domingo, 4 de diciembre de 2022

COLECCIONANDO GI JOE


Durante mi estancia en los Estados Unidos, me golpeó la crisis de la mediana edad. No me dio por el descapotable y la rubia, vicios caros, difíciles de mantener y con los que mi esposa no estaba muy de acuerdo. Tampoco por la Harley-Davidson o el viaje a Turquía para un necesario implante de mata capilar. No, mi crisis de los 40 me envió al pasado, pero no traté de recuperar emociones ni experiencias de tardo adolescente. Yo, lo que parecía echar de menos era una época aún más infantil.

Haciendo un inciso, noto que algunos críticos y expertos en múltiples materias (e incluyo a Alan Moore, excelso escritor tan talentoso como enloquecido y al que admiro y respeto) opinan que la proliferación de películas de super héroes y la afición por la nostalgia y lo retro se debe a la infantilización del hombre adulto. Yo les digo que “rebota, rebota y en tu culo explota”. Sí, mis aficiones son infantiles, me gusta coleccionar juguetes. Pero también tengo un doctorado, todavía me defiendo en un campo de fútbol, poseo un gancho de izquierda bastante potente, pago mis impuestos y acabo de invertir un dineral indecente en una casa en la campiña inglesa, así que infantil tú y tururú.

Lo del descapotable y la rubia lo tuve de guaje jugando al Out Run

Porque hoy por hoy, a la gente le gusta etiquetar a otra gente. Simplifica y genera bandos, y habiendo bandos se necesita pensar menos y más sencillo tomar posiciones. Por eso, de chaval, yo me posicioné, de manera natural, en el bando de los Cobra, y hoy, de viejuno, sigo del lado de mi Comandante, la Baronesa y el inepto de Destro.

Los Cobra molán más. Punto.

Así que con los 40 recién cumplidos comencé a coleccionar figuras de la colección GI Joe. La intención era recuperar las que tuve en su momento y traer a mi memoria buenos recuerdos. De las aproximadamente cincuenta que se agolpan en mi estantería destacaría diez de ellas, no por belleza o valor económico, si no porque coleccionar estas tonterías tiene una relevancia histórica y sentimental.

Mi primer contacto con los Joe fue a la salida de una comilona de navidad con mis padres. A las puertas del restaurante, una pequeña tienda de juguetes y, en dicha tienda, reinaba en todo su esplendor el magnífico Night Raven. La carta a los reyes ya tenía protagonista. A mis padres les parecía poca cosa, así que dado lo desconocido del medio y mi interés por los animales, decidieron complementar dicha adquisición con un elemento menor de la mitología Joe. En la mañana del seis de enero, el cetrero Falcon posaba solemne junto a Strato-Viper y mi espectacular avión negro. Tiempo después, mi unión al comando Cobra se cerró con la llegada de Croc Master. Un triunvirato espectacular.

Falcon, Croc y Strato Viper. Trivote mágico

Pero claro, los Cobra necesitaban rivales y yo ya era adicto a aquellas pequeñas figuras de acción. A mi casa viajaron muchos y necesarios enemigos para mi nuevo pequeño ejército con sed de dominar el mundo. Rompeolas fue el primero, un SWAT azul maravillosamente preparado para defender el modo de vida americano. Como los cereales Kellogg´s eran el eje de mi dieta y regalaban diversos muñequitos de los Joe, pronto Bolas se uniría a la armada del bien. Y de paso, la industria del cereal estadounidense tuvo a bien regalarme otro Night Raven. El bando del bien lo tenía crudo.

Un SWAT y un ex-jugador de Béisbol. Qué puede salir mal

Sin embargo, lo más relevante del mundo de los GI Joe es la mística que acompaña a algunos de sus personajes. El Comandante Cobra, la Baronesa, Ojos de Serpiente, por citar algunos, todos han calado en la cultura global de una manera u otra. Claro que, para el que esto escribe, no hay nadie como Sombra. Juguete huidizo, utilice una red global para dar con él. Mis abuelos, padres, amigos y demás elementos con poder adquisitivo se lanzaron al mundo para traer a Sombra a mis dominios. Dado lo esquivo de dicha figura, hallarla fue complejo. Por el camino, mi padre me trajo a casa a Avalancha, similar en formas, menor en cuanto a habilidades Ninja. Mi madre me compró a Budo Son, porque, al fin y a la postre, las diferencias entre un samurái y un ninja tampoco son tan evidentes a primera instancia para el ojo inexperto. Finalmente, y casi al mismo tiempo, mis abuelos y yo mismo dimos con Sombra y dos figuras del guerrero Thomas S. Arashikage se incorporaron a mi plantilla.

Avalancha, Sombra y Budo Son, tres guerreros del bien

Y me hice mayor, y fui perdiendo interés. Un error, visto en perspectiva. Aún así, de vez en cuando las figuras de estos valientes y malvados guerreros llamaban mi atención. Mi colección dio sus últimos coletazos cuando el malvado Night Creeper y Cabeza de Martillo fueron llamados a filas. Todavía, alguna tarde de lluvia los Joe y los Cobra abandonaban su caja y combatían sin cuartel, pero mi pasión, como casi todas, se fue apagando.

Creeper y Hammerhead, los últimos de Filipinas

Sin embargo, la vida ha seguido girando y, treinta años después, aquí estamos. Planeando comprar un buen expositor para estos retazos de mi niñez, símbolos de mi alegría, recuerdos de algo bueno. Pensando en cómo amueblar mi despacho para que las cosas importantes de la vida estén en primera fila. Tonterías infantiles dicen algunos que no saben nada. Como si fuera algo malo.

Lo colecciono todo

6 comentarios:

  1. ¡Pedazo avionaco ese de Cobra! Yo tuve a Doc, el galeno con pistola, a esa especie de ninja blanco con flechas, a Scuba el buceador con su cuchillo en el tobillo y no recuerdo cuál más. Supongo que el avión traería a un piloto con indumentaria parecida a los pilotos de cazas de "La guerra de las galaxias". También tuve un tebeo en el que salían la pelirroja con trenza y no sé si Ojos de Serpiente. Qué tiempos, tenías esos muñecos escasamente articulados y te parecía la leche. Hoy los joveznos tienen unas consolas con videojuegos que flipas y enseguida se aburren.

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    1. El ninja blanco es el Sombra primigenio. Vale una pasta hoy en día. Y Doc salía en los cereales kellogs junto con Bolas. Ah, eran otros tiempos. El otro día me compré por tres libras al rinoceronte de las tortugas ninja y, pese a lo rústico y tosco de su acabado, es un bicho con carisma. Ya no los hacen como antes, como decía Chrissie Hynde cuando cantaba "popstar".

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    2. Bebop y Rocksteady, vaya dos personajes más bizarros.Y eso que estamos hablando de unas tortugas que son ninjas con una rata por maestro y mentor. A saber qué se meterían sus creadores, eso no se te ocurre con unos hábitos de vida saludables.
      Oye, Adolfo, por curiosidad,¿Cuántos muñecos de GI Joe hay en total?¿Unos cien?

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    3. Las Tortugas Ninja son uno de los personajes más bizarros y sorprendentemente exitosos de la historia. Leí hace tiempo que son una parodia de Daredevil con su clan del Pie (en lugar de la Mano) y que las tortugas surgen del mismo accidente que dejo ciego a Murdock. De ser así, me parece fantabuloso.
      En cuanto al número de Joes, https://www.yojoe.com/action/ muestra los que salieron cada año. Creo que pasan de los 100 fácil.

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  2. Buenas tardes Adolfo! Llevaba tiempo sin pasar y vaya par de entradas que te has currado las últimas. Yo también soy de esos adultos que coleccionan cosas de su infancia. Mi primera "tara" eran los coches de Scalextric pero hace unos años me dediqué también a comprar los GIJoe que marcaron aquella maravillosa década de los 80. Es gracioso porque son cosas que te quedan grabadas a fuego y hace ilusión ver que las tienes en común con más gente y de forma bastante parecida. Yo recuerdo jugar con mi primo cuando éramos pequeños, esperar con ilusión los regalos de los Reyes Magos a ver si traían ese avión o ese tanque tan grande que el presupuesto familiar no permitía comprar en la salida a la compra mensual (cuando si caía siempre un muñeco), luego jugar a esconderlos por el jardín, o reciclarlos para jugar al fútbol en un campo de Subbuteo... recuerdos muy felices en definitiva. Y por todo eso ya con 30 tacos me puse a buscar en eBay, TodoColección y esa clase de sitios aquellos que más me gustaban de pequeño, los que tuve y los que me quedé con las ganas de tener. Algunos en común contigo (Rompeolas era mítico, pero también el del cocodrilo) y otros como Zandar, Skuba, Hawk... y también me pasó que me encantaba Sombra pero ha sido el único que ni siquiera de mayor he podido conseguir (me niego a pagar la pasta indecente que pedían por él). Me ha prestado mucho leer esta entrada. Un saludo!

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    1. Hombre Min, agradecido de tu visita desde la cueva del murciélago. Gran blog que tienes actualizado casi a diario. Un trabajón que merece la más sincera enhorabuena.
      Los scalextric eran una maravilla y todavía lo son. Un lujo para los sentidos. Me alegra ver que muchos hemos compartido aficción y que no soy el único que busca huir del tiempo y hacerse con aquellos juguetes. Por cierto, decir 1) que tengo a Zandar en la lista de futuribles, y 2) que Rompeolas es una figura del copón.
      Saludos!!

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