No ser fan de las verdades absolutas me limitó a la hora de titular este
breve texto como “LAS MUY MÁS MEJORES PELÍCULAS DE LA HISTORIA Y PARTE DEL
EXTRANJERO”. Estuve tentado, pero me di cuenta de que la memoria es
traicionera y que, seguramente, estaba dejando fuera del radar alguna obra
maestra del séptimo arte. Espero que los escasos lectores sepan perdonarlo.
Mierda, me olvidé de una |
Soy de los que considera que nuestros gustos en cualquier vertiente
artística dicen algo de nosotros mismos. Es por ello por lo que, al elegir tus
canciones, películas o historias favoritas, dicho inventario de aquello que te
hace feliz mostrará una pequeña parte del ser que eres, has sido y serás. Así
que voy a abrir una diminuta ventana a lo que me hace ser quién soy y espero
hacerlo bien. La lista empieza con…
10. Big Fish. Mi odiado Tim Burton. Ese tipo cuya mejor obra
(Pesadilla antes de Navidad) ni tan siquiera es suya. Repetitivo hasta
el hastío y encantado de conocerse. Sin embargo, a veces el talento que habita dentro
de este director olvida los espacios comunes y las tediosas y monótonas
costumbres de todas sus películas. Es entonces cuando el mejor Burton asoma
la patita por debajo de la puerta y nos entrega una obra en la que la historia
brilla por sí misma. En definitiva, Big Fish es una película sobre el
amor familiar y los contadores de historias. Una bella historia acerca de cómo
contextualizar y reconciliar nuestro yo adulto con nuestra infancia, pero sobre
cualquier cosa, una fábula sobre los contadores de fábulas, sobre los
soñadores. Una maravilla que me hace perdonar (casi) todo al señor Burton.
9. Parque Jurásico. A veces crees que los recuerdos te engañan y que, como buen cuarentón, te traes del pasado situaciones que nunca existieron. Vivencias que, en el presente, no pasarían tu control de calidad. Yo disfruté con Parque Jurásico. Como adolescente, esta película instaló en mí la idea de convertirme en científico. No de esos que pasan el día a caballo entre la oficina y aparatos que no funcionan mientras sufren la frustración de intentar enseñar diversas técnicas a estudiantes con nulo interés en aprender. No. Yo quería hacer dinosaurios, extraer ADN de mosquitos y jugar a ser Dios. Décadas después de babear ante la obra del señor Spielberg (soy consciente de que tiene películas mejores que esta), acudí al cine para ver Parque Jurásico en 3D. El hechizo seguía ahí y, por un par de horas, volví a ser ese niño enamorado por la magia de los dinosaurios y la posibilidad de soñar con lo imposible. Algo impagable y difícilmente repetible.
8. El Caballero Oscuro. Es Chris Nolan un tipo particular. Su cine se está convirtiendo en una concatenación de ruido y sinsentidos. Es como un Michael Bay para amantes de Aki Kaurismäki. Empeñado en primar sus pasiones individuales o sus hallazgos técnicos y obcecado en obviar la base de una película, que no deja de ser su guion, Nolan ha dado varios pasos en la dirección incorrecta. Eso no evita decir que El Caballero Oscuro es, posiblemente, la mejor película de superhéroes jamás hecha. Es cierto que Nolan no sabría rodar escenas de combate cuerpo a cuerpo aunque le fuera la vida en ello, pero cuando planta la cámara para rodar atracos o persecuciones, estamos ante momentos de gran calibre y alta tensión. El mejor Joker y el mejor Dos Caras (mejorable, pese a todo) jamás vistos en la pantalla. Para un enamorado del mundo del cómic, nada más disfrutable.
7. Dentro del Laberinto. Cuando yo era niño, no era habitual vivir con la cabeza dentro de pantallas de teléfonos o navegar por internet. Jugar, leer, disfrutar del aire libre y soñar, eran las bases del crecimiento. Las pantallas de cine se veían desbordadas por historias en las que un niño común y corriente abandonaba el día a día para sumergirse en un mundo de aventuras, lleno de princesas, dragones e imaginación. Yo quería vivir esas historias. Sobre todo, la vivida por una joven Jennifer Connelly, la cual, empujada por el poder de las hormonas propias de su adolescencia, partió a un laberinto gobernado con puño de hierro por un David Bowie con cierta tendencia a mostrar una masculinidad excesiva en cada escena en la que aparece. Un mundo poblado por perros parlantes, enanos, monstruos y sí, el paquete de Bowie. Ahí quería irme yo. Cosas de la infancia. O tal vez no. Volvería a ese laberinto sin dudarlo. Un derroche de imaginación.
6. Terminator 2. Una noche, ibas al videoclub de la esquina, dabas tu número de socio (el cual aun recuerdo) y te volvías a casa con una película para ver en familia. Todos juntos. Una de tiros, una de risa, una de bronca, o una de amor. Pero todos juntos. Uno de esos días, en el reproductor introducías Terminator 2, y tras unos cuantos tráilers más una explicación acerca de lo ilegal de copiar cintas VHS, en tu pantalla aparecía Arnold en pelotas y una música a base de sartenazos. La perfección hecha acción. Una obra de arte repleta de ritmo, personajes espectaculares y algunos efectos especiales insuperables (otros no tanto). Una de las obras maestras del cine de acción y ciencia ficción. Casi inmejorable.
5. La Jungla de Cristal. En el párrafo anterior comentaba que T2 es casi insuperable. Lo de casi viene porque cuando se habla de acción hay que rendirse al rey y ese rey es la Jungla de Cristal, ejemplo de película casi perfecta en la que no sobra nada y todos los personajes y situaciones brillan con luz propia. Una historia simple en la que John, un policía de Nueva York, irlandés y paleto (excepcional definición sacada de la tercera entrega de la Jungla de Cristal), viaja a Los Ángeles a recuperar el amor de su futura exmujer, Holly. Como la vida existe gracias a coincidencias, en el mismo lugar y a la misma hora, el pluscuamperfecto Hans Gruber pondrá en marcha un plan para llevarse un merecido dinero mientras se entretiene con la cháchara interminable del politoxicómano Harry Ellis. El choque de trenes entre John y Hans nos dio una película memorable y difícilmente mejorable, claro que…
4. Depredador. La eterna pregunta que asola al ser humano desde los albores del tiempo no es si estamos solos en el universo ¿Depredador o McClane? Es difícil, pero creo que aquí el alienígena cazador gana por una nariz. Los personajes de esta película mean carisma sin dejar de ser caricaturas perfectamente definidas de los machos alfa definitivos. Estos alegres mercenarios se enfrentarán a la amenaza final de una bestia enorme y decidida a pasar un buen rato desollando y destripando todo lo que pilla por las selvas de Guatemala y alrededores. Las mejores escenas de acción rodadas jamás, con plano lejano y sin temblores, nos permiten ver como la batalla entre dos entidades monstruosas como Arnold y el Depredador arrasa media jungla. Un ejercicio de estilo inigualado e inigualable.
3. Se7en. Entramos en territorio Morgan Freeman, actor que no me apasiona especialmente, pero que tiende a aparecer en el 40% de esta lista mía. Seven fue la experiencia definitiva en un mundo sin spoilers. La película total. Trama excepcional, un villano increíble y un giro de guion que deja a la tontería del Sexto sentido a la altura del ridículo zarrapastroso. Sin descanso y sin tregua, Mills y Somerset darán caza a un John Doe desencadenado y capaz de cometer las mayores atrocidades para castigo de nosotros, pecadores. No hay ni una coma que ponerle a semejante obra de arte. Redonda desde los títulos de crédito. Nunca hicieron falta segundas partes ni versiones del director cuando la película rodada es perfecta en sí misma.
2. Sin Perdón. Los quince minutos finales de Sin Perdón son oro puro. El western definitivo. No hay belleza, ni héroes, ni damas en apuros, ni piedad. Solo rostros marcados, monstruos con estrella de sheriff, prostitutas y muerte entre polvo y alcohol. Clint nunca estuvo mejor que en ese momento en el que entró en el Greely´s y preguntó por el dueño de la susodicha pocilga. El viaje a este explosivo final es la más hermosa narración de la caída en desgracia de un villano increíble. Viajaremos durante dos horas en compañía de William Munny, natural de Missouri. Asesino de mujeres y niños, que disparó sobre cualquier cosa que tuviera vida y se moviera. Nos uniremos a su andanza y a su baile eterno e interminable con la muerte. Cuando todo acabe, unas letras en la pantalla nos dirán que se retiró e hizo fortuna en San Francisco, pero todos los que recorrimos con él el camino desde Kansas a Big Whiskey sabemos que clase de tipo era William Munny. Por ello volveríamos a hacer ese viaje con él, una y otra vez.
1. Cadena Perpetua. Porque no hay elección. Empeñarse en vivir, o empeñarse en morir. La mejor película jamás rodada. La mayor historia de amor, porque el amor fraternal no deja de ser amor y a los hermanos te los encuentras donde quieres. En el caso de Andy Dufresne, para dar con su alma gemela, tuvo que pasar por una infidelidad, un asesinato, diversas violaciones, y arrastrarse por un río de mierda del que salir limpio al otro lado. Pocas películas destilan tanta belleza escondida en una historia tan amarga. Por ello es perfecta. Dufresne encontró la felicidad en Shawshank. Incompleta, por cuanto no era libre y los pájaros más hermosos no pueden permanecer enjaulados. Es una suerte que, aunque el Pacífico no tenga memoria, nosotros si la tengamos. Así cada vez que Andy y Red se encuentran, sabremos que la esperanza es algo bello.
Arrggh! También me olvidé de esta |
Me quedo con las dos de McT seguidas por "Seven" y "Sin perdón", en ese orden. Si hay que elegir una, "Depredador".Esa última pelea con Arnie en plan hombre de las cavernas preparando las trampas, encendiendo de noche esa antorcha y la hoguera y gritando para atraer la atención del alien con cabeza de centollo, con la banda sonora de Alan Silvestri...¡La gallina de piel!Puro cine.
ResponderEliminarCada película tiene su momento. No puedes poner Radiohead en una boda o Rammstein en un funeral (¿o sí?).
EliminarEn este mundo plagado de crossovers donde Freddy pelea con Jason y Alien y Blade Runner comparten universo, no sería descabellado hacer la mejor película de la historia en la que aparezca Depredador en el desierto de Missouri frente a un joven William Munny mientras McClane viaja en el tiempo para, como siempre, estar en el lugar equivocado en el momento incorrecto (Si hay ahora un cocainómano productor de la Warner leyendo esto, seguro que está pensando que tengo toda la razón del mundo).
Mira,después del estropicio perpretado con "Predator" por parte del inefable Shane Black y su colega el de la pandilla alucinante, mejor dejar estos clásicos en paz para siempre. No he visto la última de "Terminator", bastante tuve con la tercera y "Terminator salvation(sálvame de semejante truño), pero por lo que leído/escuchado por ahí, debe ser otro infame bodriolo.
EliminarSe viene una nueva peli de Depredador, supuestamente titulada Skull que parece poner a los Predator en la prehistoria o similar. Go big or go home!
EliminarBuf, eso suena fatal.
Eliminar¿Qué has visto últimamente en cine, Adolfo? Yo la de Shyamalan, "Tiempo"(pasable), "El escuadrón suicida"(demasiada violencia gratuita y escasez de gracia) y una que lo mismo te puede gustar: "Jinetes de la justicia". No es que sea la leche, pero bueno, la mejor de estas tres.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=D-ewiNoM1zk
No voy al cine desde... ni me acuerdo. Creo que lo último que vi en pantalla grande fue una de la Roca y Jason Statham que ahora mismo ni recuerdo como se titula.
EliminarEl escuadrón suicida se deja ver, sin alardes. No estoy para nada en contra del entretenimiento simplón, que a veces se agradece. Por ello he visto recientemente Blood Red Sky (vampiros en un avión), que sin ser una obra de arte, no da tregua y entretiene. Rams, de Sam Neill cuidando carneros (tengo que acabar de verla hoy), que está bastante bien y estoy viendo Heels, una serie sobre luchadores de wrestling y sus penurias. No está mal. Jolt es horrible y Nobody no está mal. No hay ninguna obra de arte por ahí.