
Somos en Jugando
Pachangas amantes de, principalmente, dos cosas. Primero, nos encanta usar
el plural mayestático. Así, sin cortapisas ni venir a cuento. Nos da enjundia y
autoridad en cualquier materia. Lo segundo que más nos gusta son las listas.
Nos encantan las listas con cosas enumeradas, colocadas por orden aleatorio, alfabético,
ecléctico, numérico, trófico o simplemente porque sí. también nos encanta la
palabra pantagruélico, y si tuviésemos que hacer un top-3 de palabras, que no
tenemos por qué, pero que haremos igualmente, quedaría así: 1. Pantagruélico
por lo hermoso y musical de cada sílaba; 2. Sinvergonzonería por no conocer a
nadie en nuestro entorno genético o adquirido capaz de pronunciarla sin
trabarse; 3. Ojete. Aunque, honestamente, creemos que ojete debería ser el número uno en
cualquier lista de palabras. Yo cada vez que dijo “ojete” en voz alta, me parto
el ojete. También es que soy de gustos sencillos, de ahí la explicación a los siguientes elementos que componen las listas con lo mejor del año,
confeccionadas democráticamente por todos los miembros de la editorial que da
vida a esta magnífico podreblog.
CINE
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Como cada vez soy
más viejo, cada vez me gusta menos el cine. Soy como Carlos Boyero, no
me gusta el cine ni tampoco Mourinho, ambos estudiamos en la Complutense
y somos muy de drogas duras. De hecho, mientras esto escribo, me estoy tomando
una lata de leche condensada a tragos largos, lo cual sin duda impactará en el
manuscrito que se desarrolla ante sus ojos. Como digo, poco que reseñar este año.
Me quedo con Código 3, película acerca de las andanzas de unos
profesionales de las emergencias médicas que muestran con crudeza las miserias
del sistema de salud estadounidense y las desdichas de ser un profesional en
esta época en la que la palabra profesionalidad se usa tanto como el adjetivo
gargantuesco (número cuatro en la lista de palabras, por si se lo preguntan). Bugonia es una película sorprendente con actores merecedores de elogio y galardón. Badlands
no estuvo mal, Weapons es un truño, Frankenstein más falsa que un
duro de madera, Sinners mucho bombo para tan poco, 28 años después
estuvo bien, aunque falta ver qué pasa con los locos del chándal, Superman
no vale nada, los 4F es bonita y ya, y espero que Sisu 2 sea la
obra de arte suprema que se deja ver en el tráiler. El otro día vimos Un par de
seductores y me reí una hora con las andanzas del doctor Emil Schaffhausen
y su rutina para curar los problemas de locomoción. Estoy mayor, qué se le va a
hacer. También se fue Gene Hackman, y eso es siempre mala señal.
COMICS

Tiempo atrás comenté
que Transformers era la mejor serie del mercado. El tipo que habla de tebeos
en Jotdown no me hizo ni caso y se lo dije, mira que se le dije. Luego
va Transformers, gana el premio Eisner a la mejor serie y nadie
me dice, “Oh, qué listo eres, muchacho de Jugando Pachangas, un blog buenìsimo. Oh, cuánto sabes”. Pues deberían. Como gran
seguidor de la oratoria, dialéctica y, porqué no decirlo, dieta de Donald J.
Trump (acompaño la leche condensada con bolsa de patatas sabor cuatro
quesos), desde aquí declamar que soy el que más sabe de tebeos de todo internet
y parte de Algeciras, hala. Así que háganme casito y lean Absolute Batman
antes de que metan en serio al Joker y empiece a declinar. Hojeen y ojeen cualquier
cosa de Image en la que salgan Redcoat o Geiger. Anda por
ahí un Mortal Thor que se aleja de Asgard para salir de la obra repartiendo
martillazos sin preguntarse la razón, lo cual no está mal. Lean todo lo que escriba Rick Remender,
pero sobre cualquier cosa, lean Escape, porque Escape es un
pedazo de tebeo, lo mejor del año. Y, da igual la fecha, lean lo que puedan de Ibáñez,
háganse ese favor. Me lo agradecerán.
FÚTBOL

Una parte de mí,
quiero decir, el equipo editorial de
Jugando Pachangas, está convencido
que
Marcos Llorente leyó
nuestro texto sobre su recomendado tratamiento del cáncer mediante
el uso de plásticos de colores. Es por ello que en redacción, nos lo tomamos por lo personal cuando el susodicho comentó
alguna que otra sandez en
X, pero decidimos que no hay que hacer leña
del árbol caído y que
pa qué las prisas si total el hombre da para lo
que da. Aquí no nos gusta la venganza ni el oprobio de los incultos, así que lo
dejaremos correr. Mientras, el
Sporting sigue como sigue. Eso creo,
porque el señor
Tebas ha tomado con tal celo
acabar con extender
la marca de la liga de fútbol que, hoy por hoy, en las islas de nuestro señor
Carlos
III, no hay forma de ver el 90% del fútbol español ni por lo civil ni por
lo criminal. Ello nos ha retrotraído a sentirnos como en 2003, cuando me
iba a escuchar al
Sporting de
Marcelino por internet en los
laboratorios
Gorlaeus. Muchas gracias, señor
Tebas, espero que Dios
se lo pague con la salud que merece una persona de su ética y moral.
MÚSICA

A título personal,
este año he descubierto a CMAT y al Canijo de Jerez. La irlandesa
CMAT tiene morro para regalar y una voz que haría temblar a Adele.
El Canijo es arte. Lo de cantar ya si eso, pero si se junta con Los
Estanques salen buenas cosas, como esa canción del año que es “El
murmullo de los perros”. Sin embargo, he cerrado el año viendo en directo a
Radiohead. Hace muchos, muchos años, cuando echaban los 40 en Canal
Plus y Fernandisco o Manuela Velasco daban paso a la lista de
la semana, el chaval que fui flipó con el vídeo de Paranoid Android. Le
comenté a mi padre, con el que había quedado, que llegaba tarde por quedarme viendo la tele loco con el tema de los de Oxford y, ni corto ni perezoso, mi progenitor me compró
sobre la marcha el susodicho CD titulado OK Computer. Décadas más tarde
los viví en vivo, acompañado por mi mujer que no es que los tenga en mucha
estima (nadie es perfecto, también es del Oviedo y prefiere Alien
a Predator). La review la dejo en sus manos, como miembro adjunto y
becaria del equipo editorial de este blog. “Vaya espectáculo han dado”
es su titular para el concierto. Una maravilla para un fan. Algo que me llevo a
la tumba.

Así que nada,
reciban 2026 con los brazos abiertos. Todo es mejorable pero siempre
aprovechable. Sean unos sinvergüenzas, dense homenajes pantagruélicos y pártanse
el ojete. Son reglas básicas, pero les proporcionaran una vida mejor. Y pongan
un gato en su vida. Yo llevo tres, y merece la pena.
Saludos pachangueros.
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