SPORTING 2 ZARAGOZA 3. CONTANDO TARJETAS

 

Voy a ser honesto y admitir que no le puedo poner una pega al Sporting hoy. En un día así solo queda decir que los chavales se dejaron el alma y ocurrió lo que ocurrió. Ganó el Zaragoza. Quizá el peor equipo que pasó por el Molinón este año. Solo un equipo mal trabajado y que cree poco en sus opciones pierde el tiempo en un saque de banda con empate a dos y jugando contra nueve. Ridículo y lamentable, pero han ganado.

Creo que fue el propio Sandoval el que dijo el otro día que en segunda te la puede liar cualquiera y el carrusel de liantes se ha llenado de nombres hoy. 

Minuto dos, sospechoso habitual de liársela a cualquiera, a Iván se le dispara el Colt en el pie y cae fulminado en el área propia. Gol del Zaragoza. Avanza el partido y un portero acabado hace años como Leo Franco empieza a salvar a su equipo de un aluvión de goles. Los serbios tienen la pólvora a punto pero no culminan. Como cualquiera te la puede liar, Luis con la izquierda se la da a Nacho que de cabeza e impecablemente marca un gol excepcional. Lo nunca visto. 

Llega el descanso y Nacho Sancho, preparador físico, quería sumarse a la liada de hoy, record de la semana de rojas en un partido. Tarjetita para él de camino a vestuarios. Los que quieran, que cuenten conmigo. Una roja.

Segunda parte y como cualquiera te la lía, va Sergio y tras robo y autopase, culmina la remontada de un Sporting infinitamente superior, pero claro, esto no puede acabar así de fácil. Cuando solo se veía victoria rojiblanca, aparece un alegre muchacho por allí cuyas decisiones arbitrales en la primera parte ya habían levantado alguna duda de su honestidad y profesionalidad. Si a eso le sumamos a Iván “El sospechoso de liarla”, pues qué va a pasar. Falta de Iván (leve), por allí anda Luis que llevaba una tarjeta de la primera parte, viene el trencilla y, como si Laudrup se hubiese transmutado en árbitro, le saca la segunda amarilla a Luis mirando al tendido. Dos rojas.

Un nuevo liante se suma a la orgía de líos. Sandoval saca a Fraile de lateral y posteriormente quita a un Barrera imperial para dar entrada al somnoliento Isma López. Mourinho se rasca sus plateadas sienes y no entiende nada. El resto tampoco. Entre medias Bernardo la lía en un despeje y gol del Zaragoza. Solo llevamos dos expulsiones, esperen un poco que ya viene Iván. 

¡Pum!, la locomotora Hernández arrolla a un contrario y sumamos una roja más. Ya lo dice la poesía, "Tres eran tres, las hijas de Elena, tres eran tres y ninguna era buena". El Sporting se encierra confiado en amarrar y el Zaragoza parece sorprendido por su suerte.

Nacho Cases hace penalti (no parece penalti pero no lo sé). Los cuatro fantásticos, y los cuatro músicos de Bremen ya tienen compañía en los cuatro expulsados del Sporting, pero en Gijón somos unos grandones y Sandoval se va a vestuarios ¿Han sumado ustedes? Entre medias Cuéllar se suma a la liada y para el penalti, pero claro, el Sporting está con ocho sobre el campo y se masca la tragedia.

Minuto 89. Se monta el lío. El Zaragoza, en capicúa marca al principio y al final y gana el partido, pero el árbitro, cuyo nombre no miraré porque no merece el gasto en WiFi, decide que un partido con diferentes expulsiones, líos y discusiones merece los acostumbrados, típicos y tópicos tres minutos de extensión. Tres minutos que se le hacen eternos al colegiado que es consciente, y ese tiempo añadido ridículo lo demuestra, de que se quiere ir de Gijón lo antes posible.

Total cinco goles y cinco expulsados. Ya saben lo que rima con cinco. Yo, que soy de natural bestia y con ascendentes en las Cuencas mineras, me pongo en que deberían habernos expulsado a siete. No se ha dado una mala patada, un codazo, una agresión, nada en todo el partido que justifique tal desatino y a nadie le va a importar lo que ha pasado en el césped del Molinón. Por lo menos con el partido suspendido habríamos salido en algún periódico y a alguien le llamaría la atención que en un encuentro sin lesionados, sin agresiones y sin nada especialmente llamativo, haya habido tal carrusel de tarjetas. Para terminar la fiesta, entrenador local con ojo morado y en Zaragoza brindando con alegría.

Una vergüenza. Y van… Y hablando de vergüenza ¿Sabían ustedes que esos jóvenes aventureros que salimos del país en busca de trabajo cuando volvamos a España no tenemos derecho a ir al médico en nuestro país de origen? Creo que es la última bala que el gobierno de Rajoy ha gastado para disminuir el sentimiento patrio. Entre la independencia de Cataluña y a los que nos hacen sentir que no merece la pena volver, al final lo de “Yo soy español…” lo va a cantar solo un señor de Cáceres con enajenación mental transitoria. No tiene nada que ver con el fútbol, pero no quería que se me olvidase.