Si quieres hacer un buen cómic de Batman has de tratar con respeto y devoción a sus villanos. Es evidente que existen excepciones a este axioma. Año Uno, por ejemplo, es un buen cómic en el que los malvados de sonrisas torcidas o rostros divididos no juegan ningún rol fundamental. Sin embargo, el hombre murciélago alcanza su techo y las mayores cotas dentro del noveno arte cuando sus enemigos se elevan sobre todo lo demás. Sin ninguna duda, en este One Bad Day dedicado al Acertijo, se consigue superar dicho reto con sobrada holgura.