SESIÓN DE PELIS EN NAVIDAD

En este final de 2019 toca algo de cine. Para estos días de asueto, nada mejor que una sesión de polvorones, ron con cola y películas. También es verdad que a veces lo más complicado de tragar no son los polvorones. A continuación, sesión de cine navideño y pachanguero.

Historia de un matrimonio, de Noah Baumbach.

Al bueno de Noah no lo conozco de nada y debería. Varias de sus películas discurren en el área que ahora habito. Centrando sus tramas en Prospect Park y alrededores, los escenarios me son reconocibles. Quieran que no, que el personaje principal de la película salga del metro por la misma estación que tú es algo que, a un nativo de Pola de Lena, le llama la atención. Más allá de los localismos, la película es un buen drama con unos actores potentes. Se engloba en esa idea de que una película ha de alargarse sobre las dos horas para ser tomada en serio, pero no se hace aburrida y se ve del tirón. Cuenta una historia normal, sobre dos personas que se quieren hasta que se les cruza la vida. Parece estar basada en el divorcio del director con su esposa Jennifer Jason-Leigh, famosa otrora por “Mujer blanca soltera busca” y que ha tenido una carrera más que digna en el séptimo arte. Ambos personajes, marido y mujer, resultan creíbles por no ser perfectos. Ni buenos ni malos. Gente con sueños, rutinas, amistades y desafíos vitales que, de alguna manera, les llevan a optar por separarse de la forma más dolorosa posible. Mención especial para la descripción de sus abogados como seres sin escrúpulos pero que, simple y llanamente, están haciendo su trabajo. Muy interesante.

Todos sabíamos que la relación entre la Viuda negra y Kylo Ren iba a acabar mal

Seis en la sombra, de Michael Bay.

Mala hasta el dolor. Solo vimos unos veinte minutos de persecución por Florencia. En ella, Michael Bay repite un patrón de rodaje que consiste en las siguientes escenas: Conductor-chiste horrible de Ryan Reynolds-Médico quejándose-Toma desde los pedales del coche-Explosión-Chiste de Ryan Reynolds (peor que el anterior)-Ojos de la rubia-Conductor-Escena en cámara lenta-Chiste de Ryan Reynolds (con ojos muertos sin mirar a cámara)-Ojos de la rubia-Explosión.

Ni que decir tiene que Michael Bay es el único capaz de convertir a Reynolds en un coñazo, hacer una persecución aburrida de narices y gastarse cientos de millones de dólares en una película en la que el conductor del coche pasa de llevar gorra a no llevarla en cada plano. Los fallos, lo aburrido, las malditas tomas con la cámara girando desde el aire y lo increíblemente estúpido de los diálogos me llevaron a abandonar al poco. Horrible.

 

Ryan pasando por caja y esforzándose cero

It. Capítulo 2, de Andy Muschietti.

Muchas esperanzas tras ver la primera parte en el cine. La segunda es mucho más floja. Demasiado ordenador y poca tensión. Tiene algunos momentos interesantes porque el director sabe lo que hace y hay alguna escena inquietante, pero me dejó muy poco poso. Ninguno de los actores adultos está especialmente bien y Pennywise da menos miedo quizá porque los efectos cantan un poco más y la interpretación de Skarsgard pasa a un segundo plano. También es demasiado larga. Para ver en un par de tardes. No me acuerdo de casi nada.

 

Me quedo con la primera parte

Midsommar, de Ari Aster.

Casi dos horas y media de película. Con lo que he visto de Ari Aster me pasa como con la obra maestra que es Mandy. Veo las pelis porque son raras y quiero ver a dónde vamos. Al final, para este viaje no era menester tantas alforjas. Está bien rodada y tiene momentos muy interesantes, pero me cuesta empatizar con personajes que ni pestañean al ver como dos personas se tiran desde un peñasco, uno de cabeza y otro de rodillas (lo cual da mucho peor rollo), haciéndose mierda contra el suelo. Es rara, delirante y tiene un guion bastante escueto para lo que dura. Creo que Aster le da demasiada importancia al cómo, pero se olvida de qué quiere contar. De tal manera que puedes parar varias veces la película para jugar con tus gatas y a no te vas a perder nada. Al mundo hipsteroso le encanta esta película al igual que Hereditary, anterior obra de Aster. No están mal, pero no son nada del otro jueves y hay que tener unas ciertas tragaderas para verlas porque hay escenas que no tienen demasiado sentido para el fulano de a pie.

 

Eso no es nada, el otro día me desgarré el abductor y casi no lloré

El secreto de la pirámide, de Barry Levinson.

Aquí se juntan varios talentos. Empezando por Barry Levinson, el tipo detrás de Rain Man y Good morning Vietnam. También aparece como guionista Chris Columbus de fama mundial por Harry Potter, la Señora Doubtfire o Solo en Casa. Para mi sorpresa, entre el equipo encargado de los efectos visuales, liderado por Dennis Muren (ganador de 6 óscars por cositas como Terminator II y Parque Jurásico) aparece Stephen Norrington que luego haría esa obra maestra película que es Blade. Si véis Blade y luego Matrix veréis que la película de las hermanas Wachowski tiene algunas escenas bastante similares (aunque mejor rodadas) respecto a la primera entrega del vampiro más molón de la historia.

Total, que la acumulación de talento hace que el secreto de la pirámide sea un peliculón de esos que no envejece mal. Los efectos aguantan el tirón dignamente y se muestran muy avanzados para la época. Además, esta peli permite comprobar una evolución evidente en el cine. Hoy en día casi todas las películas acaban con los buenos enfrentados a un portal abierto entre dimensiones o alguna movida similar. En aquella era, más sencilla y abierta al canibalismo y los rituales sádicos, lo habitual para Indiana Jones, Sherlock o Conan, era salvar a la doncella en apuros de alguna secta siniestra. Un peliculón. De las primeras que vi en el cine. Es cierto que describen a Watson como un gordito medio ceporro y a Holmes como un autista inaguantable, pero es muy entretenida. Me la tragué entera sin pausa ni jugar con gatas ni nada.

 

La escena de los bollitos asesinos. Mágica

En breves, si dios quiere, segunda lista de pelis navideñas.

 

Me dice Martin Scorsese que todo lo que veo es una mierda