GOTHAM. EPISODIO 11

Seguramente hay cosas mucho más interesantes sobre las que escribir esta semana. Sin embargo he tratado de obviar temas importantes por el mero hecho de ser éste un blog que trata de entretener y divertir, principalmente, al que lo escribe. Al final, cuando me meto en temas de enjundia y de los que no sé un pimiento, acabo hablando desde las tripas y en ocasiones la poca razón y sensatez que pueda tener se me van mientras transmito mis ideas a las teclas del ordenador. 

Así que antes de la desgraciada masacre del Charlie Hebdo tenía en mente una entrada, la última, sobre la serie Gotham y creo que es conveniente que escriba sobre el tema y deje asuntos de mayor calado y relevancia a la gente que pueda opinar con un mínimo de rigor.

Total. El lunes me puse a ver Gotham. La vuelta de la serie me atraía por el entorno dónde se iba a desarrollar. El Asilo Arkham es el centro de actividades de los personajes fundamentales en la historia de Batman. Además el título del capítulo es “Rogue Gallery”. Qué mejor momento para sacar a la luz a algún personaje clásico y de calidad. 

 

Por ejemplo Martin Short como Jervis Tetch

Y van los guionistas de la serie y nos descubren al Electrocutor, quizá uno de los personajes menos interesantes de toda la galería de DC. La trama empieza con Gordon en Arkham, tonteando con Leslie Thompkins y tratando de buscar a un asesino que se dedica a destrozar, electroshock mediante, a otros reclusos.

 

Cutrada

Al inicio del programa los internos presentan una obra de teatro en la cual uno de los reclusos realiza el papel principal. El personaje en cuestión, llamado Jack Gruber y sin parentesco conocido con Hans o Simon Gruber, llama la atención desde el inicio. Así es que cuando empieza la ruleta de sospechosos, se convierte de inmediato en el principal candidato a ser el agresor. Bien es cierto que entre medias se nos narra la posible implicación de una enfermera interpretada por la que fuera secretaria de Bruce Willis en Luz de Luna (La Jungla de Cristal aparece dos veces referenciada en esta entrada para solaz y algarabía del ilustre Iker), pero la aportación final de dicho personaje es escasa cuando muere segundos después de mostrarse como una reclusa más y no como una enfermera.

 

Esto era una serie del copón

¿Cuál es el problema del episodio? Pues hay varios. El primero es que Barbara Gordon sigue mostrándose como una niñata sin principios, sin rigor y sin ningún interés. Luego Selina y Pamela, las futuras Catwoman y Hiedra, aburren a las ovejas llevando la historia hacia una subtrama de opereta que no interesa ni a las amantes de “Los ricos también lloran”. Pero sobretodo la elección de personajes. La escena en la que los reclusos elaboran una obra de teatro nos muestra al futuro Electrocutor como alguien con cierto carisma, amor por el teatro, avejentado… inmediatamente pensé que podríamos estar ante el Doctor Esopo. Vale. Es una mierda de personaje, pero es un personaje del comic y tiene relación con el mundo de la literatura. Podía ser. Seguimos avanzando y vemos que el villano de la entrega, tiene pasión por la electricidad. Es cierto que no es el Modus operandi habitual de Maxie Zeus, pero por apariencia física y por relevancia, bien podría ser él. Pero no lo es.

 

Doctor Esopo. Un personaje mierder

El problema es que ni Zeus, Esopo o el Electrocutor son la mejor elección para un episodio titulado “Galería de villanos”. Gotham juega con las edades de los enemigos de Batman de tal manera que Victor Zsasz es al menos diez años mayor que el murciélago o Harvey Dent puede que le saque veinte, así que la edad no es un impedimento para colocar nuevos personajes en el tablero. Por ello, ¿Dónde están Victor Fries, Kirk Langstrom o Jonathan Crane?, por mencionar alguno de los típicos caracteres relacionados con la ciencia médica. En ninguna parte. Hasta ahora tenemos a un magnífico Pingüino, un mediocre Dos Caras, un Enigma del que casi me olvido y unas Catwoman y Hiedra Venenosa que no importan a nadie.

 

El único que merece la pena

En el lado positivo queda la trama mafiosa. La única que avanza por donde debe y con escenas muy dignas como la reunión entre Butch (mano derecha de Fish Mooney) y un buen amigo que pretende derrocar a su jefa y tomar el mando. Sentados en sus coches de época a la orilla del río y hablando de su pasado como pillos callejeros, su sub-historia en este capítulo es, con mucho, la mejor. Todo llega a un desenlace esperado, pero mantiene un alto nivel y es lo que más llama la atención.

 

Butch y Mooney

Así que, como mensaje para los señores guionistas de Gotham. La serie necesita una evolución de las tramas mafiosas aparejada con un ascenso de los futuros señores del crimen como Cobblepot. Necesitan un Bullock más implicado, más sucio, más barriobajero y un Dent más saturado, más guerrero, más heroico. Gotham tiene que ser peligrosa y letal para que se entienda la necesidad de un Batman que la proteja.

 

Con éste les vale

Mientras esto no ocurra, solo será una serie del montón que desaprovecha la mejor galería de personajes de la historia del comic.