Sólo había visto
una película de Alex Garland, “Annihilation”, y reconozco que me
pareció una nadería. Sin embargo, el tráiler de “Civil War” me tenía
enganchado. Es cierto que combina varios intereses propios como pueden ser el cine
de acción, la situación política y social estadounidense y la presencia de ese
monstruo de la pantalla que es Jesse Plemons. Jesse es la versión
poco agraciada físicamente pero sobradamente cualificada de Matt Damon y
tiene a sus espaldas una carrera plagada de buenas películas y excelente
televisión.
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Jesse a punto de cenar cachorrito a la plancha |
Así que nos fuimos
al cine a verla. Me pasa que, de un tiempo a esta parte, los sitios oscuros y
cerrados me generan cierta angustia. Esto viene de mi actual trabajo donde paso
las horas en laboratorios subterráneos y oficinas sin apenas luz natural. Así
que me es habitual ponerme un poco nervioso en las salas de cine, que no en los
teatros, donde la luz desaparece y el ruido me envuelve. Pero con “
Civil
War” fue diferente. La película es tensa, dura y sin concesiones. Sigue las
andanzas de unos reporteros de guerra que avanzan por el Este de los Estados
Unidos en busca de entrevistar a un presidente norteamericano acorralado tras
el alzamiento de la fuerza conjunta de Texas y California. Hay varias cosas de
esta película que la convierten en muy atractiva. Principalmente, la presencia
constante de un enemigo desconocido. Los periodistas parecen más cercanos a las
fuerzas sublevadas que al ejercito estadounidense, pero existen momentos en los
que no queda claro si estamos presenciando las acciones de uno u otro bando. El
caso más particular es el de la ya famosa escena con
Jesse Plemons en la
que poco conocemos, aunque intuimos, acerca de su particular postura en el
conflicto.
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Pregunta con mala respuesta digas lo que digas |
Así que llegamos a
los últimos minutos de película, con nuestros personajes en Washington DC
buscando al presidente y mi mujer me pregunta:” ¿Estás bien?” Llevo un
rato removiéndome en mi butaca y nervioso y para cuando los sublevados
comienzan a tomar la capital, el caos se desata y la acción más inesperada y
descarnada sucede en pantalla. No es una película política ni pretende serlo.
No hay un “demócratas contra republicanos” ni lo plantea de lejos. Es un
thriller de acción excelente con una temática atrevida y con eso basta y sobra.
Muy recomendable.
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Esa es mi pose cuando veo partidos del Sporting |
Por su parte, "Abigail" viene
a ser como “Sólo en Casa” pero con hectolitros de sangre. Unos
delincuentes son seleccionados “al azar” para secuestrar a una niña y
mantenerla en una casa segura por un tiempo hasta que llegue un rescate. Sólo
que el azar no es tan azaroso y la niña tiene cientos de años de experiencia
picando carne y un papá de tendencias culinarias similares y un lugar
privilegiado dentro del mundo del crimen. Al final, los malos tendrán que
correr por su vida mientras una muchacha prepuberal en tutú les va dando caza.
Película con guion simple y rodada con brío. No se pide más que pasar un buen
rato y eso es lo que da. Todos los personajes tienen un lado oscuro, con lo
cual es interesante verlos combatir a una niña vampiro de diferentes maneras,
pasando por la fuerza bruta, llegando a la negociación o simplemente chillando
como cerdos mientras corren escaleras abajo. Mención especial merece la pequeña
protagonista, Alisha Weir, que salta desde el musical de “Matilda”
a esta peli de decapitaciones y desmembramientos asumiendo con total naturalidad
un rol que le permite pasar de niñita desvalida a monstruo en segundos. Todo
ello danzando alegremente entre cadáveres mientras sus rivales se dedican al
sano arte de blasfemar y correr por sus vidas. Entretenida.
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El nuevo cartel promocional de Ayuso para las elecciones |
Vi ambas películas
en un cine de Romford, pequeña localidad al este de Londres. Merece la pena
hablar de la diferente actitud de los espectadores de ambas películas. Para
empezar, no creo que fuéramos más de veinte personas en ninguna de las dos
películas. Para concluir, mientras que en “Civil War”, estaba claro que
la gente iba a ver la obra en pantalla, en “Abigail” tuvimos en nuestros
alrededores varios de esos especímenes que van al cine como el que va de picnic.
Mención aparte a la señora que estaba delante de mí y que se comió un bote de
aceitunas y una manzana durante la proyección de Abigail. No lo había visto
nunca y espero no verlo más.
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El lugar natural de las aceitunas es la paella de marisco |
Me gustó "Civil war", aunque a veces se le nota un poco ese presupuesto de 50 milloncejos que resulta un tanto modesto para una peli de esas características. Tiene varias decisiones de guión un tanto discutibles, diálogos llenos de topicazos y apenas aporta nada nuevo al género(que sería más road-movie malrrollera que cine bélico), pero cuenta por otro lado con muchas virtudes: un elenco entonado donde brillan la joven Cailee Spaney (la nueva Ripley de bolsillo) y Plemmons en su cameo (ya daba escalofríos en "Breaking bad"), un ritmo imparable, una duración ajustada(gracias Garland por no hacer que dure dos horas y media), unos efectos de sonido escalofriantes, una puesta en escena y fotografía destacables...vamos, que no es la obra maestra que nos estaban vendiendo ni mucho menos, pero sí una buena peli de las que ya podría haber más al año.
ResponderEliminarLo de los especímenes en los cines en las películas de terror o de superhéroes es digno de estudio. No respetan unas normas mínimas de educación.
El asalto a la casa blanca está rodado con más talento que el 90% del cine de acción de los últimos 20 años. Y que el final sea lo menos azucarado posible es algo que no se ve en el cine estadounidense en mucho tiempo. Yo salí del cine encantado.
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