que me tengo que parar a pensar si es oro todo lo que reluce o simplemente la
envidia por el talento ajeno vuelve a hablar por mí.
No dudo que el Doctor Yamanaka sea un genio, un gran trabajador o que esté un millón de
pasos por delante de otros. Sin embargo me llama la atención, ahora que salta a
la palestra su nombre por algo negativo, como Yamanaka, triunfador absoluto, reacciona ante un fracaso. Yamanaka se disculpa por un error que
parece no anular el contenido de SU trabajo, y utilizo las mayúsculas porque él
es, no solo el primer firmante, sino también el autor del mismo, lo que en
inglés se denomina “corresponding author”.
Dice Yamanaka que él no tiene los
datos, que no tiene el archivo, que esa parte no la hizo y que estaba en manos
de sus colaboradores que, por el momento, no sueltan prenda. Es decir, y sin
ánimo de ofender a nadie. Yo leo la noticia y lo que me salta a la vista es “El Nobel lo gané yo, la cagada la hicieron
otros”. Que puede ser verdad, no lo dudo, pero este señor es el firmante y
dueño absoluto de la autoría del artículo y, sí, la cagada será de otros, pero
el último encargado y responsable es él. De la misma manera que en los trabajos
galardonados con el Nobel no es autor único y sin embargo es el recolector de
distinción personal, aquí ha de responsabilizarse por el error último y ser
consecuente con su situación, para lo bueno o para lo malo.
Porque es un error, y es normal, pasa hasta
en casa de los premios Nobel, pero por lo que ve, ni los considerados como
grandes genios se libran de las excusas de mal pagador. Aunque es comprensible.
Un tío que en trece años consigue los mismos méritos que otros grandes de la
ciencia en cuarenta, igual tiene derecho a equivocarse una vez.
Que uno ve esto y con sus pocas luces piensa:
“A lo mejor si dejase el blog, la
playstation, el fútbol, los tebeos del Capi América de Steve Engleheart, el
Sporting, el puto Sporting (Hay dos dependiendo de si gana o pierde), la comida
basura, las siestas, la bicicleta y, básicamente, descartase una vida de
molicie, pues, que igual me sacaba un Nobel de aquí a una tirada”. El
problema es que para ponerlo en casa tendría que hacer sitio quitando mi
estatua de Thanos “El titán loco”.
Y por ahí no paso.
Yo también pienso a menudo si no me iría mejor en la vida si no metiera en mi cabezota tantas películas, ni artículos de revistas, ni libros que me gustan cuyas historias son de mentira, ni historias de ficción llenas de detalles tipo "Juego de tronos", ni tantas canciones...el saber sí ocupa lugar y si tienes la almendra llena de tanto dato inútil pues eso, no queda sitio para más. Pero luego me pregunto qué vida sería esa en la que no disfrutas de lo que te gusta ¿Merecería la pena? Pues no lo sé. Supongo que lo más adaptativo sería mantener un equilibrio en tu cerebro entre datos inútiles pero disfrutables y otros útiles para la vida diaria y para funcionar en el sistema capitalista sin escrúpulos en el que nos hallamos. Por ahora los primeros mandan en mi sesera.
ResponderEliminarSaludos, Adolfo.
Soy consciente que mi mente está llena de porquería, cosas de fútbol, tebeos, películas y poco más. Así pasa que cuando tengo que hacer algo que implica pensar se me calienta la placa y tengo que resetear.
EliminarBendita porquería. La vida sería un coñazo insufrible sin todo ese material. Lástima que quite espacio para "lo importante". Se me olvidaban las series, otro de mis vicios desde que descubrí "Los Soprano". ¿Qué tal vas con "Justified"? El año que viene se acaba esta futura serie de culto.
EliminarCon Justified me falta la temporada quinta. Me han dicho que está muy bien y que la última se va a basar totalmente en Boyd Crowder, lo cual me alegra.
Eliminar