Agradable sorpresa esta
Barbarian en una cartelera repleta de películas de terror. Nos acercamos
a Halloween y las pantallas, grandes y pequeñas, se llenan de demonios, mujeres
poseídas, asesinos enmascarados y demás curiosidades. Sin embargo, esta Barbarian
es diferente. Tiene otro ritmo, otras bondades. Intentaré no meterme en
demasiados spoilers, pero alguno se escapará así que, si plantean ver la
película, recomiendo enfrentarse a ella sin saber muchos detalles acerca de su
trama.
La película
comienza con dos muchachos que parecen haber alquilado la misma casa en
Detroit. En mitad de la noche, Tess llega a la vivienda que ha reservado para
encontrarla ocupada por Keith. Pese a lo insólito de la situación, ambos están
en la ciudad por una causa común y deciden pasar la noche juntos, pero no
revueltos. A la mañana siguiente, Tess encontrará que el sótano de la casa
oculta algo tremendamente sórdido.
Hasta ahí, lo
previsible a la luz de un tráiler que oculta más de lo que muestra. La trama se
entrelaza con otras historias, pasadas y futuras para contar un pequeño cuento
de terror sin más pretensiones que entretener al espectador. Es de agradecer
que, cayendo en múltiples lugares comunes, la película se tome ciertas
molestias en mantener una credibilidad. Por poner un breve ejemplo, la protagonista
principal llama a la policía al primer signo de peligro, algo no habitual en el
cine de terror donde todo el mundo parece dispuesto a enfrentarse a pecho descubierto
contra cualquier ente sobrenatural. Los guionistas han intentado mostrar que determinadas
decisiones de los personajes tienen más sentido de lo que parece a primera
vista y son, de alguna manera, racionales dentro de lo irracional de la
situación. Obviamente, chica y chico visitarán el sótano del terror porque si
saliesen por patas la película duraría veinte minutos. Como único error
claramente punible (en mi modesta opinión) aparece la clásica respuesta de las
fuerzas del orden en una situación particular. Sin entrar en detalles, no entiendo
que dos policías se presenten en un barrio marginal en busca de alguien
desaparecido, vean dos coches perfectamente nuevos en medio de un arrabal y no
les llame mínimamente la atención. Comprendo que estamos en ese Detroit actual,
una zona de guerra y un nido de miseria en mitad de la primera potencia mundial.
Una ciudad abandonada desde que General Motors dejó de producir beneficios y
donde cada minuto ocurren decenas de crímenes, pero está claro que para 2043,
cuando Robocop patrulle las calles de la principal urbe de Michigan, muchos
policías van a encontrarse en la cola del paro por deméritos propios.
En definitiva, una
historia sencilla pero bien trabajada. Lenta, pero segura. No es Bone
Tomawhak, donde un western apático y lento se torna en pesadilla en sus
últimos minutos, pero tiene sus momentos y hace que uno se alegre de ver algo
diferente.
Pues son chulos los carteles de la peli, muy retro.
ResponderEliminarMuy chulos. Quiero hacer un día una recopilación de carteles espectaculares de películas mierder. En el cine de terror es bastante común.
EliminarPor desgracia es un arte que se está perdiendo, el de carteles trabajados y vistosos que eso, a veces son mucho mejores que la propia película. Se tiende a apilar los personajes sin ton ni son en un collage insustancial, nada que ver con aquellos dibujazos de Drew Struzan para las pelis de Indiana Jones, por ejemplo.
ResponderEliminarUn arte, ciertamente, desde las maravillas como los que comentas hasta aquellos más simples como Parque Jurásico, pasando por la Cosa, Rocketeer, Tiburón... pero hay películas de estas de estilo Asylum que tienen unos posters tremebundos.
EliminarMe ha gustado sobre todo ese primero de arriba. El dibujo y la grafía del título inmediatamente te recuerdan a "Phantasma" o alguna cutrez de culto ochentero de esos.
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