CAITLYN JENNER, EL GOLF OLÍMPICO Y UNOS GIJOES

Por alguna extraña razón, hace un par de años con la compra de una manta de los Minions me regalaron una suscripción a Sports Illustrated (SI). Sé que parecen dos hechos inconexos pero así de testaruda es la realidad. Total, que cada semana me llega la famosa revista "deportiva". Y digo "deportiva" porque gran parte de la fama de SI viene de su edición especial de chicas en bañador. Algunas de ellas son deportistas y otras no.

Portada de este año criticada porque ¿¿¿¿la chica está gorda????

Y algunos de los que no salen en la edición playera tampoco son unos atletas que digamos.

Sin embargo estos chicos son unos atletas

Porque SI tiene especial predilección por "deportes" que, a mi modesto entender no son tal. Por ejemplo, este 2016 el golf será deporte olímpico. Calificar al golf de deporte me parece una broma. Espero ardientemente la inclusión del billar y los dardos como disciplina olímpica. Más que nada por ver a atletas de la talla de Andy Fordham hacer el paseíllo inicial por el estadio olímpico mientras fuman un ducados y se toman un ron cola. Para 2020 espero también que el parchís, el tute y el dominó tengan un sitio en Moscú. Mis abuelos estarían encantados, aunque alguno de los participantes daría positivo en el control anti-carajillos seguro.

49 años tiene John Daly. No sé si está jugando al golf o recogiendo la carótida del suelo. Bonitos pantalones, por cierto

Con esto no digo que el golf no sea un juego difícil y eminentemente técnico. Pero de ahí a llamarlo deporte media un kilómetro.

Luego está el béisbol, un juego en el que varios adultos con sobrepeso intentan darle a una bola sin conseguirlo y luego corren 30 metros agonizando con el corazón en la garganta. Vamos, que el béisbol es el juego más cercano a lo que practicamos mis colegas y yo cada semana en nuestras pachangas futboleras. Es este juego (el béisbol, no mis pachangas) la pasión americana. Más que nada porque dura una eternidad y puedes atiborrarte a perritos, patatas y cerveza. Pero los atletas que pululan por ahí son para tenerlos en cuenta.

Parece que va a colapsar

Total, que va dos semanas la portada de Sports Illustrated fue para la medallista de oro olímpica Caitlyn Jenner, más famosa hoy por su cambio de sexo y su relación con las Kardashians que por sus éxitos deportivos. Incluida en un repaso a la situación de varios deportistas, Jenner compartía reportaje con Floyd Landis o Chuck Lidell entre otros nombres cuyos éxitos deportivos palidecen ante el logro del otrora llamado Bruce Jenner, no lo olvidemos, medalla de oro en decatlón.

¿Decatlón? Saltar, correr, lanzar cosas...buff me agoto de pensarlo

Pues hete aquí que esta semana abro mi revista y observo con ojos de sorpresa los comentarios de algunos de los que, como yo, leyeron el reportaje sobre ex-deportistas en la SI de hace dos semanas.

Foto de la revista. Todos los derechos pertenecen a Sports Illustrated. Obviamente.

Dice un tal Paul que denominar héroe americano a Jenner le ofende porque los verdaderos héroes americanos llevan uniforme, nos protegen y nos hacen sentir orgullosos. Supongo que se refiere a los GIJoes. Son los únicos que me cuadran con la descripción dada. De niño yo ponía a Ojos de Serpiente, Rompeolas, Sombra y a Croc Master a vigilar las esquinas de mi cama y estaba seguro de que nada me iba a pasar. Y sé que Croc Master era un agente de Cobra, pero me inspiraba buen rollo. Las declaraciones de Paul son tan patéticas que serían risibles si no fueran representativas del amplio espectro social de unos Estados Unidos cada día más enloquecidos. Ni digo que Jenner, que ha luchado por sí misma, por sentirse bien consigo como persona y que ha logrado un mérito individual, sea más heroica que un bombero, un cirujano o incluso algún soldado. Sin embargo, circunscribir el heroísmo a gente capaz de cometer las tropelías que se cometieron en Abu Ghraib o en Afganistán, pues media un abismo.

Pedazo de serie

Pero no se vayan todavía, que aun hay más. Dice en la sección de comentarios, en este caso Douglas, que no tiene problemas con las decisiones sexuales individuales pero que no quiere leer sobre ellas en su revista deportiva. Ese tipo de frases me suenan a algo como "No tengo nada contra los negros pero que se queden en sus jaulas". La entrevista remarca que Caitlyn es la transexual más famosa del mundo. Eso es cierto. Pero luego, y si lo quieren ver aquí está, se centra en sus logros deportivos. El problema es que, al final, y siendo un artículo acerca del "Dónde están ahora", se habla de su vida actual como mujer. Y eso le jode a Douglas que cuando en su sofá abre una revista deportiva quiere ver a machos sudorosos, atletas de élite superdotados como Kobayashi.

Este perro podría dirigir varios periódicos en España. Está a la altura de pensamiento de liberales como Losantos o Marhuenda

Takeru Kobayashi es el campeón del mundo de comer como un cerdo. Tiene títulos como mayor tragador de alitas, tacos o perritos del mundo. Una hazaña digna de glosar en las páginas de una prestigiosa revista deportiva ¿Y en SI se permiten el lujo de dejar que "esa tiparraca" que ganó una medalla de oro en una olimpiaducha comparta cartel con este heraldo de Zeus? ¿estamos todas locas? Douglas se indigna y tiene razón. Y Paul le apoya. Qué puede ser más americano que un soldado comiendo perritos mientras el rojo, blanco y azul ondea en el cielo. Mierda, si hasta seguro que esa escena sale en una película de Michael Bay.

Holy Molly!!!

Doble moral que se llama. Los méritos deportivos de Caitlyn Jenner ahí están. Que quiera ser hombre o mujer, gato o tractor, es cosa suya mientras no le haga daño a nadie. Y supongo que ella es consciente que siempre habrá un ofendido. Siempre habrá un idiota que sienta que ver a un campeón olímpico en portada de un magazine deportivo es una herejía. Y a Jenner le dará igual. Ha ganado un oro olímpico. Un logro increíble para un amante del deporte como yo. En su tiempo soñé muchos años con lo hermoso que sería competir a ese nivel. Era un pardillo que jugaba con sus GIJoes. Pero a aquel pardillo sus padres ya le habían enseñado a respetar a los demás, fuesen hombre, mujer o el Comandante Cobra.

Un tipo elegante, qué duda cabe

Supongo que Doug y Paul no tuvieron esa suerte.