Hoy vamos a
retroceder en el tiempo al momento en el que leer un comic era una sorpresa y
no una decepción. Eran los felices años ochenta y comics Forum traía una gran
sorpresa bajo el brazo. Era la época de los “What if”, conocidos tras los Pirineos como “¿Y si?”. En estos pedazo de comics, los guionistas daban rienda
suelta a las más bizarras aventuras que se les pudiesen pasar. En estas
historias alternativas, guiados por Uatu, el vigilante, se nos llevaba por
aquellos universos paralelos generados por acción u omisión, en los cuales una
mínima decisión alteraba el curso de la realidad variando el destino de los
personajes involucrados. Así, el bueno de Peter Parker podría formar parte de
la familia más fantástica transmutada en quinteto, Conan viajaba hasta el Nueva
York moderno para partir un taxi en dos a golpe de espada y el propio Reed
Richards se convertía en la peor amenaza que conocía el universo tras perder a
Susan Storm. Personajes conocidos en nuevas situaciones, realidades alteradas
para bien, o para mal. Un mundo nuevo, pero no necesariamente mejor.
Por eso, hoy
me he propuesto crear los “¿Y si?”
de Jugando Pachangas, su blog más copión y gafotas. Vamos con los tres primeros
números donde encontraremos de todo, política, fútbol y a Eddard Stark.
Episodio 1 “¿Y si los papeles de Bárcenas no hubiesen aparecido en una república bananera?”
Mal empezamos
cuando en el título de la historia aparece la solución. La gestión de los casos
que involucran a Correa, Bárcenas, Ana Mato y sus mariachis y demás gente de
buen vivir, sonrojaría hasta al más pintado de los pieles rojas, pero la clase
política que parasita la piel de toro hace mucho que dejó de sonrojarse.
En esta
historia, en este “¿Y si?”, un país
mucho más avanzado que España, pongamos Bielorrusia, vería a su cúpula
gubernamental caer en el oprobio y la ignominia ante la aparición de unos datos
que, sin demostrar fehacientemente, involucrarían en una sucia trama de dinero
negro incluso al máximo dirigente del estado. Éste, en un giro argumental, en
lugar de esconderse del pueblo en un oscuro agujero, sacaría su gallardía y
como un gran líder, daría un golpe en la mesa hasta desconcharla para repudiar
tamaña afrenta a su honor. Pero el pueblo bielorruso está harto y no tolera que
le digan que ha vivido por encima de sus posibilidades un atajo de libertinos y
crápulas. El osado líder caería con estrépito, pero con honor. Mientras, en
esta dimensión que nos ha tocado vivir, honor es una palabra antigua,
sustituida por hedor en el diccionario político español.
Episodio 2 “¿Y si Sandoval hubiese dirigido al Sporting desde el principio de la liga?”
El Sporting,
hundido y sin remisión en el pozo de la segunda B, da un golpe de efecto más
bien tarde que nunca y contrata a un entrenador nuevo. Las jornadas pasan y el
equipo no coge carrerilla hasta que por arte de magia encadena jornadas de
ilusión donde logra incluso golear a sus rivales y no hace padecer de problemas
cardíacos congénitos a sus seguidores jornada tras jornada.
En otra
dimensión paralela, la directiva del Sporting, tras el cruel descenso decide
tirar de lógica y traer un entrenador contrastado, escuchar sus consejos,
incorporar a jugadores necesarios y realizar una planificación acorde con las
necesidades de un club, que guiado por su afición y por sus modélicos
directivos, da un paso al frente en la clasificación y se coloca de inmediato
en la cabeza de la segunda división guiado por la magia de Trejo, la capacidad goleadora de Sangoy y la garra de Bilic.
Llegados a las últimas jornadas, la calma tensa se respira en el ambiente, el
Sporting depende de sí mismo para retornar a donde nunca debió salir. En ese
momento, la magnífica cúpula rojiblanca, lanza a través de Rosety un mensaje de unidad “Hay
que vender a Trejo, no hay perres en la caja. Y a Sangoy también hay que
largarlo por juerguero. Tenemos una oferta de perrona y media por Cuéllar. Ya
saldrá otro de la cantera. Pobre del que quiera robarnos la ilusión”. Tras
este mensaje, los rojiblancos de la dimensión paralerda que habita al lado de
la nuestra se dan cuenta que el Universo será todo lo multidimensional que
quiera, pero hay cosas que no cambiarán nunca.
Episodio 3 "¿Y si Eddard Stark hubiese aparecido en la España actual?"
Eddard Stark,
rey de Invernalia, apresado en las mazmorras por traición y previo corte de
pelo a ras de cuello, recibe la visita de un duendecillo heptadimensional de
nombre impronunciable que le promete salvarle a través de un túnel abierto en
el espacio. Dicho túnel le llevará de vuelta a Invernalia. Neddard atraviesa el
agujero abierto ante él para huir de su cautiverio pero no sabe que nunca has
de fiarte de los duendecillos heptadimensionales de nombre impronunciable y
acaba en otro tiempo, en el presente y en algo que no es Invernalia pero se le
parece mucho. Mieres.
Pero un rey
sigue siendo un rey, en Invernalia o en los montes asturianos y Stark es
llamado a departir con don Juan Carlos I.
Ambos comparten en el palacio del monarca español un jabalí que el propio rey
ha cazado con sus manos desnudas (Juan
Carlos, no Stark que usa instrumentos de caza menos varoniles). Stark le
cuenta sus aventuras y desventuras a un atribulado Juan Carlos. La guerra para deponer al monarca loco, el Matarreyes,
los dragones, el trono de hierro, el muro que separa lo desconocido de lo
mundano. Juan Carlos le habla de cómo
mandó callar a un dictador (ocultando que le debe el puesto a otro), del
momento en que estrelló su Porsche 959 nuevecito y de cómo la moto no arrancaba
porque estaba como muerta. Stark habla y habla de sus heridas de guerra y Juan Carlos muestra sus múltiples
operaciones de cadera. Stark habla de su familia lejos, allá en el norte y Juan, campechano él, le habla de su
familia, en la cercana España. Stark habla de sus valientes hijos y su excepcional
esposa. Juan Carlos se descojona y
prefiere no comentar. Ambos departen por horas y llega el momento del adiós.
Stark cierra la puerta tras de sí y cuando portón y marco encajan, el rey Juan Carlos no puede más que suspirar y
decir para sus adentros “Qué me busquen
un duendecillo heptadimensional de nombre impronunciable que me voy para
Invernalia”.
Volveremos en el futuro con nuevas versiones y nuevos mundos alternativos ¿o no? Quién sabe.
Joer, qué miticos los "Y si..?", no me acordaba de ellos. De acuerdo con el Dr. Dolfor al 100% en que cuando empezabas a leer uno era una pasada la incertidumbre de la historia que había por delante. Yo, que no soy para nada experto en cómics como el bloggero, echo de menos el estilo de dibujo de los de entonces.
ResponderEliminarPor desgracia, lo que está pasando actualmente en España no lo podrían imaginado ni los guionistas de los "What if..?" y mira que eran geniales!.
El mejor What if ever fue "¿Y si tía May fuese heraldo de Galactus?". Mágico con Galactus atiborrándose de pastelitos.
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