El otro día, me comentaba un buen amigo que
se alegraba de que sus hijas fuesen de piel clara para que así tuviesen una
buena vida. Esta frase de un alegre habitante de Buffalo, al que yo definiría
por su pasión por el Manchester United
y los New York Rangers pero que cada
día se enfrenta con un mundo que le ve por el color de su piel, es lo más triste
que he escuchado recientemente. Así que creo que los sucesos que acontecen
estos días en la nación que se jacta de ser la líder del mundo libre merecen,
cuanto menos, una breve reflexión.
La muerte de George Floyd a manos de la policía de Minnesota no es más que otro
eslabón en la cadena de sucesos lamentables que se vienen sucediendo en este
país desde hace muchos años. Muchos informes se están centrando en la rama
político-social del tema y analizan con detalle la respuesta o la falta de la
misma del presidente Trump. Sin
embargo, y sin defender en ningún momento la figura del actual ocupante de la
Casa Blanca, es evidente que los problemas de brutalidad policial y de
desigualdades raciales en territorio norteamericano son algo que viene de
lejos.
En Julio de 2014, Eric Garner moría en las calles de Staten Island, asfixiado por los
policías que le detenían y que luego saldrían del paso sin mayores problemas.
En 2014 la Casa Blanca la ocupaba Obama.
Tanto él como el gobernador Cuomo
lamentaron estar ante un gran problema de los Estados Unidos, pero no
remediaron este tipo de situaciones. De alguna manera, ni gobernadores ni
presidentes parecen ser capaces de solucionar este problema. A un malpensado
como yo le parece que tanto gobernadores como presidentes están más centrados
en utilizar estos eventos políticamente que en evitar que se repitan.
Podemos juzgar que Trump no está respondiendo de manera adecuada y sería verdad. Sin
embargo, desde el punto de vista de un presidente en busca de reelección, su
respuesta es la más acertada. Trump
sabe que Estados Unidos es un país segregado y separado. Un país en el que
contentar a un grupo social supone enfadar a alguno de los otros. El presidente
sabe a qué jugar y que cartas mostrar porque conoce a su electorado. Es por
ello que arrima la cerilla al bidón de gasolina. Contentar a un grupo de
votantes acusando a estas manifestaciones de disturbios de socialistas,
comunistas y vándalos de diverso pelaje es retrotraerse a los peores momentos
del McCarthysmo más duro. Aquel en el que cualquiera podía denunciar a su
vecino por comunista y traerle la ruina. Ahora, y siempre, en Estados Unidos
han existido bandos y Donald,
ignorante supino pero conocedor de su gente, se aprovecha y prende la mecha
para que esto siga ardiendo el mayor tiempo posible.
Pero antes que este sinvergüenza, otros
pudieron hacer algo y nunca lo hicieron. Y la gente estadounidense sigue
apoyando su segregación y aceptándola como algo natural. Por ello existen
barrios judíos, latinos, negros, blancos y chinos. Por eso en determinadas
universidades es más habitual encontrar estudiantes de Sri Lanka que negros.
Estados Unidos funciona así y no va a cambiar. Viviremos estas revueltas un
tiempo hasta que todo pase y nadie se acuerde. Y Trump volverá a ganar salvo que la economía siga sin despegar. Y si
no gana, otro vendrá que nada hará. Es así. Y no es culpa de Donald, Barack, George W., o la
santísima concepción. Estos señores han llegado allí con el voto de la gente y
se han mantenido allí con el apoyo de la gente. Poco ha cambiado y el país de
los valientes sigue viviendo en base al miedo. Por un lado, el policía que está
a la espera de que el conductor al que ha dado el alto por saltarse un stop
vaya armado. Por parte del conductor, el saberse del color equivocado y temer
por su vida. El miedo, la gasolina barata y el Wal-Mart abierto son los ejes de
la sociedad americana. Y todo seguirá su
camino cuando la muerte de George Floyd
quede en el retrovisor.
Amén, Adolfo. Me asombra la buena prensa que tiene Obama cuando ¿qué es lo que hizo? Nada de lo que prometía(aquel Premio Nobel de la Paz que le concedieron cuando mandaba drones a matar gente a Irak fue surrealista). Claro que comparándolo con este lunático(que de tonto no tiene un pelo, aunque lo parezca) parece todo un líder. Aquello de "Otro vendrá que bueno me hará".
ResponderEliminar¿Y cómo ves por ahí la gestión de la crisis del Coronavirus? Es un tema complejísimo de gestionar, eso está claro, pero aquí la chapuza y los mensajes contradictorios mandan desde el primer día. Los políticos de uno y otro signo(al final, todos iguales)se están retratando.
Amigo Iker, yo desde aquí, la gestión del coronavirus en España la veo con envidia. Esta pandemia es un tema científico y aquí, los científicos, hemos fracasado como perros. Inmunólogos, epidemiólogos, virólogos… todos de prestigio, no se ponen de acuerdo en nada. Nos dijeron que no era nada, que lo era todo, que máscara sí, que máscara no. Solo hay que ver los estudios de la dichosa hidroxicloroquina. Raoult hace un artículo chapucero diciendo que es la cura definitiva y se convierte en un icono científico. Después, múltiples artículos pequeños dicen que la hidroxi nanay de la China. Ahora salen dos artículos gigantescos en Lancet y NEJM diciendo que la cloroquina caca de la vaca y resulta que tienen datos más falsos que los del artículo original. Un delirio. Y de la vacuna no pienso ni hablar. Bastante han hecho los accionistas de Moderna vendiendo sus acciones a precio de oro tras anunciar que la tenían cerca. Una vacuna no sale de hoy pa mañana salvo milagro.
EliminarY la gestión española bien en su mayoría. No tenían ni idea de qué iba a pasar, como todo el mundo. Han hecho lo que han podido. Ahora es cuando tienen que demostrar, recuperando la economía y preparándose para una posible siguiente ronda del covid, que saben hacer su trabajo. Quieren ponernos el ejemplo de lo bien que lo hizo New Zealand pero somos españoles, coño. Si Sánchez va el 6 de marzo al congreso, sube ahí y dice “ni toros, ni fútbol, ni misas, ni manifas, ni mítines, ni cines, ni bares, ni ostias, que llevamos 5 muertos. Se cierra el país”. Lo toman por loco. Fíjate que llevamos con la mierda del 8M al hombro como si fuese el eje del mal. Una manifestación que se dio por ser el día INTERNACIONAL de la mujer, y por tanto se produjo en múltiples países. Nadie se queja. Solo en España donde los políticos, en medio de una pandemia siguen con franquismos, etarras y bolivarianos.
Así que no me quejo de España. Podría ser mejor y muchísimo peor. Ahora tienen que levantarlo. Y la economía no se levanta sola y menos con palos en las ruedas. Era un buen momento para que el congreso remase unido hacia adelante pero no se va a dar.
Toma rollo.
De hecho, era "El Momento", momento de dejar intereses de los partidos y mirar por el bien común. de nuevo, gran decepción y constatación de la escasa humanidad de nuestros gobernantes.
EliminarAmigo Íker, no sé si estarás de acuerdo, pero yo soy de los que piensa que la clase política refleja en muchas maneras a la sociedad a la que representa. Trump, Bolsonaro, Iglesias, Johnson, y demás no están ahí porque hayan salido de debajo de una mata. Guste más o menos, Abascal representa las ideas y comportamientos de millones de personas, y eso es una realidad que hay que constatar.
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