Es el Sporting un equipo unido.
No solo a nivel de plantilla donde parece verse ese entendimiento que se
destina a grandes metas. No hay divismos ni grupos y todos parecen mantener un
nivel de unión excelente para el objetivo propuesto. La unión con la grada
tampoco es discutible y pese a puntuales objeciones a determinados jugadores
(evidentemente me refiero a López Garai),
el sportinguismo parece decidido a recompensar a los suyos con aplausos a la
mínima ocasión.
Con estos mimbres, fácil es hacer
buen cesto. Si a ello le sumamos que el equipo ha perdido 4 partidos de 27, lo
normal es que la euforia viaje viento en popa. Sin embargo el domingo pasado
sucedió algo extraño. El buen juego rojiblanco desplegado en La Coruña, siendo
superior a un rival de prestigio como es el Deportivo, ya debería ser
suficiente para que la inercia positiva del Sporting fuese más importante.
Además, la labor del árbitro en aquel partido fue tan destructiva que,
habitualmente, este tipo de adversidades unen más a los equipos que las sufren.
Sin embargo el Sporting y su
entorno se pasó la semana hablando de árbitros, tiempos añadidos, empujones, corners
que no son y demás, obviando que venía a Gijón el único equipo capaz de
pintarnos la cara en toda la liga.
El Alavés llegó al Molinón
convencido de sus posibilidades como equipo visitante y durante gran parte del
encuentro maniató al Sporting con un juego rápido y bien construido. Sin crear
excesivo peligro, los vascos tuvieron más claridad de ideas y solo la dinamita
del ataque rojiblanco le permitió meter el miedo en el cuerpo al Alavés. El
duelo de delanteros se solventó con tiro al palo de Stefan y buen remate ajustado de Viguera.
Tras el mazazo de Riazor, tocaba
ganar, pero las cosas no pintaban del todo bien. En esta ocasión el rival no
venía a encerrarse en su área y lo que, en principio, parecía propicio estaba
generando más problemas de los debidos. Sin embargo había que ganar. Lo de La
Coruña había sido un palo en las ruedas del carro sportinguista, pero no ganar
en casa al Alavés ya suponía un problema añadido de falta de eficacia como
local.
Tras cerrar la primera parte con
una de esas decisiones arbitrales que, más que injustas, ayudan a dejar claro
que lo de La Coruña fue un desastre por parte del colegiado, dio inicio una
segunda parte diferente. El Alavés dio un ligero paso atrás y el Sporting
comenzó a cargar tímidamente. Sin juego de banda, pues ni Lora ni Carmona gustan
de aparecer como extremos, el Sporting lo fio todo al ataque por el centro y
por allí llegó el gol del mallorquín tras aprovechar un balón peinado al área
pequeña. Ahora faltaba matar el partido.
Sin embargo, de matar las
esperanzas locales de un partido sin sobresaltos arbitrales se encargó uno de
esos colegiados que deciden que es hora de mostrar su valentía en un buen
escenario como el Molinón. El gol de Bernardo
a la salida de un córner viene precedido de un choque entre dos jugadores
vascos. Se señala falta a Stefan
(capaz, por lo que se ve, de derrumbar a dos jugadores con un toque de pecho) y
se anula la merecida sentencia por parte del Sporting. Parecía, para los
pesimistas como yo, que volvíamos al trigo de un final con susto. Sin embargo Lekic dio una lección a más de uno de
cómo ha de obrar un futbolista de banda. Desborde, pase espectacular al corazón
del área y gol de un Santi Jara que
necesita mejorar y todavía no progresa adecuadamente.
Al final victoria antes del
partido de Ipurúa. Positivo encuentro para algunos jugadores como Iván o Luis, éste perfectamente asentado como lateral titular. Ligera
bajada de rendimiento de Barrera que
quizá necesite un descanso para volver a ser el jugador imperial de la primera
vuelta.
Ahora toca ver que hacemos en
plaza grande. Quitarnos de en medio al Éibar y pegar un golpe en la mesa
alejados de trifulcas con árbitros y de resultados extraños. Toca ganar y dejar
claro que estamos decididos a no necesitar del play off para jugar el año que
viene en primera.
Cómo mola leer tus artículos y tus crónicas!
ResponderEliminarYa sabes que soy fan.
Yo soy como la chipionera Rocío Jurado. Vivo para mis fans, jajajaja.
EliminarMe vas a perdonar porque no tiene nada que ver con tu amado Sporting pero la noticia lo merece:
ResponderEliminarMcTiernan is back! Sale del trullo antes de tiempo. Ahora Arnie se pondrá en contacto con él para rodar la de Conan, por aquello de recordar los buenos tiempos de "Depredador". Tras el rodaje, un paranoico McT acusará a Arnie de querer meter mano en el montaje y de conspirar a sus espalas con el productor Joel Silver. El director será fulminantemente despedido y como la fecha de estreno estará encima tendrán que contratar a Michael Bay para que se ocupe del montaje.
McTiernan, el director maldito.
Hombre, tiene que ver. Director maldito y maldito equipo en la misma entrada. De momento dejemos a McT que se tome la medicación. Yo no me metería con Chuache así como así por muy vejete que esté. Si Michael Bay toca Conan yo lo dejo porque sería ver a Mark Whalberg rodeado de muchachas y pegando cabriolas imposibles mientras la cámara gira y gira...
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