domingo, 12 de octubre de 2025

ESOS VILLANOS DE MORTADELO Y FILEMÓN. "LOS SECUESTRADORES"

 

Joe “Víbora”, Emilio “El Odre”, Joe “Colmillo”, Mac “El Grajo”, Bernabé “El Simio” y Rosendo “El Gordo” forman parte de un comando organizado capaz de las mayores atrocidades. No, no se trata de la línea defensiva del Sporting de Gijón ni de Antifa. Estos alegres muchachos son, “Los Secuestradores”.

Mortadelo y Filemón acostumbran a lidiar con organizaciones enemigas de gran peso y enormes habilidades. En esta ocasión, el grupo liderado por Joe “Víbora” tratará de secuestrar a alguno de los elementos más importantes de la sociedad autóctona, comenzando por el Profesor Bacterio y continuando con la flor y nata, la creme de la creme y lo más granado de las páginas del maestro Ibáñez. Llegado el momento, incluso atentarán contra la libertad del ínclito Filemón Pi o del Superintendente Vicente.


Corre 1976 y el gran maestro del cómic español crea una historieta con un ritmo excelente. En ella, Mortadelo y Filemón tendrán que asumir diferentes roles como infiltrados dentro de hospitales, obras, barcos o aeropuertos. Además, tendrán que enfrentarse directamente a sus enemigos cuando estos les ataquen personalmente. El secuestro de Filemón por parte de un indio Paparajote merece mención especial al abrir la veda a los chistes con foco en la cultura de la Comunidad Murciana, algo muy en boga estos días.


Ibáñez maneja con soltura las diferentes subtramas en las que nuestros agentes favoritos saltan de un accidente a otro con su soltura habitual. Aún dentro de su habitual incompetencia, son capaces de detener al “Odre” o incluso al “Víbora”. Claro que lo de proteger a los secuestrados no se les da especialmente bien y culminan cada trama a la fuga, como es tradición.

Mención especial merece la maestría del maestro de maestros al relatar una persecución en 600. Pocos son capaces de transcribir a la viñeta gags basados en el movimiento con la habilidad de Ibáñez y las locas peripecias automovilísticas de los agentes de la TIA suelen ser una delicia y un festival del humor. Un pachanguero de bien no puede dejar de desternillarse mientras Mortadelo y Filemón persiguen a Pitiflauti a bordo de su SEAT trucado.


Nueva batalla contra el mal, nueva victoria. Frente a enemigos de alta alcurnia. No se volverá a ver a ninguno de estos secuestradores. Bueno, ni a algunos de los potenciales secuestrados. Mortadelo y Filemón siempre triunfan.


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