Tras una excelente temporada de Daredevil y buenos momentos con el “Hombre
Púrpura” en Jessica Jones, la
calidad de las series sobre superhéroes de Netflix
cayó en picado tocando fondo con ese Punisher
absolutamente terrible interpretado por un Jon
Bernthal haciendo de Jon Bernthal
mientras se hace pasar por Shane de The
walking dead haciendo una parodia de un Punisher irreconocible y fácilmente
reemplazable por cualquier soldadito valiente traumatizado y dolido. El Punisher de Netflix está muy lejos de la máquina asesina y en permanente guerra
que es Frank Castle y simplemente nos entrega a un pseudocastigador parlanchín
y con una sensibilidad interna tan fuera de personaje que lo hace
irreconocible.
No entro ni a comentar |
La primera temporada de la serie, que no he
terminado de ver, es muy diferente a cualquier otra propuesta superheróica
actua. Potente en cuanto a realización artística y con interpretaciones muy
correctas. De alguna manera es evidente que el excéntrico Klaus se lleva la
palma dada su adicción a casi todo, su actitud ante la vida y su conexión con
la guerra de Vietnam que aparece a mitad de temporada. Los demás personajes
salvo Vanya parecen un poco más planos, pero prácticamente todos tienen un momento
para brillar.
Especial mención para el sexto episodio en el
que diferentes tramas parecen encontrar su camino y en el cual diversos
personajes parecen acercarse a un final feliz solo para…bueno, no spoilers,
pero me pareció un episodio altamente interesante a mitad de temporada.
A falta de tres capítulos creo que es de lo
mejor que Netflix ha hecho en el
campo de las adaptaciones del noveno arte y espero con interés ver como culmina
la temporada.
También espero un Punisher como el de Dirty Laundry pero eso va a ser
complicado de ver.
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