Es una realidad que el cine actual vive en
medio de una falta de innovación evidente. Las adaptaciones de otros medios,
los “reboots”, los “remakes”, las copias y la repetición de
ideas son el eje de un cine que cada vez vive más de aprovechar la cartera de
un determinado público en vez de ofrecer un producto de calidad.
Por ejemplo |
Desde hace tiempo, la industria de Hollywood
ha descubierto que los amantes de los comics tienen la cartera abierta, dispuestos
a ver en pantalla grande a aquellos iconos que, desde pequeños, deseábamos que
saltasen a la vida real que falsamente se esconde en el cine. Los grandes
estudios se dieron cuenta, tiempo después, que no todo vale y que el público
exige un mínimo de calidad, sin tragar la pastilla de las adaptaciones
horrendas del Punisher, Ghost Rider y muchos otros que han sido
poco menos que vomitados en la gran pantalla en busca de dinero fácil.
Mira que no se puede hacer algo espectacular con semejante protagonista |
Porque no nos engañemos, el amante del comic
ocasional puede admitir que el Castigador no vista la calavera en su pecho, o
que Kingpin sea de raza negra, pero los apasionados del comic suelen alzarse en
armas cuando se toca a alguno de sus iconos y el poder “friker” es capaz de hundir una taquilla en semanas.
Cutreeeeeeeeeeee |
Hago esta eterna introducción ante el aluvión
de críticas que ha recibido el villano de la nueva entrega de la saga de Iron Man. El Mandarín es un villano
clásico del panteón Marvel y exigía un tratamiento que muchos consideran que no
ha recibido. Mi opinión sobre el tema, cargada de spoilers, vendrá al final,
pero antes un pequeño desglose de como han ido cambiando los archienemigos del
superhéroe de turno en su salto a la pantalla.
Tela de cutre |
Empezamos, no por Superman, que se escapa de mi memoria en sus versiones pretéritas.
El Batman de Tim Burton, alabado y aplaudido, nos muestra a un Joker con el
nombre de Jack Napier e incluso con un origen concreto. Si eso no es pasarse
por el forro la naturaleza de un mito, no sé lo que es. Nolan evitó todo esto y en su intento de trasladar al hombre
murciélago al mundo real, obvió la posible caída del payaso del crimen en un
tanque de sustancias tóxicas que le hubiesen desfigurado la cara, dejando al
Joker en un simple criminal maquillado con un par de cicatrices.
La verdad es que Nicholson pega como el Joker. Eso es incuestionable |
La segunda entrega del hombre murciélago nos
trae a una Catwoman zombificada que vuelve de la tumba lamida por gatos y a un
Oswald Cobblepot rodeado de payasos de circo. De los destrozos causados por Joel Schumacher con Dos caras, Mr. Freeze,
Bane y Poison Ivy me niego a hablar. Por cerrar el tema del hombre murciélago,
quizá el que más ha visitado el cine. El Espantapájaros ya no es un psiquiatra
convertido en psicópata, sino un vendedor de droga enmascarado, Bane no creció
en Santa Prisca abrazado a su osito y aprendiendo como destruir a su enemigo y
Ra’s al ghul es un tipo blanco con bigote en vez de un oriental con miles de
años a su espalda. Sin embargo todos ellos funcionaron y no fueron vapuleados
por el fan medio.
Vayamos a Marvel. Empecemos con el Duende
Verde de latón, sigamos con el arrepentido Doctor Octopus que se torna en
maníaco por casualidad y muere como héroe (del Hombre de Arena y Veneno no
comento nada por vergüenza ajena) y culminemos con el penoso Lagarto del penoso
renacimiento de Spider-man. Kingpin
es negro, Obadiah Stane casi un padre para Iron Man, el Doctor Muerte una
sombra patética de lo que fue, el Juggernaut ni te cuento y el Mandarín…
Pues para mí, lo que ha hecho Shane Black con el Mandarín es un
acierto. Además realizado con ingenio. En un mundo donde meses antes de un
estreno, todo se sabe de una película, Black
ha escondido sus cartas y nos ha mostrado durante meses a un amenazador Ben Kingsley que luego se queda en nada.
Durante la película, el aterrador Mandarín que canta las cuarenta a un gobierno
estadounidense deseoso de encontrar enemigos allende las fronteras pero ciego
ante los que se esconden en su propio territorio, se nos muestra como una
amenaza difícil de detener. Sin embargo, llegados a un punto, descubrimos el
engaño que Black había perpetrado y
que de alguna manera nos había mostrado previamente. El Mandarín se convierte
en un títere y su importancia se diluye pero nos entrega un momento divertido
en manos de un gran actor y nos escupe a la cara que los villanos de comic reales
son difíciles de conseguir, que el Joker de Nolan
no podría entrar en una sala llena de mafiosos sin morir acribillado, que
Dos Caras no podría caminar sin caer de rodillas presa del dolor, que un
accidente de laboratorio no te vuelve un paranoico homicida, solo te encabrona.
El Mandarín es una mentira, porque los grandes villanos no salen por la
televisión y amenazan directamente a un presidente. Y el director de la tercera
entrega nos avisó con tiempo. La nuca del Mandarín tatuada con el escudo del Capitán
América corrió como la pólvora y muchos le dieron vueltas a la razón y a la
simbología. Era sencilla, el heredero de Genghis Khan no se ocultaba en lejanas
montañas, el poderoso Mandarín dueño de los diez anillos solo es un actor de
segunda, fan del Liverpool y por lo que se ve, del Capitán América. Y puede no
gustar, pero es un recurso que tiene su ingenio.
El tatuaje de la polémica |
Es por ello que, sin ser una gran película,
me divirtió este Iron Man más cercano a James Bond que al hombre de hierro,
pero en mi memoria se ha quedado el momento en el que, encañonado, el gran
Mandarín no puede dejar de celebrar un gol de su equipo favorito. A lo mejor es
que me siento identificado.
La verdad que entiendo a los fieles de los cómics cuando una película destroza a su héroe de toda la vida o que su villano ideal se parezca más a una versión histriónica de Heidi. Yo con eso tengo suerte porqué vivir en la ignorancia del cómic me permite ver las películas de superhéroes con otro prisma. La foto de los Bane que has publicado, el de Schumacher es que da grima con tanta vena. Te sigo, un saludo!
ResponderEliminarTengo un amigo fan de World war Z que se hace cruces cada vez que ve el trailer. Si vas a adaptar, yo creo que debes hacerlo desde el respeto y no pasarte por el forro todo. Si ves la foto de Bane sin casco flipas, porque el tipo era feo con avaricia. Yo también te sigo, buen blog de cine el que tienes.
EliminarLo que no entiendo es cómo se las arreglan los directores/productores de las pelis de superhéroes para restar siempre al cambiar las cosas con respecto a los cómics de origen. Si las dejasen estar, las historias estarían muchísimo mejor.
EliminarGenial el post, como siempre!!!.
Hay una charla de Kevin Smith al que le encargaron un guión de Superman en el que Superman no llevaba capa, no podía volar y tenía que enfrentarse a una araña metálica gigante por eggs. El productor que le exigió lo de la araña acabó haciendo Wild wild west en la que por fin había araña gigante. Ya sabes que pasa con los jefes de grupo.
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