
Me pasa una cosa
curiosa con Marcos Llorente. Dos cosas curiosas, de hecho. La primera es
que pese a ser un tío internacional por España, titular con el Atlético de Madrid
y heredero del apellido Llorente de amplio pedigrí en el fútbol patrio,
no tengo ni idea de qué ni cómo juega. No sé si es lateral, medio, delantero, rápido,
diestro, cojo o con buen remate de cabeza. No lo sé ni me importa porque no
tengo ni idea de fútbol ni sería capaz de diferenciar un carrilero izquierdo de
un lateral que defiende flojito. La segunda cosa
curiosa es lo mucho que nos parecemos Marcos y yo. Yo opino de fútbol
sin saber pegarle una patada a un bote y él
opina de Biología Molecular con la capacidad cognitiva de un hámster. El
tío de las gafas de colores habla de “Biología de verdad” pero los biólogos
de verdad no parecen estar muy de acuerdo con el bueno de Marcos. Para
darle peso al resto del texto, recordemos que, pese a que me gusten los Transformers,
Batman, Mortadelo, las pelis de cocodrilos y los kínder sorpresa,
yo soy doctor en Biología Molecular. El que lleva ventitantos años currando en
un laboratorio y el que trabaja en una de las diez mejores universidades del
mundo (lo que vendría a ser el Atlético de Madrid del campo de la investigación)
soy yo. Yo tengo la oficina donde antes vivía y trabajaba Charles Darwin,
claro que el que juega donde jugaban Futre o Schuster es Marcos
Llorente y a veces uno no está a la altura de los que vinieron antes.
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| Igual también opinamos diferente en temas de evolución | 
No voy a entrar en
si las gafas rojas o amarillas son buenas o no para subir, bajar o
mediopensionar los niveles de melatonina porque me chupa un huevo si es verdad
o no. Cada uno es libre de ir a la moda como le dicte su ojete. Lo de meterse
en harinas de otro costal y curar el cáncer con unas gafas ya me parece un tema
más complejo, así que me voy a centrar en un punto de su discurso porque,
seamos honestos, la gran mayoría del mismo es una milonga delirante. Sólo decir
que hablar de “Cáncer” así como un ente único y compacto y simplificar un problema
grave con “Con suficiente melatonina el cáncer no puede proliferar” es una
barbaridad propia de un impresentable que considera que es capaz de tratar una
enfermedad poligénica y multifactorial poniéndose un cristal delante de los
ojos. Opinar es libre pero no hace que tengas puta idea de algo. Por eso yo
hablo de fútbol y a nadie le importa un rábano mi opinión.
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| Atila me robó el corazón en los locos 90 | 
Pues nada, que dice
Marcos que se pone las gafas de colores para controlar los niveles de
melatonina y que esto tiene múltiples efectos positivos. Por ejemplo, disminuir
los niveles de aromatasa, enzima que convierte andrógenos en estrógenos y que participa
en rutas biológicas relacionadas con el cáncer de mama. Dentro del tipo de cáncer
de mama con mayor incidencia en la población, los estrógenos juegan un papel
importante activando la proliferación de las células tumorales que presentan en
su superficie receptores para dichos estrógenos (ERs). Por ello, se trata a pacientes
de cáncer de mama ER positivos con terapias que reduzcan los niveles de
estrógenos, incluyendo inhibidores de la aromatasa. Hasta ahí, todo bien con la
Biología de Marcos. 
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| ¿Quién habrá hecho algún estudio sobre los niveles de expresión de las aldo-keto reductasas como AKR1C3? La respuesta en el siguiente pie de foto | 
Así que aceptemos
que las gafas de Marcos le permiten regular su melatonina, porque estas
gafas que me lleva son la virgen en bicicleta. No se va a poner este artista unas
gafas que se quedan a medio gas. Se las pone y las gafas hacen que Marcos
no tenga cáncer de mama, enfermedad que afecta a unos cuatrocientos hombres al
año en Reino Unido, que no digo que no haya que tomar precauciones, pero que
hay más posibilidades de morirse de aburrimiento viendo jugar al Atlético de
Madrid. El problema es que las gafas maravillosas en cuestión estarían
inhibiendo la aromatasa de marras en alguien sano, alguien que no necesita
reducir sus niveles de estrógenos. 
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| Pues yo, quién va a ser. No me harté a hacer western blots como un animal. | 
Y ahí radica la
cuestión. Marcos ha venido aquí a jugar así que gafas de colores, aromatasas
fuera y estrógenos por los suelos. Vamos, que ponemos a Marcos
menopáusica perdida. Y todos sabemos que no hay mejor futbolista que una señora
menopáusica, con
huesos a prueba de bomba y musculatura
de titanio. Porque cargarte tus estrógenos tiene efectos negativos y por ello
la gente, en su día a día, no se toma con el café los fármacos indicados para
tratar el cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas. Bajos niveles de estrógenos
puede que no afecten a la capacidad mental, pero afectan al miembro
viril que tiene nombres mil, Marcos, y también al hígado
y a otros tejidos. Date cuenta de que, si esas gafas funcionan a tope, tu aromatasa
se inhibe a base de bien y tus estrógenos bajan en picado, estarías en una
situación similar a la de aquellos que nacen con una mutación en el gen
CYP19 que causa bajos niveles de aromatasa haciendo a sus portadores
padecer criptorquidia que viene a ser que uno de los huevetes no desciende a
ocupar su sitio en el saco escrotal del hombre adulto. Y sin saco escrotal completo,
jugar en el Atleti está complicado. Pregúntale a Simeone, si no
me crees.
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| Simeone asegurándose de que todo está en su sitio | 
Que hay mucha gente
que comenta que lo que este muchacho está haciendo es algo natural y que
conecta con su organismo en el sentido más básico y yo no sé que decirles, pero
mi gata súper peluda y achuchable lame la pintura de las paredes y no creo yo
que haciendo eso vaya a salirme pelo en la cresta por muy arraigado que ese
comportamiento esté en la naturaleza de los seres con buen pelaje. Que a lo mejor
es que mi gata y Marcos están a un nivel de naturalismo similar conceptual
y mentalmente, pero no lo justifica. Así que, Marcos, haz lo que quieras
con tu estilismo, pero a predicar a la Meca. Y Biología de verdad, la justa,
que lo tuyo es la pelota. Creo, no sé, porque de fútbol ni idea.
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| Goleador consumado, si es que manda aromatasas | 
 
Joder, cuánta burricie. Le había visto con esas gafas y pensé que serían lo más in ahora mismo, lo propio de jurgolistas fashion-victims millonarios, pero no sabía lo de la explicación científica. Sí, zapatero a tus zapatos.
ResponderEliminarA mí las gafas de colores me gustan pero porque soy un hortera sin redención. También las botas de fútbol de colores, pero llevarlas no te convierten en Alfonso Pérez (gracias a dios).
Eliminar¡Otro! Menudas declaraciones de índole política en una charla con Pedrerol(otro que...). Fonsi gira un poco más a la derecha y da la vuelta completa.
EliminarUna pregunta, Adolfo: ¿Te vas a atrever al final con "Predator Badlands?
ResponderEliminarMe voy a atrever y luego toca Perseguido. Haré crítica de ambas.
EliminarJoder, estás con actitud temeraria.
EliminarQuizá uno de tus mejores escritos Adolfo. Me he reído como una bestia. Hace mucho tiempo que Llorente ha cogido una senda peligrosa. Respeto sus creencias con los “chemtrails” y su dieta paleolítica, cada uno tiene sus “hobbits”. Sin embargo, promover tomar el sol sin protección solar fue una irresponsable patinada. Un futbolista peculiar.
ResponderEliminarNo te preocupes, es compatible que te guste Mortadelo y que seas una eminencia en biología molecular. Nunca escondas tus pasiones. En mi caso, por ejemplo, habitualmente causo buena impresión a mis congéneres hasta que invito a la gente a mi casa y lo primero que ven es una figura de Chuck Norris en Invasión USA (más 59 figuras más). Ese instante, marca la diferencia.
Un abrazo.
Gracias hombre, sobretodo por lo de eminencia. Yo te digo, si entro en una casa y lo primero que encuentro es una figura de Chuck, lo más probable es que pida matrimonio al o a la que allí habite. Buenos hábitos y costumbres los que tienes, pardiez.
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