viernes, 18 de enero de 2013

EL QUE LA HACE, LA PAGA



Que digo yo, y no es que mi opinión valga un mísero maravedí, que mientras que el juez propone y los políticos disponen, ¿Qué pasa con los que no nacimos altos y guapos? Aquellos que no disponemos de cuentas en Suiza, que no hayamos sido elegidos como los mejores, que no nacemos en el seno de una familia que nos pone a nuestra disposición jugar a nuestro antojo con dinero y derechos, que no cobraremos una pensión millonaria, o mediana, o baja. Pues básicamente y como dijo no hace mucho una mujer de alta cuna, nos tocará jodernos.

Entre la marabunta de noticias sobre corruptos, delincuentes de corbata, ladrones de guante blanco y alma negra, mentiras escondidas en paraísos fiscales, huidas hacia ninguna parte, excusas de yo no he sido, no te conozco, nunca te he visto, áticos sobredimensionados en primera línea de playa y palabrería barata, entre toda la mierda, removiendo con un palo, uno se da cuenta que, bien por la ley de la gravedad o por derecho propio, esa misma mierda cae desde arriba para mojar a los de abajo sin siquiera tocar los mocasines de los que la reparten como si nada.

Es por ello que me chocan varias noticias. Por poner un ejemplo, me salta a la vista que entre la marea de parados, Esperanza Aguirre, condesa de Murillo y Grande de España, licenciada en derecho y que no ha trabajado desde el año ochenta y tres, consiga un puesto bien remunerado a la tierna edad de sesenta y un años ¿Lo ha logrado por méritos o por su posibilidad de dotar de los mejores contactos a la empresa pagadora de su sueldo? Cuanta maldad. Ella, simplemente, es la mejor.

Pero España es un país de igualdad, qué duda cabe. Puedes nacer siendo una Fabra o un Pujol, pero incluso un mísero contable onubense puede hacerse una magistral carrera si descubre, más pronto que tarde, cual es el árbol que con buena sombra le cobijará. A Luis Bárcenas, tras años de trabajo para financiar al PP, le asoma por la esquina de la cartera un buen fajo de billetes, los cuales, como hombre despreocupado, llano y cercano, ha tratado con el mayor de los desprecios metiéndolos en cajas de zapatos, sobres y demás para moverlos sin ser visto de mano en mano sin que nadie sepa la razón. Ahora, una vez fuera del partido, nadie recuerda a tan enorme jugador de póker descubierto que ha sido capaz de hacerse con veintidós millones como quién encuentra un euro en la acera. Don Mariano no dice ni pío, ¿para qué? Sus huestes leoninas saltan a la yugular de quién se tercie y provocan alboroto y caos para que al caer de nuevo el polvo al suelo haya dado tiempo a que muchos hayan puesto sus barbas a remojar. Así, Soraya y Dolores, tanto monta, monta tanto, ya apuntan que el culpable ha de pagar, pero al final pagan siempre los mismos.

Y los mismos somos usted y yo, señor, señora. Somos el ciervo que mira hipnotizado los faros hasta que es demasiado tarde y se encuentra cara a cara con una situación en la que lleva las de perder. Mientras Cospedal grita a los cuatro vientos que “el que la hace la paga”, un pobre hombre fallece en Extremadura por no disponer de ambulancia para desplazarlo hasta el Hospital más cercano. 

A Cospedal le pasa como a uno de los dictadores que el maestro Ibáñez mostraba en Mortadelo. Este personaje de “ficción” declaraba que estaba construyendo pantanos y autopistas, pero que si el ciudadano no los veía es porque estaban muy lejos. Dolores, al igual que muchos de sus compañeros en otras comunidades, declaró que la salud sería gratuita, universal y de calidad, pero en el mensaje ocultaron su lejanía y que para recibirla hay que llegar a la hora. Dolores, mujer actual pese a los que critican sus peinetas, sabe que en este mundo donde la globalidad es el pan de cada día ya no hay distancia insalvable y por tanto, no hay razón (independientemente de la legalidad del asunto) para no quitar algunas ambulancias o centros de salud. El que la hace la paga. Y el que no también, y a poder ser que pague este último, que está muy feo ir por la vida sin hacer nada.

La familia del difunto, más razonable que yo, no quiere hacer sangre del asunto y ha decidido no enmerdar la pérdida de un ser querido. Solo hacen referencia a que en el pasado, con ambulancia, su padre sobrevivió y ahora, sin ella, no se pudo hacer nada y que siempre les quedará la duda. A ellos les quedará la duda.

Otros, hoy, se irán a la cama  sin dudas y con la conciencia tranquila pero con las sábanas sucias.

4 comentarios:

  1. Coincido 100%. Jamas dejara de sorprenderme como un tipo que aprobo unas oposiciones en los 80 se ha hecho con 770.000 trolfos pa ponerse un atico del copon en Marbella.

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    Respuestas
    1. Con trabajo duro y sacrificio, ¿No?.

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    2. ¿No había que levantar España? Alguien tendrá que estar encima de la mesa. Nos quejamos por nada. A mí me llama la atención que no haya un día una movida muy tocha en España.

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