Las salas de cine
se están convirtiendo en el lugar menos adecuado para ver una película. El
problema básico es que, durante tres horas, se te obliga a compartir espacio
con determinadas personas con las que no te apetece estar y soportar
determinados aspectos de la sociedad que no son de tu gusto. En esta ocasión,
pudimos comprobar como en una fila de ocho butacas codificadas con el complejo
código de un número y una letra, seis de los asistentes fueron incapaces de
encontrar su sitio correctamente. Asusta pensar que, a la hora de elegir
representantes, nuestros votos tendrán el mismo valor. Visto como está el nivel
en esta sociedad nuestra, a nadie sorprende que durante las masacres
perpetradas en John Wick 4, me pasase más tiempo preocupado por el perro
de uno de los protagonistas que por las múltiples víctimas humanas de los
tiroteos. Dicho esto, la última entrega de las aventuras de Keanu Reeves
y sus chaquetas antibalas es una delicia para los amantes del cine de acción.
Todo empezó con un perrito |
Porque las pelis de
John Wick son eso, cine de acción con poca trama, personajes excesivos, luces
de neón y un surrealista universo donde todos son asesinos con enrevesados
sistemas de comunicación, armas de fuego a discreción y lujosas mansiones y
museos que convertir en la perfecta guarida del villano. Este tipo de películas
no buscan el realismo. A fin de cuentas, suponer que John McClane puede huir de
la torre Nakatomi con vida frente al ejercito de Hans Gruber, requiere de lo
que los angloparlantes denominan “suspension of disbelief”. Vamos, que
te tienes que hacer crédulo y tragar todo lo que lancen a la pantalla. Como
cuando creías que los Sacamantecas y Hulk Hogan se pegaban de
verdad. Tomarte John Wick como un divertimento ayuda a disfrutar de una
película que pretende poco más que eso.
Scott Adkins interpretando a Till Lindemann |
La película es una
espectacular sucesión de escenas de acción con gente atropellada, tirada por
escaleras, mutilada, defenestrada, masacrada y demás. Algún tiro en el culo,
espadazo en el occipital, hachazos en las articulaciones, luchadores de sumo,
ciegos que esquivan balas, un chileno que da ostias como panes, una actriz
española haciendo de matriarca bielorrusa, una perra mordiendo testículos por
doquier y demás cosas estrictamente necesarias para pasar un buen rato. Mención
aparte merece esa escena en plano cenital con gente recibiendo disparos de lo
que solo puedo definir como la escopeta definitiva.
La verdad es que estas pelis están bien por tema entretenimiento( no la he visto todavía) pero no hace mucho vi por la tele la tercera parte y me sabe mal porque hay buenos actores que se meten a hacer estas películas casi de serie b por me imagino facturas que pagar y demás historias, no se si es el nuevo cine que viene pero peliculas interesantes con un buen argumento y que dejan huella cada vez son menos
ResponderEliminarCreo que hay espacio para todos, más con las nuevas plataformas y el salto de calidad que han pegado las series de televisión. También es bueno que las pelis de acción gocen de buena cinematografía y que no sean simples escenas de palos o tiros.
EliminarCon el tema de las pelis interesantes, a mí me pasa que todas mis pelis favoritas son de cuando era un guaje, pero cuando hablo conlos chavales de veintipocos que estudian en la Uni, no ven lo que a mí me gusta con los mismos ojos que yo y sin embargo se les graban pelis actuales que para mí fueron una bosta (la última ganadora de los Oscar, sin ir más lejos). Supongo que es un tema generacional y que el cine ya no se orienta a los cuarentones como público target.