sábado, 10 de diciembre de 2022

LA EDAD DE ORO DEL PERIODISMO DEPORTIVO


Periodismo deportivo en vena. Escena primera. En un cuartucho se juntan, entre otros, Juanma Castaño, Julio Maldonado y Juan Antonio Alcalá, ¿qué puede salir mal? De los tres, solo el último  parece haber terminado la carrera de periodismo y digo esto sin la pretensión de sonar elitista, pero imaginen la siguiente situación. Está usted muy enfermito y, como en los malos chistes, necesita de un médico, un biólogo y un abogado. Los tres se presentan en su casa y le dicen que nunca acabaron la carrera o que estudiaron bellas artes, pero que esto de la cirugía, la inmunohistoquímica o el derecho se les da de muerte y es a lo que se dedican ¿Aceptarían a este tridente de artistas como su cirujano, como el tío que le analiza un posible tumor o como su representante legal? Yo tampoco. En el periodismo deportivo sí vale no acabar la carrera. Da una idea del nivel de la profesión. Claro que visto lo que está pasando, quizá tener un título de periodismo solo sirve para hacer peor tu trabajo.

domingo, 4 de diciembre de 2022

COLECCIONANDO GI JOE


Durante mi estancia en los Estados Unidos, me golpeó la crisis de la mediana edad. No me dio por el descapotable y la rubia, vicios caros, difíciles de mantener y con los que mi esposa no estaba muy de acuerdo. Tampoco por la Harley-Davidson o el viaje a Turquía para un necesario implante de mata capilar. No, mi crisis de los 40 me envió al pasado, pero no traté de recuperar emociones ni experiencias de tardo adolescente. Yo, lo que parecía echar de menos era una época aún más infantil.

Haciendo un inciso, noto que algunos críticos y expertos en múltiples materias (e incluyo a Alan Moore, excelso escritor tan talentoso como enloquecido y al que admiro y respeto) opinan que la proliferación de películas de super héroes y la afición por la nostalgia y lo retro se debe a la infantilización del hombre adulto. Yo les digo que “rebota, rebota y en tu culo explota”. Sí, mis aficiones son infantiles, me gusta coleccionar juguetes. Pero también tengo un doctorado, todavía me defiendo en un campo de fútbol, poseo un gancho de izquierda bastante potente, pago mis impuestos y acabo de invertir un dineral indecente en una casa en la campiña inglesa, así que infantil tú y tururú.

Lo del descapotable y la rubia lo tuve de guaje jugando al Out Run

Porque hoy por hoy, a la gente le gusta etiquetar a otra gente. Simplifica y genera bandos, y habiendo bandos se necesita pensar menos y más sencillo tomar posiciones. Por eso, de chaval, yo me posicioné, de manera natural, en el bando de los Cobra, y hoy, de viejuno, sigo del lado de mi Comandante, la Baronesa y el inepto de Destro.

Los Cobra molán más. Punto.

Así que con los 40 recién cumplidos comencé a coleccionar figuras de la colección GI Joe. La intención era recuperar las que tuve en su momento y traer a mi memoria buenos recuerdos. De las aproximadamente cincuenta que se agolpan en mi estantería destacaría diez de ellas, no por belleza o valor económico, si no porque coleccionar estas tonterías tiene una relevancia histórica y sentimental.

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